ByPeter White/EMS
Un nuevo estudio concluye que las mascarillas sirven de poco para prevenir la propagación de virus como el de la gripe y el Covid, y que lavarse las manos y las vacunas ofrecen mayor protección.
Las mascarillas “no son mágicas”
El Dr. William Schaffner, catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Vanderbilt, abrió la sesión describiendo los retos que plantea el realizar estudios sobre el uso de mascarillas, ya sea en un entorno sanitario o en la comunidad. “No se puede controlar en todo momento el comportamiento de las personas con respecto al uso de mascarillas. Eso es algo que ciertamente no se puede hacer y, por supuesto, (las mascarillas) tienen que utilizarse correctamente”, afirmó.
Aun cuando muchos investigadores han estudiado múltiples medidas físicas para evitar que las personas contraigan un virus, los responsables del estudio de Cochrane evaluaron estudios en los que se compara el desempeño de sólo tres intervenciones: mascarillas quirúrgicas, mascarillas de respiración N95/P2 y la higiene de las manos.
Según los resultados, no estaban seguros de que las mascarillas ayudaran a frenar la propagación de los virus, pero decidieron que la higiene de las manos “puede ayudar a frenar la propagación de los virus respiratorios”, afirmó Schaffner.
Sin embargo, también señaló que, en la mayoría de los casos, el uso de mascarillas iba acompañado de distanciamiento social y… “en ciertas comunidades, estábamos en un encierro. Nos quedábamos en casa. Así que hicimos todas esas cosas más o menos simultáneamente. Y es difícil -imposible en realidad- determinar qué proporción de la reducción que vimos en Covid se debió al uso de las mascarillas por sí solas”. En cuanto a su propio consejo, Schaffner recalcó que “las mascarillas no son mágicas”. Pero afirmó que las personas de los grupos de alto riesgo podrían empezar a usarlas de nuevo la próxima temporada de gripe. “Ofrecerán otra capa de protección para protegerme a mí, una persona muy vulnerable, de adquirir una infección de otros”.
Se acabaron los mandatos de usar mascarilla
“No creo que podamos seguir imponiendo a la población el uso obligatorio de mascarillas”, afirmó la Dra. Monica Ghandi, catedrática de Medicina y jefa adjunta de la División de VIH, Enfermedades Infecciosas y Medicina Global de la UCSF de San Francisco.
Gandhi se refirió a un estudio danés sobre el uso de mascarillas en el que no había ningún mandato en vigor en ese momento y a otros dos en Bangladesh y Guinea-Bissau en los que todos los aldeanos llevaban mascarillas. El estudio concluyó que “el uso de mascarillas era muy poco eficaz”.
Durante la oleada del Delta, el condado californiano de Orange no impuso el uso de mascarillas, pero el cercano condado de Los Ángeles sí lo hizo. “Y no hubo diferencias en las tasas de transmisión o mortalidad. Lo más importante es que las tasas de vacunación hicieron la diferencia”, afirmó Gandhi.
Lo más importante que puede hacer la gente durante la pandemia es vacunarse, aconsejó Gandhi. “Creo que tenemos que mantener la opción del usar una mascarilla”.
El libro de Gandhi recientemente publicado, Endemic, trata sobre la politización de la política de salud pública. Dijo que el cierre de las escuelas durante la COVID fue una decisión políticamente impulsada y “no buena para los niños en los Estados “azules”, porque los Estados “rojos” mantuvieron sus escuelas abiertas”.
La Dra. Mina Hakim, especialista en pediatría del South Central Family Health Center de Los Ángeles, ofreció una opinión similar sobre las mascarillas “desde las trincheras”.
“Los resultados del estudio fueron claros en el sentido de que las mascarillas quirúrgicas, las mascarillas N95, no marcaron ninguna diferencia en la transmisión del COVID o de la gripe”, afirmó Hakim.
“La mascarilla es una pequeña pieza de un escudo mucho mayor que tenemos contra el COVID. Yo utilizaría la pieza más grande del escudo, que es una vacuna, y no recomendaría las mascarillas para la población general”, añadió Hakim. Al igual que Schaffner y Gandhi, recomendó las mascarillas para las poblaciones vulnerables.
Niños y mascarillas
Según él, la colaborativa Cochrane analizó algunos estudios específicos sobre niños, y los resultados fueron aún más definitivos.
“Los niños son los que peor se lo montan. Tendrías suerte si tuvieras a un niño con los pantalones puestos al final del día, por no hablar de tener una mascarilla que aumenta la humedad, aumenta la dificultad para respirar y es incómoda en general”, dijo Hakim.
Están constantemente tocando cosas, limpiándose la nariz, quitándose la mascarilla para comer y beber. Comparten lápices y bolígrafos que han estado en la boca de otros niños. Y a los adolescentes se les da fatal ser obedientes, añadió Hakim.
Al igual que Schaffner y Gandhi, Hakim recomendó el uso de mascarillas para las personas vulnerables.
“Si pudiéramos proporcionar mascarillas sobre todo a las personas de alto riesgo, creo que aumentaría la confianza, porque no se las imponemos, sino que las ponemos a su disposición, de modo que la gente se sienta más cómoda y segura de que es algo bueno”, afirma Hakim.
Los tres ponentes coincidieron en que, a medida que estudios como el informe Cochrane revelan nuevos hallazgos sobre la eficacia de la atención preventiva, éstos no deben mermar la confianza del público.
“Una de las cosas más difíciles de entender para el público en general es que hoy le daremos nuestro mejor consejo, pero si aprendemos algo esta noche, es posible que mañana tengamos que cambiar ese consejo, y que se trata de un proceso continuo”, afirma Schaffner.