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El número récord de encuentros con migrantes en la frontera México-Estados Unidos encubre la historia más importante

By  Ariel G. Ruiz Soto /MPI

El enfoque de los medios de comunicación en el récord de casi 2,4 millones de encuentros en la frontera entre Estados Unidos y México en el año fiscal 2022 encubre la historia más importante que estas cifras cuentan: Los flujos de migrantes y solicitantes de asilo se están volviendo más hemisféricos y, como resultado, las políticas de control migratorio de Estados Unidos que se han impuesto a migrantes mexicanos y centroamericanos son incongruentes, así demostrando la necesidad de desarrollar nuevas estrategias regionales.

Por primera vez, durante el año fiscal 2022, la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de los Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) encontró a más venezolanos, cubanos y nicaragüenses que migrantes de El Salvador, Guatemala y Honduras. El año también registró importantes llegadas de brasileños, ecuatorianos, haitianos y de países más lejanos, como Ucrania, India y Turquía.

Aunque las autoridades de inmigración estadounidenses llevaron a cabo 2,38 millones de encuentros con migrantes (término que incluye aprehensiones y expulsiones) en la frontera suroeste en el año fiscal 2022, la estadística incluye un número significativo de migrantes que intentaron entrar en Estados Unidos en múltiples ocasiones sin autorización. Esta reincidencia se ha visto parcialmente incentivada por la falta general de consecuencias, resultado de la política de expulsiones del Título 42 aplicada al comienzo de la pandemia de COVID-19. Aun tomando en cuenta las entradas repetidas, el número de encuentros únicos en el año fiscal recién concluido superó el récord anterior de 1,64 millones de aprehensiones en el año fiscal 2000. Sin duda, estos encuentros de migrantes, que representan un aumento del 37 por ciento con respecto al año fiscal 2021, han desbordado las capacidades de procesamiento, la infraestructura federal y las comunidades fronterizas.

Ignorar la compleja historia detrás de estas tendencias no solo obstaculiza el desarrollo y la implementación de políticas para gestionar mejor los flujos migratorios, sino que también desvanece la oportunidad de informarla creación de relaciones y políticas regionales que puedan abordar las nuevas y compartidas realidades de la migración que comienza mucho más al sur que México o el norte de Centroamérica.  

La historia detrás de los números

Aunque la atención pública se centrará en las cifras récord, el cambio en la composición de los migrantes que llegan a la frontera de Estados Unidos es igualmente importante. Esta diversificación de los flujos es el resultado de una compleja mezcla de factores que motivan la emigración y de políticas estadounidenses y regionales.

Tras casi una década en la que la mayoría de los migrantes procedían de México, El Salvador, Guatemala y Honduras, los flujos hacia Estados Unidos desde países de origen no tradicionales están aumentando. Los migrantes de fuera de México y del norte de Centroamérica representaron 43 por ciento de aquellos que intentaron entrar entre los puertos de entrada en la frontera Estados Unidos-México en el año fiscal 2022, en comparación con el 4 por ciento de hace cinco años. 

Gráfica 1. Encuentros de migrantes entre puertos de entrada, por país de nacionalidad, año fiscal 2008-22 

Notas: Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) utiliza el término “encuentros” para contabilizar las aprehensiones en virtud del Título 8 y las expulsiones en virtud de la orden de salud pública del Título 42 que se aplicó en marzo de 2020, poco después del inicio de la pandemia de COVID-19.
Fuentes: Tabulaciones del Migration Policy Institute (MPI) basadas en los datos de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, “U.S. Border Patrol Nationwide Apprehensions by Citizenship and Sector”, consultado el 5 de octubre de 2022, disponible en línea; y CBP, “Southwest Land Border Encounters”, actualizado el 21 de octubre de 2022, disponible en línea.

