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La sanación radical está ayudando a la comunidad a salir del trauma del racismo 

  • Necesario llevar el programa innovador que se está aplicando en comunidades asiático americanas a otras comunidades de color que están experimentando racismo. 

Los Ángeles, Cal.- La sanación radical -un programa piloto instaurado por la AAPI Equity Alliance-  está ayudando a salir del trauma del racismo a la comunidad asiático americana y es necesario llevar este programa innovador al resto de las poblaciones de color que están sufriendo del racismo, discriminación y ataques de odio.

Lo anterior fue revelado durante la video conferencia organizada por Ethnic Media Services el pasado 31 de mayo en el que participaron oradoras de la comunidad japonesa, china y coreana que compartieron sus experiencias del programa.

El programa piloto es un espacio de sanación para cinco comunidades asiático americanas distintas: camboniana, china, filipina, japonesa y coreana que buscan dar sentido a sus experiencias con el racismo y aumento de delitos motivados por el odio.

Y es una adaptación de psicólogos de la liberación negra, que ayudaron a los afroamericanos a superar el trauma racial de generaciones.

El programa se llama Healing Our People Through Engagement (HOPE) y se basa en puntos fuertes de los individuos y sus prácticas culturales de sus comunidades para desarrollar una compresión compartida y una respuesta colectiva al racismo actual.

Michelle Sewrathan.

Michelle Sewrathan Wong, Directora Gerente de Programas de la Alianza Equidad AAPI dijo que son una organización en la que colaboran mas de 40 organizaciones de base que se dedican a mejorar la vida de las personas Asiáticas Americanas e Isleñas del Pacífico que durante la pandemia del 2020 fueron los chivos expiatorios de los políticos por la transmisión del Covid-19.

Como consecuencia dijo que su comunidad fue blanco de ataques físicos y se sintieron no bienvenidos en sus propias comunidades a tal punto que fueron ridiculizados por sus vecinos.

“Sabemos lo que estaba pasando en las comunidades no solo por los ataques físicos. Sabemos de los casos de sufrimiento profundo y emocional de lo que había ocurrido. La exploración ha hecho que lleguemos al marco de sanación desarrollado por afroamericanos, latinos y asiáticos americanos, que se enfocan más allá para lidiar con los traumas actuales y aprovechan la resiliencia de la comunidad enfrentándose al odio”.

Dijo que mas allá de la edad, genero e identidad se dieron cuenta que su comunidad estaba sufriendo una epidemia de aislamiento, depresión y ansiedad, y dañando su salud, cuando les escupían y decían ciertas palabras raciales o cuando se les negaba servicio en los restaurantes.

Wong dijo que no solo es necesaria una cura a nivel individual sino también una comunitaria con una acción colectiva por lo que están trabajando con 5 comunidades asiáticas-americanas, las más grandes en población, implementando el programa HOPE y dándoles un espacio donde sentirse apoyados.

La directora dio las gracias al Departamento de Servicios Sociales por el apoyo al programa y a sus socios comunitarios como Litte Tokio, Corea Town, entre otros que están implementando los programas de sanación y ayudando a sanar con traumas raciales.

Anne Saw, Doctora y Profesora Asociada de Psicología en la Universidad DePaul y ex Vicepresidenta de la Asian American Psychological Association dijo que de acuerdo a investigaciones de décadas, el racismo daña la salud y la persona puede padecer depresión y ansiedad, estrés postraumático y sentimientos de malentendido, aislamiento y no sentirse empoderados por lo que “la sanación es urgente”.

Anne Saw.

Comentó que ella como parte de una organización que documento casos en la pandemia se dio cuenta de que muchos sufrían el trauma racial, síntomas de ansiedad, dolores de cabeza y les costaba dormir, además de que tenían sentimientos de no querer estar con personas alrededor.

Saw comentó que la comunidad asiático americana no usan servicios de salud occidentales por el estigma y debido a la falta de cuidado apropiado con su cultura y su idioma. “El apoyo de salud mental está alejado y (nosotros) estamos dando un espacio de sanación para miembros comunitarios para que se sientan cómodos”.

La doctora afirmó que es el primer programa basado en la comunidad desarrollado en el marco de la sanación radical diseñado por personas de color y publicado en el 2020.

“Este programa es nuevo en el ámbito de la sicología y enfatiza la sanación en vez de lidiar con aspectos traumáticos”, afirmó.

“Cuando nos enfrentamos a un racismo continuo estamos utilizando fortalezas de la comunidad, cultural y familia; participando en acciones que promueven el bienestar colectivo e individual, lo que anima el cambio positivo. Utilizamos el trabajo desde las raíces, la palabra radical es llegar a las raíces y en este caso de la injusticia”, mencionó.

Y comentó que muchas de las comunidades de inmigrantes no tienen un contexto para lidiar con el racismo pero que a través del innovador programa crean espacios para alentar las conexiones genuinas para promover la sanación de tal forma que los participantes de HOPE puedan sentirse menos solos, empoderados y aprender en base del programa.

