- Niños latinos, los más afectados en su salud mental.
- Padres deben promover la empatía y el respeto para combatir el bullying.
Los Ángeles, Ca.- La falta de psicólogos que hablan español en Estados Unidos y que entiendan la cultura latina representan un gran problema para los niños de la comunidad latina porque son los que están en más alto riesgo de tener problemas de salud mental en comparación con otros grupos poblacionales, según afirmó la doctora y la Directora Clínico Ejecutivo de la Fundación para la Salud Mental para los Niños Ariana Hoet.
De acuerdo con la Asociación Americana de Psicología (APA), el 7 por ciento de los psicólogos licenciados en Estados Unidos se identifican como latinos, y sólo el 5.5 por ciento de los terapeutas pueden ofrecer servicios en español, lo que cobra gran importancia tomando en cuenta que el 18.9 por ciento de la población total de la Unión Americana es de origen latino, lo que equivale a más de 62.5 millones de estadounidenses, y de ellos el 67.6 por ciento de los latinos utiliza el español en el entorno familiar.
“Los estudios nos dicen que entre más un terapeuta entiende la cultura de la familia y sea de la misma comunidad del paciente, mejor les va a ir a los niños en el tratamiento para la salud mental”, explicó la doctora Hoet. “Además muchos de los padres quieren psicólogos en los que puedan confiar, que hablen español y entiendan nuestra cultura por lo que necesitamos más profesionales del ramo que tengan no sólo el entrenamiento académico sino que también cumplan con esas características”.
Además comentó que para saber si los hijos y/o hijas necesitan atención de salud mental, los padres deben estar atentos a las siguientes señales; cambios en el comportamiento de los niños, si están ansiosos, tristes, enojados o irritables y si eso es casi todos los días por unas 2 ó 3 semanas.
“También les recomendamos a los padres que se fijen en el comportamiento de sus hijos”, resaltó. “Como si antes les encantaba hacer algo y ahora no lo quiere hacer, si antes le iba muy bien en la escuela y ahora está saliendo mal, si ya no quiere estar con las amistades, ya no se la lleva bien con las personas, todos esos cambios, si es casi todos los días y lleva semanas así, esa es una señal de que algo puede estar pasando”.
En los casos donde los niños sufren bullying en las escuelas, la doctora mencionó: “Eso es muy difícil, porque sabemos que el ambiente escolar es muy importante para la salud mental de los niños, lo primero que siempre recomendamos es que los padres hablen con las autoridades de la escuela, que traten de poner ciertas reglas en la escuela para proteger a los niños de ese tipo de acoso y si la escuela no está escuchándolos, deben ir a hablar al distrito escolar porque muchos de ellos tienen reglas y procesos contra el bullying y también deben informarse sobre sus derechos para proteger a sus hijos, y si aún así no encuentran una respuesta positiva a veces es necesario buscar asesoría legal para ayudar a las familias”.
Aseveró que los niños que hacen bullying es una señal de que su salud mental tampoco está bien por lo que es importante ver que está pasando en sus casas, porque son los adultos lo que tienen que dar un buen ejemplo a los niños, que deben tener un buen comportamiento hacia las otras personas, enseñarles a los niños la empatía, el respeto.
Según datos del sitio de internet www.stopbullying.gov en Estados Unidos, al menos 20 por ciento de los estudiantes entre 12 y 18 años de edad han sido víctimas de acoso escolar, y un estudio dado a conocer el Día Nacional contra el Acoso en el país indicó que los estados con los peores problemas de este tipo son: California, Alaska, Nevada, Nueva Jersey y Nevada.
La doctora Hoet informó que durante el regreso a clases de este año, la Fundación para la Salud Mental para los Niños realizó un cuestionario a los padres donde les preguntaron qué es lo que más les preocupa de los niños en clase y contestaron; “que es la conexión social, como iba a irles académicamente, la violencia en la escuela, el bullying, y el 50 por ciento de ellos dijeron que estaban preocupados en como la tecnología está impactando a los niños en como socializan, o sea que los niños están como muy solos, no interactúan el uno con el otro en persona debido a que siempre están conectados con el internet”.
Reconoció además que es muy común que los padres le den los teléfonos celulares a los niños para calmarlos o entretenerlos, algo que se recomienda no hacer, pues una herramienta muy importante que tienen que aprender los niños durante su crecimiento es como regular sus emociones, como sentir, como calmarse y es algo que tienen que aprender a hacerlo sin la tecnología, es algo que siempre hablamos con los papás y que tiene que haber un balance en todo.
“Hay que asegurarnos que cuando le damos acceso a los niños a la tecnología, estén en una edad en que puedan usarla responsablemente, que los van a seguir monitoreando”, recalcó Hoet. “Hay que ponerle estructuras y reglas, buscarle un balance, si les vamos a dar acceso a los dispositivos, que sea solo cierto tiempo, porque también tienen que pasar tiempo con la familia, con sus amistades, hacer sus tareas y no dejar que el uso les impacte sus interacciones en persona en su día a día”.
“De acuerdo a los estudios los niños menores de 2 años no deberían tener acceso a la tecnología porque su cerebro todavía se está desarrollando en maneras muy importantes por lo que tiene que interactuar con el mundo real”, reiteró. “Y entre los 2 y 5 años de edad la recomendación es esta bien darle acceso a la tecnología pero con videos educativos como Plaza Sésamo pero limitándolos a 30 minutos al día y monitoreados por sus padres.
En lo que se refiere a los medios sociales, la especialista aclaró que todavía no hay suficientes estudios como para darles un edad básica en la que los niños pueden tener acceso a esas redes, depende de cada niño, si es responsable, sigue las reglas, tiene buena relación con sus padres, si no está en riesgo de bullying porque se siente bien consigo mismo, no se compara con los demás, eso indica que ya le puedo dar acceso pero siempre monitoreándolo, con reglas, con balance.
“Ahorita los niños están pasando 7 horas al día en el teléfono celular y eso es peligroso, porque los especialistas sabemos que el que pasen más de 3 horas al día en los celulares es problemático porque sube el riesgo a la ansiedad, la depresión, a los pensamientos suicidas”, resaltó. “También como papás tenemos que estar pendientes de que esas tecnologías no les estén quitando otras oportunidades como la convivencia familiar es importante conversar con los hijos, conectarse uno con el otro”.
Informó que desde el 2009 al 2019 antes de la pandemia vimos más depresión, más pensamientos suicidas, más ansiedad, y el tener los medios sociales en nuestros celulares fue alrededor del 2012, entonces vemos que pasaron las 2 cosas al mismo tiempo, no hay los suficientes datos para decir que las redes sociales son la única causa de los problemas de salud mental porque son muchos aspectos que afectan la mente y la comunidad latina tiene muchos factores que causan stress, hay más riesgos de pobreza, de bullying, de discriminación, de identidad, la separación de familias, problemas para encontrar hogar.
La doctora Hoet participó a principios del mes de Octubre como panelista en el evento realizado por la Fundación para la Salud Mental para Los Niños junto con la Fundación CAA para celebrar por anticipado el Día Mundial de la Salud Mental.