Los Ángeles, cal.- El Valle Oaxaqueño es considerado en Rey de las Roscas. Y es que la panadería, restaurante y mercado oaxaqueño es el punto de referencia para que cada año cientos y miles de personas acudan a adquirir la deliciosa rosca para celebrar una de las tradiciones más hermosas de la navidad, el Día de los Reyes Magos.
Muchos han sido los comentarios de los comensales quien año tras año hacen una larga fila para adquirir la mejor rosca del año.
“Es uno de los mejores lugares, sino el mejor, donde preparan las Roscas de Reyes. Cada año venimos a comprar para disfrutar con nuestras familias, de verdad que las recomiendo”, expresó en su oportunidad Lupita Carranza, quien salió con dos cajas grandes y una enorme sonrisa. “Me llevo dos calientitas, frescas y huelen delicioso ¡Ya quiero darle una mordida a una!”.
Y no es para más, el aroma del pan oval recién horneado inunda el cruce de las calles Vermont y Venice. No hay quien se resista, y hasta el más incrédulo entra a la panadería de Don Arturo Aguilar para ver desfilar decenas y decenas de roscas que son delicadamente almacenadas en cajas especiales en espera del siguiente propietario.
Para darse abasto y darle mejor servicio a los clientes, Aguilar dispone de un horno que tiene una capacidad de entre 48 y 72 roscas, dependiendo el tamaño.
Año tras año El Valle Oaxaqueño supera sus ventas y este año seguramente así será porque para la mayoría de los oaxaqueños es la mejor Rosca de Reyes.
La tradición en México
La tradición de la Rosca de Reyes según el gobierno de México tiene su origen y sus comienzos en la Edad Media (siglo XIV) en países europeos como Francia y España que poco tiempo después, llegó a México durante la conquista. Desde entonces es costumbre partir una rosca de pan, la cual se caracteriza por tener forma circular, símbolo del amor eterno de Dios que no tiene principio ni fin.
Cuenta la historia que tres Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltazar, (montados en un camello, un caballo y un elefante), viajaron desde el Oriente hasta Jerusalén guiados por una estrella, para adorar a un profeta recién nacido y llevarle tres ofrendas: oro, incienso y mirra. Los tres “Reyes del Oriente” encontraron al Niño, quien tenía tres días de nacido, se postraron ante él y le dieron las tres ofrendas. El día en que finalmente los Reyes Magos conocen al Niño Jesús, se le denomina como epifanía, encuentro que simboliza la Rosca de Reyes.
Para los cristianos, la forma ovalada de la rosca, representa el círculo infinito del amor a Dios. Las frutas secas cristalizadas que adornan el pan, simbolizan las joyas incrustadas en las coronas de los Reyes Magos, el muñeco escondido, representa al Niño Jesús.
En México se tiene la tradición de quien encuentra la figura del Niño Jesús, debe cuidarlo hasta el dos de febrero, que se celebra el “Día de la Candelaria”.
Es así que en la actualidad, la madrugada del 6 de enero, los niños reciban regalos que los reyes les dejan en sus casas en representación de los obsequios que le llevaron al Niño Jesús.