Xueyou Wang, Facilitadora del Programa HOPE y Asistente del Programa de Servicios Sociales en el Centro Little Tokyo dijo que los participantes japoneses de HOPE al inicio tenían dudas si el programa era para ellos pero que al hablar se dieron cuenta que sí era necesario entre su comunidad.

“Los participantes hablaron de microagresiones durante la pandemia por ser asiáticos americanos y usar la mascarilla en público, lo que los hacía ser un blanco para ser atacados. Y cuando estaban rodeados de una multitud, sentían la necesidad de proteger a la persona (asiática) y sentían estrés. Esto puede parecer cosas menores pero son pequeñas cosas que se acumulan y la salud mental se vuelve algo serio porque no se aborda”.

Wang comentó que los asiáticos americanos japonense son únicos porque tienen experiencias de 4 o 5 generaciones.

“Ellos tienen la perdida de la historia y la temen, hablan de los campamentos de internamiento que sus abuelos sobrevivieron y que se perdió en la historia porque no se compartió. Y los (inmigrantes) más recientes tenían temor de perdida cultura y se sentían que habían perdido su historia y hablaban de esas pérdidas en su comunidad”.

Al final dijo que los participantes entre 20 años y otros de otras generaciones hablaron de los problemas de su comunidad en Litte Tokyo como la gentrificación y de las acciones que pueden hacer para cambiarlo, sintiéndose empoderados.

Yu Wang, Facilitadora del Programa HOPE, Terapeuta Matrimonial y Familiar Asociada en el Asian Pacific Counseling and Treatment Center (Centro de Asesoramiento y Tratamiento para Asia y el Pacífico) habló de la comunidad china y de cómo se sintieron temerosos de salir a las calles por el odio en su contra.

“Muchos de nosotros por nuestra cultura no empatizamos en compartir sentimientos. Muchos de nosotros no tenemos el idioma para expresar emociones y empeora el aislamiento”, comentó.

Dijo que los participantes hombres se sentían excluidos y que luego de que empezaron a compartir sus historias se sintieron optimistas, como una mujer que fue la primera que dijo que se sentía aceptada en el grupo y quería experimentar su cultura.

Comentó que uno de los participantes, un estudiante internacional, no veía a la comunidad como un recursos pero que ahora sí.

“Aprendimos a apoyarnos unos a los otros y efectuar cambios. Uno de los hombres que experimento racismo en el trabajo inicialmente quería arreglar los problemas de otros y entendió que el racismo afecta muchas cosas y mostró la importancia de trabajar juntos para hacer los cambios al final.

Wang dijo que liderar a 4 participantes con diversas experiencias la ayudó a ella entender a los que han experimentado racismo y que al participar en estos grupos están haciendo la diferencia con la sanación radical.

Joann Won, Facilitadora del Programa HOPE y Facilitadora del Programa en el Centro Comunitario Juvenil Coreano con licenciatura en Psicología por la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) dijo que ella es de la generación Z y que como una persona coreana creada en California siempre tuvo el privilegio de ser representada pero que eso radicalmente cambio durante la pandemia por los crímenes antiasiáticos.

 “No estamos listos para eso, por lo menos para mí”, dijo al revelar que los padres asiáticos tenían miedo de salir de sus hogares por lo que escuchaban de lo que sucedía en lugares como KoreaTow o Nueva York, en cuanto a los crímenes de odio.

Won reconoció que sentía ansiedad y miedo y que el programa de sanación radical fue increíble no solo porque pudo entender el racismo desde su propia experiencia sino porque hubo conexión con otras personas de su comunidad a través de sus historias.

“Una persona compartió su experiencia de racismo sin ninguna interrupción y ella reveló cuanto dolor tenía. Estaba llorando y expresando una micro agresión y paso a una lista de micro agresiones. Se sentía excluida en el vecindario y se reían de ella, haciendo comentarios por su acento”, comentó.

Dijo que durante la narración de sus historias había un gran silencio y lo mantuvieron de tal manera que se sintieron conectados durante las 6 semanas que duró el circulo de sanación radical integrado por 5 personas coreanas.

Al final del programa los participantes querían estar conectados entre sí y fueron almorzar juntos creando su propia comunidad. “Tuvimos que comprender que no estamos aislados con el dolor del racismo y que el programa fue increíble”, afirmó.

Comentó que ojalá y hubiera existido el programa HOPE en la década de los 60’s y 70’s para ayudar a sus padres a sanar del trauma que tienen que ver con el racismo y tener un espacio que les diera alegría.

Xueyou Wang, Facilitadora del Programa HOPE y Asistente del Programa de Servicios Sociales en el Centro Little Tokyo, Yu Wang, Facilitadora del Programa HOPE, Terapeuta Matrimonial y Familiar Asociada en el Asian Pacific Counseling and Treatment Center (Centro de Asesoramiento y Tratamiento para Asia y el Pacífico) y Joann Won, Facilitadora del Programa HOPE y Facilitadora del Programa en el Centro Comunitario Juvenil Coreano con licenciatura en Psicología por la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). (de izq. a der.)

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