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Acto de odio y racismo trastoca vida de inmigrante

  • Usuario del transporte público sufre ataque

Los Ángeles, Cal.- A un año de haber llegado a Estados Unidos con el objetivo de encontrar mejores oportunidades de vida, un joven trabajador a quien llamaremos Antonio para proteger su privacidad estuvo a punto de morir cuando fue asaltado por dos hombres.

Este ataque de odio y racismo, como él lo califica ha cambiado totalmente su manera de vivir porque le ha causado diferentes  traumas personales, emocionales y psicológicos, los cuales aún sigue luchando por superar y alcanzar sus sueños.

Durante el encuentro que el periódico Impulso tuvo con Antonio en un restaurante de comida oaxaqueña, el joven originario de El Salvador, quien tiene 31 años de edad, contó que su vida ha cambiado radicalmente desde que fue víctima de un asalto con arma blanca por parte de dos hombres -un afroamericano y un latino- afuera de una estación de la línea verde del Metro hace 8 años.

“Todo lo recuerdo como si fuera ayer, cuando me atacaron fue un Black Friday en el año 2016”, resaltó. “Como tenía 2 trabajos de limpieza de restaurantes, uno de 4:00 a.m. a 12:30 p.m. y en el otro entraba a las 2:00 p.m. y salía a las 11:00 p.m., pero ese día pedí la salida temprano porque me sentía muy cansado y como no manejaba tenía que tomar el ‘bus’ y el metro para llegar a la casa”.

“Entonces cuando llegué a la estación Vermont/Athens de la línea verde del Metro eran entre las 9:30 y 10:00 p.m. y el área estaba casi vacía a excepción de dos tipos que estaban allí sentados hablando entre ellos”, recordó. “Yo no tenía ni idea de lo que estaban planeando, me fui directo a recargar mi tarjeta TAP y de repente sentí que me pusieron un objeto puntiagudo en la espalda, no sé si era un cuchillo o un puñal porque no podía verlo y al mismo tiempo el otro sujeto me atacó por delante, no pude ni correr, ni hacer nada para defenderme, porque me inmovilizaron al mismo tiempo que me amenazaban con el arma, me robaron mi cartera con 200 dólares y mi teléfono celular”.

Antonio recalcó que todo el tiempo que duro el ataque no había ni una sola persona en el área y tampoco se veía a la policía, pero consideró que lo que lo salvo de un destino peor fue que justo cuando le quitaron las cosas y su dinero el tren del metro llegó y la gente empezó a salir lo que hizo que sus atacantes lo soltarán y se fueran corriendo hacia la calle con sus pertenencias.

“En la estación del Metro hay un botón rojo que oprimes en caso de emergencias pero sólo me respondieron la primera vez y me dijeron que esperara pero después ya no dijeron nada”, señaló. “Y lo que buscaba era ayuda, afortunadamente un pasajero que iba saliendo del Metro me vio desesperado y le conté lo que me sucedió y le pedí prestado su celular, pero él me dijo que no quería tener problemas y que mejor me daba un pase de un solo viaje que traía consigo para que pudiera llegar a mi casa”.

El inmigrante atacado en el Metro de LA.

Y mientras tomaba su agua de horchata con mirada pensativa, admitió que en ese momento no pensaba con claridad porque “me sentía triste, frustrado, enojado, asustado y con mucho miedo la verdad pensé que me iban a matar, imagínese eso me paso cuando tenía 22 años de edad y apenas tenía un año de vivir en Los Ángeles o sea no sabía que hacer, esa fue una muy mala experiencia que me marcó mucho aún hasta el día de hoy, nadie me ayudó y la policía nunca llegó, pero como en todas las estaciones del metro hay cámaras de seguridad todo eso quedó grabado”.

“Al día siguiente ya no fui al trabajo de la noche, renuncié porque sentía mucho pánico incluso dejé de ir a la escuela a aprender inglés durante 3 años”.

Antonio dijo que siempre que se subía a un ‘bus’ o al metro pensaba que lo iban a asaltar otra vez, “siempre vivía con mucho miedo de andar en la calle en la noche, me daban ataques de ansiedad terribles, me ponía muy ansioso y me daba pánico, si alguien estaba cerca de mí, pero no era nada malo, es mi mente que quedó muy traumada, muy mal, por las noches no podía dormir y desde entonces me niego a trabajar en la noche porque aunque eso pasó hace 8 años de repente me vuelven a dar ataques de pánico”.

Expresó que después que eso le pasó fue a la estación de policía de Los Ángeles y le dijeron que iban a asignar un detective a su caso pero que lo más probable era que no iban a poder encontrar a las personas responsables del ataque y que no iba a poder recuperar nada de lo que le robaron y que lo único que podían hacer era darle un reporte policial de lo sucedido, por las grabaciones que quedaron registradas. “Eso fue lo que hicieron además de mandarme a una clínica para tratamiento psicológico donde estuve en terapia por un año y medio”.