Durante el año fiscal 2022 hubo 571,159 encuentros de venezolanos, cubanos y nicaragüenses entre puertos de entrada, más que los 520,602 encuentros de migrantes de El Salvador, Guatemala y Honduras. Estos nuevos países de origen tienen vínculos diplomáticos debilitados con Estados Unidos, lo que hace que las prácticas establecidas para el retorno de sus ciudadanos sean inoperantes. Esta tendencia cambiante refleja el aumento de las llegadas de venezolanos y la disminución de los encuentros de hondureños y guatemaltecos en los últimos cuatro meses del año fiscal. Reflejando esta nueva realidad, los cinco principales países de origen de los migrantes fueron México, Guatemala, Honduras, Cuba y Venezuela, que juntos representan 71 por ciento de todos los encuentros en el año fiscal 2022.  

Gráfica 2. Encuentros mensuales de migrantes en la frontera México-Estos Unidos, por país de nacionalidad, año fiscal 2022 

Fuente: Tabulaciones del MPI de datos del CBP, “Southwest Land Border Encounters”.

Cambio de realidades y capacidades en la frontera 

Los puntos de llegada de los migrantes a la frontera México-Estos Unidos han cambiado mucho y varían según la nacionalidad. Esto ha obligado a las autoridades de inmigración a transferir su personal y ajustar sus capacidades a lo largo de la frontera, especialmente en los sectores de la Patrulla Fronteriza menos equipados para procesar a migrantes que no son mexicanos.  Aproximadamente 57 por ciento de todos los encuentros con migrantes entre los puertos de entrada en el año fiscal 2022 ocurrieron en los sectores de Rio Grande Valley, Del Rio y Yuma. Después de años sin mucha actividad, el sector Del Rio registró la mayoría de los encuentros en la frontera y superó a el sector Rio Grande Valley. Sin embargo, Yuma tuvo el mayor aumento (170 por ciento) entre el año fiscal 2021 y el año fiscal 2022. Además, la diversidad de nacionalidades en estos sectores ilustra el cambio en composición de los flujos. Hondureños fueron la mayoría en el Rio Grande Valley, los cubanos fueron la mayoría en Yuma, y casi el mismo número de venezolanos y mexicanos fueron encontrados en Del Rio.

Gráfica 3. Encuentros de migrantes entre puertos de entrada, por sector fronterizo, año fiscal 2019-22

Fuente: Tabulación de MPI de datos de CBP, “Southwest Land Border Encounters”.

Los motivos que impulsan y atraen la creciente migración hemisférica 

Los cambios en el volumen y la diversidad de nacionalidades de la migración irregular hacia Estados Unidos han sido provocados por episodios agravados de inestabilidad económica y represión política en Latinoamérica y el Caribe, junto con factores de atracción en Estados Unidos que incluyen una creciente demanda laboral. Desde 2015, más de 7 millones de venezolanos han emigrado de su país con problemas económicos y políticos, la mayoría de los cuales se establecieron inicialmente en países vecinos. En la actualidad, un número cada vez mayor está transitando por Sudamérica y Centroamérica a través de México y hacia Estados Unidos. Del mismo modo, los nicaragüenses que tradicionalmente han emigrado a Costa Rica ahora también están emigrando hacia el norte, uniéndose a los patrones de migración tradicional a Estados Unidos desde México, el norte de América Central y Cuba.

Más allá de los motivos que impulsan la emigración de los países de origen y del imán de un mercado laboral estadounidense que tiene numerosos puestos de trabajo sin cubrir por la oferta nacional, años de espera para adjudicar casos de asilo y la aplicación desigual de otras políticas migratorias en Estados Unidos y en el hemisferio también provocan la creciente migración.

Las consecuencias imprevistas del cambio de política se ilustran con el Título 42, la orden de salud pública que autoriza a la CBP y al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) a expulsar a algunos migrantes a México o a su país de origen, basándose en la preocupación por la transmisión del COVID-19.

