Los Ángeles. – En las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2020 podría generarse un gran caos debido a los cambios que tendrán que hacerse en el sistema electoral y en los lugares de votación como resultado de la pandemia, lo que incluso podría hacer que se retrasen los resultados y que no se pueda conocer quien es el próximo presidente electo de este país esa misma noche, según coincideron en comentar varios expertos políticos y activistas estadounidenses.
Lo anterior se dió a conocer durante una conferencia de prensa digital organizada por la directora de Ethnic Media Services Sandy Close el pasado 21 de agosto, sobre la seguridad en el derecho a votar dada la pandemia del Covid-19 y a los problemas que hay en el proceso electoral, en la cual participaron como ponentes Nathaniel Persily del Proyecto de Elecciones Saludables de la Universidad de Stanford, Karthick Ramakrishnan, fundador y director de AAPI Data, Terry Ao Minnis, Senior Director del Programa del Censo y el Voto de Asian Americans Advancing Justice y Andrea Miller, fundadora de Reclaim Our Vote.
“Estoy preocupado porque el voto por correo, el de los afroamericanos y el de los latinos va a estar bajo fuego cruzado”, resaltó Nathaniel Persily del Proyecto de Elecciones Saludables de la Universidad de Stanford. “Tambien creo que no va a haber resultados de quién es el presidente electo esa noche porque va a haber muchísimos votos que necesitarán ser contados, entonces tendremos que ser pacientes todos.
“En marzo nos dimos cuenta que la pandemia va a tener un efecto severo en estas elecciones presidenciales y en la democracia de Estados Unidos”, resaltó el también profesor de Leyes y de Ciencias Políticas de la Universidad de Stanford. “El problema es que debido al Covid 19 tenemos que mover a millones y millones de personas a diferentes sistemas de votación a los que estamos acostumbrados y muchos electores que nunca han votado por correo ahora lo va a hacer, entonces todo se hará de una manera distinta a lo que históricamente se ha hecho y todo tiene que hacerse en muy poco tiempo, en un período de 4 meses”.
Indicó que uno de los grandes problemas que se tienen en estos momentos es que no se cuenta con el tiempo, ni los recursos económicos necesarios para llevar a cabo estos cambios de forma adecuada y conforme a la crisis de salud que hay en estos momentos.
“Por generaciones en algunos estados como Wisconsin, Arizona, Carolina del Norte son las personas blancas con alto nivel de educación las que acostumbran ejercitar su voto por correo”, recalcó el catedrático. “Esta es una crisis que particularmente está afectando a las comunidades de color porque desconocen el proceso para votar por correo y eso lo hace mucho más difícil porque pueden cometer errores que hagan que su sufragio no sea contado y también porque no tenemos muchos lugares de votación donde pueda mantenerse la distancia social y además necesitamos cierto equipo de protección de salud que casi no hay.
“En el tema de votar en persona hay impedimentos estructurales en éste sistema que hacen que este cambio o la descentralización en la administración sea muy difícil”, agregó. “También está afectando la polarización de los partidos a nivel nacional y además no se puede predecir cuál va a ser el estado del coronavirus en la época de las elecciones”.
Persily explicó que también está cambiando la forma en que votan los estadounidenses ya que California, Utah, Colorado, Nevada y New Jersey están aumentando la tendencia a ejercer más su sufragio por correo en lugar de la forma presencial en la que lo acostumbraban hacer.
Comentó que uno de los problemas del voto por correo es la percepción que se tiene del fraude, aunque estimó que Estados Unidos no tiene una gran historia en este tipo de situación.
“Una de las cosas que estamos viendo, el problema especialmente en las comunidades de color es muy posible que sus votos por correo no se cuenten por estar tarde o por errores en el proceso de votación”, reveló. “Verán, uno tiene que firmar la boleta para que cuente, pero hay mucha gente que no la está firmando porque no sabe que tiene que hacerlo, entonces eso lleva problemas y es muy posible que eso pase mucho.
“Una de las cosas que está pasando con las áreas de votación es que se están usando los estadios, por ejemplo en Los Ángeles, el estadio de Los Dodgers va a ser usado como centro de votación porque necesitamos lugares muy amplios, muy grandes para mantener la distancia social que se necesita”, explicó Persily. “También necesitamos un programa de educación y promoción masiva porque esta vez el proceso electoral va a ser muy diferente, va a haber muchos lugares donde se van a cambiar las maneras, va a haber gente que va a votar desde el carro, otras tendrán que tomar un número para votar como se hace en los restaurantes, se va a necesitar la ayuda de todos, para hacerlo de la mejor manera posible”.
Recalcó que el problema es que aquí no hay una autoridad política a nivel nacional por lo que la Universidad de Stanford y MIT empezaron el proyecto HealthyElections. Org.
“Va a ser una elección muy diferente, quizá no vamos a saber quien ganó las elecciones presidenciales por varios días después de la votación, aseveró el catedrático universitario. “Este va a ser un proceso muy complejo y lleno de desafíos”.
La fundadora de Reclaim Our Vote Andrea Miller informó queen Estados Unidos hay 245 millones de personas que pueden votar, de esos 48 millones están en la lista inactiva o ya han sido sacados de su registración, les llaman desactivados o desregistrados porque en un momento ellos estaban en la lista de votantes y tenían la capacidad de poder votar y de esos votantes que no están activos, 16.6 millones son de comunidades de color.
“En muchos estados del sur y del oeste donde las reglas de votación no son progresivas se suprime el voto como sucede en Texas, donde se le saca de la lista de registro de votantes a quienes no han votado en ‘x’ elecciones federales”, agregó. “La mayoria de estos estados tienen un proceso muy complicado y no tienen una registración automática, entendemos que en muchos estados podría haber una manera muy a la antigua de intimidar a los votantes.
“Lo que está pasando es: primero la gente piensa cuando se registra para votar que ellos se están registrando para siempre, la gente no se registra para votar pensando que si uno no vota en “x” número de elecciones a uno lo van a sacar de la lista de electores, en ningún lugar dice eso”, subrayó Miller. “Entonces lo que yo pienso es que esto es una trampa severa, uno va y dice como que usted me dice que no puedo votar, esto está entre las reglas escondido allí con letras muy chicas, ésto es un gran problema”.
Karthick Ramakrishnan también consideró que debido a la pandemia mucha gente va a preferir emitir su voto por correo aunque hay muchos problemas en cuanto a la confianza estimó que eso no debe ser razón suficiente para desmotivar al elector porque finalmente se pueden hacer auditorías y dar seguimiento a la autenticidad del voto.
Terry Minnis, por su parte aseguró que los materiales para votar son demasiados complejos, lo que dificulta la participación de los asiáticos Americanos en las elecciones, además de la barrera del idioma ya que muchos no dominan el inglés y cuando van a los centros de votación enfrentan situaciones de discriminación y de intimidación negandoseles así, en muchas ocasiones su derecho a votar.