“Cuando una amiga se enteró de lo que me sucedió me dijo que calificaba para la Visa U y que así podía regularizar mi situación”, reveló Antonio. “Pero yo no hice nada porque no le creía y no fue sino hasta mediados de 2018 o sea dos años después que ante tanta insistencia accedí a ir con ella a ver un abogado de inmigración e inicié el proceso legal y en Julio de 2023 recibí mi permiso de trabajo y aún estoy en proceso para la residencia legal”.

Aseveró que los medios de comunicación, los consejeros de las escuelas de Los Ángeles y los expertos en el tema deben dar mayor difusión sobre los amparos migratorios a través de las diferentes redes sociales.

Metro, el sistema de transporte público angelino, transporta un promedio de casi 956 mil pasajeros entre semana según revelan medios locales.

Recientemente la concejal del condado de Los Ángeles, Janicen Hanh, dijo sentirse indignada por los ataques en el sistema del Metro, uno de los últimos en la línea A de Pasadena en la que una mujer fue atacada por la mañana.

Por medio de un comunicado, emitido el pasado miércoles 21 de agosto pasado, la supervisora Hahn, quien es presidenta de la junta directiva de Metro, cuestionó duramente el sistema de transporte Metro indicando:

 “Aunque agradezco que los cuerpos de seguridad pública hayan podido responder rápidamente a estos incidentes recientes, no se está haciendo lo suficiente para evitar que estos ataques ocurran. Mi pregunta es: ¿dónde estaban los agentes policiales uniformados asignados a Metro y los agentes de seguridad del mismo sistema de transporte mientras ocurrían estos ataques? ¿Y qué hará Metro de manera diferente ahora para prevenir delitos violentos en el futuro, como instalar tecnología para detectar y mantener las armas fuera de nuestro sistema?

“Estos trágicos incidentes recientes resaltan cuánto queda por hacer, incluso cuando Metro ha aumentado la presencia de agentes de policía y sigue gastando cientos de millones de dólares al año en seguridad. El público merece transparencia. Metro debe rendir cuentas de cómo aplica sus elementos de seguridad de múltiples niveles, y un plan para mejorar estos esfuerzos para prevenir futuros ataques. Nuestros pasajeros deben estar y sentirse seguros en nuestros autobuses, trenes y estaciones sin importar la hora del día. El no lograrlo es inaceptable.”, indicó.

De acuerdo a las estadísticas de 2022 del Departamento de Justicia de California, la cantidad de eventos de crímenes de odio han aumentado y bajado en la última década siendo el 2014, el año con menos casos con 758.

En tanto que esos eventos de crímenes de odio aumentaron 20.2 por ciento al pasar de 1,763 en 2021 a 2,120 en 2022.

El número de víctimas de crímenes de odio reportados ascendió a 13.5 por ciento al pasar de 2,180 en 2021 a 2,474 en 2022. 

Los eventos reportados de crímenes de odio raciales en general aumentaron 11.4 por ciento, es decir que de 1,165 en 2021 pasaron a 1,298 en 2022.

Los eventos de crímenes de odio registrados en el 2022 en contra de los latinos fueron 210 casos lo que representa un aumento del 9.9 por ciento y el número de víctimas de esa raza por ese mismo motivo ascendió a 265 casos lo que equivale a un alza de 10.7 por ciento.

Cualquier víctima de violencia doméstica y/o de ataques de odio puede dirigirse a Chirla (Coalición de Derechos Humanos de los Inmigrantes) al número de teléfono 1 (888) 624 – 4752 o a CARECEN al número de teléfono (213) 285 – 7800 donde le podrán ofrecer ayuda y orientación para resolver su caso, así como también de los beneficios migratorios a los que puede acceder.

Los incidentes de odio se pueden reportar al 211 y buscar el apoyo de un profesional capacitado.

Los reportes a la línea directa CA vs Hate, se pueden realizar de forma anónima llamando al (833) 866-4283 o al 833-8-NO-HATE, de lunes a viernes de 9 a. m. a 6 p. m.

Denuncia el odio llamando al (833) 866-4283 o al 833-8-NO-HATE, se pueden realizar de forma anónima de lunes a viernes de 9 a.m. a 6 p.m.

Información adicional en: https://www.cavshate.org/ (eligiendo español como idioma)

Nota: Este informe es parte de la serie de trabajos que desarrolla Impulso Newspaper con Stop The Hate (STH), gracias a la financiación proporcionada por el Estado de California y administrado por la Biblioteca del Estado de California (CSL) en asociación con el Departamento de Servicios Sociales de California y la Comisión de Asuntos Estadounidenses de las Islas Asiáticas y del Pacífico de California (CAPIAA).

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