viernes, noviembre 22, 2024
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Alianza entre comunidades para combatir el odio

Los Ángeles, Cal.- Ninguna comunidad es inmune al racismo estructural, dijo Cythia Choi, codirectora de Acción Afirmativa China, al hablar un grupo de expertos sobre la importancia de la alianza y la integración entre comunidades para combatir los crímenes o incidentes de odio que está afectando de sobre manera a la comunidad asiática en el contexto de la pandemia.

Organizado por Ethic Media Services, el pasado viernes 19 de febrero, el propósito de la videoconferencia fue hablar sobre los brutales ataques a los asiáticos y las Islas del Pacífico, y cómo las comunidades pueden combatirlo.

“Desafortunadamente los asiáticos están luchando contra el virus del racismo que nos ataca de manera terrible”, dijo John C. Yang presidente de la organización Americanos Asiáticos Avanzado en la Justicia (AAJC) tras indicar que han estado lidiando con dos virus el del Covid y del racismo.

Y explicó que el 75% de los asiáticos americanos tiene más miedo de la discriminación y 40% han sentido algún tipo de discriminación, durante el último año, después de que el expresidente hablaba del virus chino.

Pero la discriminación no es nueva para esta población quienes la han enfrentado durante décadas, como ejemplo lo sufrido por los japoneses americanos, a quienes se les vió como foráneos, como si tuvieran un tipo de enfermedad, y la retórica no ha pasado, dijo Yang.

“Cuando uno tiene miedo se busca a quien culpar, pero esta culpa se le da a la comunidad asiático americana, en donde hay un nivel más alto de ataques y esto a provocado miedo en la comunidad”.

Para Yang el virus del odio, también, es contagioso afectando también a los latinos, afroamericanos y es por eso que se debe trabajar conjuntamente.

“Todos tenemos que hacer algo. Tenemos que reportar los incidentes para que no continúe el odio, también tener un dialogo comunitario y local. Nosotros podemos desinfectarnos de virus del racismo”.

Por su lado, Marc Morial, presidente y director de la Liga Nacional Urbana, dijo que el odio es una enfermedad que divide y están en contra de que se culpe a la gente asiática  por lo que estamos pasando de la emergencia de salud.

“Esto ha sido muy estresante para toda la gente que ha llevado a un incremento en la violencia contra la comunidad judía, musulmanes, negros, latinos, gente LGTB”, agregó Morial quien dijo que “son momentos de grandes desafíos pero no nos vamos rendir ante el miedo y condenamos cualquier acto de odio”.

Indicó que se debe castigar por el sistema judicial los efectos del odio contra la gente inocente, así como condenarlo todos los días y en todo momento, mientras se continúa luchando contra ello con mensajes de tolerancia, amor y comprensión.

Morial comentó que ha visto muchos videos de personas mayores que son víctimas y que le molesta que gente pueda tomar  ventaja de personas que no se pueden defender físicamente contra las agresiones.

“Y hacerlo en personas mayores es imperdonable. Es como ver a mi madre o mi hermana, es un acto de cobardía, odio, creo que debemos prestar más atención de quienes hacen eso, no es solo un par de jóvenes que hacen bromas que termina en algo más serio”.

Cerca de 3 mil incidentes de odio

En nueve meses se han recibido más de 2 mil 800 incidentes, en su mayoría incidentes de odio y no crímenes de odio, dijo Manjusha Kulkarni, directora ejecutiva del Consejo de Planificación y Políticas de Asia Pacífico (A3PCON) quienes realizaron un reporte conjunto con la Universidad de S.F. y Chinos para la Acción Afirmativa (CAA) sobre el tema en 47 estados y el distrito de Columbia

De los incidentes reportados dijo que el 56% corresponden únicamente a California, afectando en segundo lugar a Nueva York.

Las mujeres experimentan 2.3 veces más este tipo de incidentes de odio que los hombres y el 70% ocurre en mayores de 60 años o más, enfocándose en ellos por que son más vulnerables y piensan que no los van a denunciar, indicó Kulkarni.

En el caso de California, el mayor número de casos son relacionados a gente que los insulta y el 10% son de asaltos físicos. “En la mayoría de casos, los cuerpos policiales no pueden hacer nada porque no ha habido una lesión significativa que puede ser tirarle una lata o insultarlos”, explicó la experta.

Al respecto, Yang dijo que cuando alguien empuja a otra persona no se puede considerar crímenes o no de odio, porque bajo la ley no hay nada que sugiera que fue un incidente de odio, simplemente por empujar.

“En cuanto a la responsabilidad, la realidad es que la policía usa eso contra las comunidades y no podemos usar ese sesgo contra las comunidades”, apuntó.

Respecto al los lugares donde ocurren los incidentes, el reporte indica que el 40% pasan en negocios privados, el 30% en lugares públicos como parques o transporte público.

En escuelas está bajo en número ahora pero es posible por el cierre de escuelas, consideró Kulkarni, al estimar que tras la reapertura se espera un incremento.

Por etnia, señaló que los que más experimentan los incidentes de odio son los chinos estadounidenses con un 40% seguidos de coreanos,  multirraciales, filipinos, vietnameses y japoneses.

Sin embargo, dijo que después de los ataques del 9/11 lo que han visto es que los perpetradores no se enfocan en ninguna raza en especifico.

“Nuestros datos muestran miles de asiáticos americanos que se han visto afectados por odio y el impacto les ha traumatizado, aparte de la pandemia, hay depresión y ansiedad por el hecho que los culpan por el covid, esto crea un clima de miedo y ansiedad”, recalcó por su parte Choi quien además es co-creadora de Stop AAPI Hate Center.

La experta dijo que las políticas antimigrantes también han creado un clima hostil no solo para los asiáticos americanos sino para cualquier inmigrante.

“Tratan de culpar a la gente, ha llevado a un nivel de ataques sin precedentes”, señaló al mismo tiempo que reconoció que en época de crisis los políticos usan una política racista, discriminatoria, y aunque no esté Trump, su impacto continua porque los ataques continúan.

En respuesta dijo que se debe documentar primero los casos, denunciando, dar recursos para combatirlos y trabajar en alianzas, para dar una asistencia individualizada a las víctimas, con representación de abogados, y promoviendo la información.

“Abogamos por cambios en el sistema. Muchos de los casos no se consideran como crímenes de odio y necesitamos iniciativas en las comunidades locales y animar a la gente que continúe reportándolos”.

Por su lado, José Hernández de la Alianza de trabajadores inmigrantes de Koreatow en Los Angeles, abogo porque las comunidades tengan más representantes para que no se siga viendo el país como una nación blanca sino como lo que es, una multicultural y con justicia racial.

“Necesitamos integrarnos y aliarnos, los chinos con los latinos, empezar una nueva evolución cultural. Trabajar en un plan a largo plazo y empezar a cambiar la narrativa de E.U. que será un país multiétnico y multicultural”.

Hernández dice que es importante hacer un movimiento en que se condene el lenguaje de odio y que se procese a los políticos que apoyan ese tipo de acciones porque la escalada de estos incidentes no es una coincidencia.

Tenemos que asegurarnos que se persiga este tipo de crímenes y que se responsabilicen, indicó tras señalar que sus oficinas fueron víctimas de una bomba molotov.

Para Choi, las organizaciones pueden liderar el movimiento contra el odio a través de la educación y el dialogo en las comunidades.

“Enfrentar la diferencia de clases en nuestras comunidades. Este trabajo tienen que hacerse de manera simultanea. Es importante la educación, insistió Choi.

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