Aplicación del Título 42 

Aproximadamente el 45 por ciento de todos los encuentros con migrantes en y entre puertos de entrada de la frontera México-Estos Unidos en el año fiscal 2022 fueron sujetos a procedimientos de expulsión en virtud del Título 42, en comparación con el 61 por ciento del año anterior. La cuestión de cuáles son los migrantes sujetos a expulsión depende en gran medida de su nacionalidad, de los acuerdos de repatriación entre Estados Unidos y el país de origen de los migrantes, y de los acuerdos con México para aceptar el retorno de algunos nacionales que no son mexicanos. Por ejemplo, 86 por ciento de los encuentros mexicanos fueron sujetos a expulsión en el año fiscal 2022, en comparación con menos del 2 por ciento de los venezolanos, cubanos y nicaragüenses. La falta de acuerdos de repatriación de Estados Unidos y de lazos diplomáticos debilitados con Venezuela, Cuba y Nicaragua, junto con la represión política y las profundas dificultades económicas en esos países, hace que sea casi imposible devolver a los migrantes de forma segura.  

Los cambios en la aplicación del Título 42 han transformado la composición de los flujos migratorios (con una menor proporción de encuentros con mexicanos y centroamericanos del norte), lo que explica la disminución proporcional de las expulsiones a lo largo del tiempo. Queda por ver cómo el anuncio del 13 de octubre, bajo cual el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) expulsa a migrantes venezolanos a México en virtud del Título 42, afectará a las tasas generales de expulsión. La política busca reducir las entradas irregulares de venezolanos y promover una nueva vía legal para hasta 24.000 de aquellos que reúnan los requisitos necesarios y que así serían preaprobados para obtener un permiso de libertad condicional humanitaria para entrar al país por avión. 

Gráfica 4. Proporción de encuentros de migrantes sujetos a procedimientos de Titulo 42 y Titulo 8, por país de nacionalidad, año fiscal 2022

Notas: Los migrantes que son sujetos a procedimientos de Título 8 pueden ser: repatriados de manera expedita, detenidos y, posteriormente, deportados, o ser liberados temporalmente a los Estados Unidos mientras se resuelven sus casos de deportación (junto con posibles solicitudes de asilo). Los migrantes que son sujetos a el Título 42 son procesados para expulsión inmediata o diferida, a menudo dentro del mismo día en que son identificados. A los migrantes que son repatriados bajo el Título 8 se les prohíbe temporal o permanentemente ingresar a los Estados Unidos y pueden enfrentar sanciones penales si intentan reingresar, pero no en el caso de los migrantes sujetos al Título 42.
Fuente: Tabulaciones del MPI de datos del CBP, “Southwest Land Border Encounters”.

Al mismo tiempo, los migrantes sujetos al Título 42 son expulsados sin cargos migratorios, incentivando a algunos a intentar reingresar de manera irregular varias veces. Esto ha resultado en un aumento en la tasa de reincidencia, que ahora es de 26 por ciento, frente al 7 por ciento en el año fiscal 2019. El Título 42 ha provocado una gran cantidad de reencuentros mexicanos, y la nueva política del DHS probablemente resultará en más intentos de migrantes venezolanos buscando entrar irregularmente.

Trazando una nueva estrategia 

Este año récord de encuentros fronterizos, después de aumentos repentinos en 2014, 2016, 2019 y 2021, solo subraya la realidad de que se necesita una nueva estrategia. Gestionar la migración en la frontera México-Estos Unidos requiere mucho más que seguir agregando nuevos recursos y control migratorio.

