- La Delegación de San Pedro Yolóx participa por primera vez en la fiesta oaxaqueña
- Putla Villa de Guerrero, Oaxaca, de la región de la Sierra Sur se presenta con los “tiliches”
Especial de Impulso
Los Ángeles, Cal.- Cuando encontró a la amiga que no había visto por décadas, se sonrió, la abrazo y la vio de arriba para abajo. Al principio no la reconoció, pero poco a poco los recuerdos de la infancia llegaron y con ellos las palabras y la pregunta ¿qué te has hecho?.
Esos fueron momentos mágicos de amigas que se rencontraron en la Guelaguetza efectuada el pasado 6 de agosto por la Organización Regional de Oaxaca (ORO) en el parque Edward Vincent Jr. de Inglewood, California.
La festividad sirve para el reencuentro con los paisanos de varias comunidades, desde los Valles Centrales hasta los de la Sierra Sur y Norte quienes vuelven a vivir un día como si estuvieran en la tierra del Dios Nunca Muere de Macedonio Alcalá y de la Canción Mixteca que evoca el recuerdo de la tierra de los ñuu savi.
Para algunos era la primera vez en la Guelaguetza de ORO, organizada hace más de 30 años, como los de la Delegación de la Chinantla Alta con su delegación compuesta por integrantes de la Organización Cultural Xoloxochitl, quienes trabajaron 4 meses antes para ejecutar sus danzas a la perfección.
Leonel Cuevas Hernández dijo que sus danzas las ejecutan desde niños y los pobladores de ese municipio también participan en la escuela musical de su comunidad como parte de su herencia cultural.
Su danza representativa es el “Carnaval o Encuentro” que refleja aspectos de la conquista española y se da en el marco de la celebración católica de la Cuaresma, un domingo antes del miércoles de ceniza.
“Es un encuentro entre las dos culturas que nuestros antepasados nos heredaron. La unión de los españoles con la conquista y nosotros los prehispánicos, por eso unos van vestidos de manera elegante y otros más sencillos, es la unión de dos culturas y está bien organizado el baile”, dijo el coreógrafo de la danza.
La congregación de San Pedro Yólox data de 1603 según dijo Hernández quien participó con la banda y su grupo de baile.
Señaló que San Pedro Yólox es un pueblo migrante de la Sierra Juárez que pertenece al Distrito de Ixtlán. De este lado de la frontera comentó que sus inmigrantes se reúnen para participar en la banda de música de viento y el grupo de danza para afianzar su cultura y seguir inculcándola a la niñez.
Esta comunidad oaxaqueña también cuenta con equipos de baloncesto que han participado en los torneos deportivos que organizan las comunidades serranas como forma de convivencia entre paisanos y para recaudar fondos para obras en sus comunidades de origen.
Según Hernández más de la mitad de su comunidad es inmigrante y la mayoría se encuentra en diversas partes del Sur de California, desde Pasadena, Long Beach hasta la ciudad de Los Ángeles.
Otros de los participantes en la llamada fiesta racial indígena más grande de Latinoamérica, fueron los tiliches de Putla que llegaron desde San Francisco, Santa Rosa, Fresno y San Diego, California.
Luis Hernández dijo que era el tercer año que participan en la Guelaguetza en Los Ángeles con el objetivo de seguir sus tradiciones e impulsarlas en toda la comunidad migrante.
Hernández es un oaxaqueño de 25 años originario de Putla Villa de Gurrero, Oaxaca, de la región de la Sierra Sur, a un lado de la mixteca y participó con un total de 11 tiliches en la fiesta, algunos de ellos del estado de Puebla que les gusta la danza que “es ruda pero no violenta” y otros de diferentes barrios de su comunidad.
Explicó que desde su comunidad él se vestía de “tiliche” con ropas usadas que han portado los viejitos de toda la vida y que por eso están rasgadas y viejas.
“Representamos a los viejitos vestidos de tiliches que son trapos viejos que han usado y que tienen esos tiliches porque han vivido por mucho tiempo; son trapos de toda la vida. Y volvemos antes del miércoles de ceniza como almas”, comentó.
Explicó que los tiliches son prácticamente personas disfrazadas de toda la población, principalmente de los diferentes barrios que hay como barrio la Cureña, de donde es él, barrio Palo de Ovo, Barrio del Centro y Chilapa, Canta Ranas, El Rosario, Asunción, el Campo de Aviación y Guadalupe Yute, entre otros.
También participan gente que llega de otros estados de México e incluso extranjeros y actualmente muchos migrantes que retornan a su comunidad para estar en esa celebración.
Todos ellos se unen y celebran el famoso “Carnaval Putleco”, donde los tiliches hacen un robo y ese robo lo tiene que tomar algún tiliche, robarlo y huir para que gane el premio que puede ser de 10 a 15 mil pesos.
“Se recuerda cuando los ancestros robaban el ganado de los conquistadores y se celebra la danza el último día del Carnaval”, explicó Hernández sobre la danza de los tiliches.
Y dijo que los tiliches sacan al padre de la iglesia y lo llevan cargando en un toro que es robado por los tiliches y con el sacerdote recorren la plazuela frente a la presidencia municipal.
Sobre la comunidad inmigrante de su población dijo que casi todo tienen un familia en Estados Unidos, pero que la mayoría de su pueblo comenzó a emigrar para Nueva York y Nueva Jersey, donde han formado sus propias organizaciones.
Hernández ha participado con los “tiliches” en las Guelaguetza que organiza la comunidad inmigrante oaxaqueña en Lamont en el condado de Kern, Santa Rosa, San José, Los Ángeles, Oxnard y el próximo mes se presenta en Fresno, California.
Las invitaciones les llueven y no solo incluyen las Guelaguetzas sino que también los invitan a las fiestas de los pueblos inmigrantes en donde también la gente se reencuentra.