Dada la inestabilidad económica y la represión política constante, así como la disminución de la resiliencia a los eventos climáticos, es probable que los nuevos flujos de Venezuela, Nicaragua y otros países continúen, al menos en el corto plazo. Además de controles fronterizos, para gestionar mejor la migración, Estados Unidos debe:

  1. Reformar su procesamiento de asilo fronterizo para garantizar adjudicaciones justas, pero más rápidas mediante el aumento de su capacidad de procesamiento. El nuevo reglamento de asilo implementado recientemente por la administración Biden, que hasta ahora ha registrado solo un número muy pequeño de casos tiene el potencial de renovar el procesamiento de asilo en la frontera si se amplía. Esto podría poner fin a los retrasos de varios años para resolver casos de asilo, los cuales mantienen a los solicitantes en el limbo y fomentan la presentación de solicitudes injustificadas, además de aumentar otros retrasos masivos en los tribunales de inmigración.
  2. Ampliar las vías de empleo legal temporal para trabajadores centroamericanos y así ayudar a canalizar algunos flujos de irregulares a regulares, reduciendo la presión en la frontera México-Estos Unidos.
  3. Trabajar con los países de las Américas para fortalecer la protección humanitaria y los sistemas de gestión migratoria mediante la inversión en asistencia técnica y capacidad institucional.
  4. Invertir en un desarrollo sustentable y transparente en México y Centroamérica que con el tiempo pueda reducir los factores que impulsan la migración.
  5. Fortalecer la cooperación regional entre las autoridades para combatir las redes de tráfico de migrantes y promover la gobernanza y los esfuerzos anticorrupción.

Los gobiernos de las Américas están logrando avances en algunos de estos objetivos. Por ejemplo, en junio, Estados Unidos y otros 20 países firmaron la Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección para mejorar la gestión de la migración regional, incluyendo el acceso al asilo, nuevas vías legales e integración de inmigrantes. No obstante, se necesitan compromisos más concretos, así como esfuerzos para rastrear y evaluar los resultados.

Aunque gran parte del enfoque en los Estados Unidos está, por supuesto, en el número de personas llegando a la frontera suroeste, el aumento de la migración también está afectando a otras partes del hemisferio. Los flujos récord de migrantes extracontinentales a través de la selva del Tapón del Darién que conecta Colombia con Panamá pronostican aumentos en la migración a través de Centroamérica y México. Los 28.000 migrantes venezolanos que caminaron a través de la selva mortal en agosto se dirigían en su mayoría a Estados Unidos; Y con más de 34.000 venezolanos registrados en el Tapón del Darién en septiembre, es muy probable que muchos de ellos lleguen pronto a la frontera México-Estados Unidos.

Las autoridades costarricenses y mexicanas han observado aumentos similares en la migración de venezolanos, cubanos y nicaragüenses. A pesar de endurecer las políticas de control migratorio, las autoridades regionales no han podido reducir significativamente la migración irregular, en parte porque enfrentan dificultades similares a las de Estados Unidos para repatriar a los migrantes a Venezuela, Cuba y Nicaragua. La imposición de requisitos de visado para migrantes venezolanos por parte de México en enero, por ejemplo, redujo las llegadas por vía aérea durante algunos meses, pero los flujos irregulares por tierra aumentaron constantemente después de mayo. Más importante aún, los enfoques regionales existentes no han logrado mejorar las condiciones locales y los mecanismos de protección no se han ampliado lo suficiente como para brindar a los migrantes una alternativa razonable a la migración irregular y detener su movimiento.

No existen soluciones simples o de corto plazo para estos desafíos migratorios cada vez más complejos y hemisféricos. Pese a esto, los aumentos de migrantes en la frontera México-Estados Unidos que han ocurrido bajo múltiples administraciones y estrategias de control migratorio demuestran que controles fronterizos por sí solos no pueden tener éxito (ni son sostenibles). Si los gobiernos se enfocan en la realidad detrás de las cifras de encuentros en la frontera, pueden cooperar de manera proactiva en políticas que, con el tiempo, pueden hacer que la migración sea más segura, ordenada y regular, y también pueden preparar a la región para futuros retos migratorios.

  • El autor agradece a Colleen Putzel-Kavanaugh por su asistencia en esta investigación.
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