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La violencia doméstica con armas se incrementa cuando no hay leyes que restringen su uso

  • La muerte de niños que juegan con armas se ha incrementado en 31% desde el inicio de la pandemia.
  • Más de 2.000 personas murieron por tiroteos relacionados con la violencia doméstica en 2020, representando un incremento de 4% respecto al año anterior.

Los Ángeles, Cal.- Cuando no hay leyes que restringen el uso de armas, aumenta los casos y las probabilidades que las mujeres que sufren de violencia doméstica sean víctimas de ellas.

Hay datos que indican que el incremento de la violencia doméstica durante la pandemia se ha incrementado en un 20%, lo que sugiere que hay una conexión en la que 4 millones y medio de mujeres son amenazas con pistola en Estados Unidos.

Lo anterior fue revelado durante una videoconferencia organizada por Ethnic Media Services el pasado viernes 17 de septiembre, en la que 4 expertas hablaron de tema de la violencia doméstica y el uso de armas de fuego.

A Pauletta Pérez su esposo le disparó 5 veces, 4 de esos disparos dieron en su cabeza.

El 2 de enero del 2010, recuerda haber escuchado un ruido que la hizo voltear la cabeza, cuando se dio cuenta vio frente a ella, a dos pies de distancia, a su esposo con una pistola disparándole.

Ella trató de evitar las balas, tratando de pelear con él, porque en ese momento dice que uno no sabe qué hacer.

“Luego de los cinco disparos, pasé y lo empuje, para pasar a otro cuarto. Llegue abajo, hacia la puerta, para salir a la calle. Logre no sé cómo, darle la vuelta a la perilla y salí corriendo con un vecino.

Tuve un gran vecino que le habló instantáneamente a la policía. Los otros, vecinos, no sabían qué hacer”.

Antes de ese día trágico, narró con voz quebrajada que después de casarse empezó a experimentar abuso de su esposo.

Abuso que incluía no solo el físico sino también el emocional y financiero, a pesar que ella siempre ha sido una mujer luchona, de lo que se siente orgullosa.

“Pero llegó un día… que no sabía que la persona que quería llegaría a tal punto de llegar a matarme”.

Pérez dice que no ha querido armas en su casa, pero que se enteró que había una después que la policía detuvo a su esposo con una de ellas.

“El es un dueño de negocio, que tenía la posibilidad de llevar armas, pensé, pero lo que nunca pensé es que usaría armas contra mí”, explica, mientras narra que ella suponía que ya no tenía armas luego de que la policía se la confiscara.

“Pero también ya pasaba por violencia y no lo sabía,” dice, al referirse a que desde niña siempre le decían que si la golpeaban respondiera de la misma manera, golpeando.

La arma que uso su esposo para dispararle era de su padre, un entusiasta de las armas, y quien previamente le había dicho a su esposo  que tomara todas sus armas y las llevara a la policía para deshacerse de ellas.

Lo que no pensó es que su esposo no las entregó y se quedó con ellas.

“Pienso que el incremento de la violencia doméstica es por la venta de las armas que ha contribuido a su aumento”, dijo tras afirmar que ella tuvo suerte de estar viva y de poder seguir luchando por ella.

Ese día el esposo de Pérez se suicidó, evitando que lo llevara a la corte y enfrentara el divorcio en ese duro y dramático proceso para la víctima.

“Era muy fácil ponerme en posición fetal y caerme”, dice, al explicar que al contrario decidió hacer algo y empezó su trabajo como activista.

Ahora mucha gente de todo el mundo la contacta porque no sabe qué hacer, al ser víctima de violencia doméstica.

“Hay gente que simplemente quiere que la tomen de su mano para ir a corte. Hay gente que está lista para alejarse de esa persona (los victimarios) y les ayudamos con las órdenes de restricción”, afirma.

Para Pérez nada ha sido fácil, ha tenido que enfrentar muchos procedimientos quirúrgicos para deshacerse de las balas.

“Perdí mi capacidad de oír, del lado derecho, la capacidad de hablar. Me tomó de 6 a 7 años poder hablar claramente y no perder las palabras. Y añade, podía escribir, pero no hablar”.

“Ha sido mucho tiempo pero todavía tengo fragmentos de bala en mi cabeza, pero no se pueden tocar porque es muy delicado,” explica, al revelar que cada 3 o 6 meses tiene evaluaciones para ver dónde están los fragmentos de las balas.

La recomendación que hace Pérez a las víctimas de abuso doméstico es que primero sepan qué armas están en sus hogares y si son legales, porque si algo ocurre tienen que hacer el seguimiento de las armas.

“Si alguien les muestra que tiene una arma y les dicen que les van hacer daño, ¡escúchenlos!”, advierte.

Para Tiffaniy Garner, manager estatal en Virginia del Norte de la Iniciativa de Violencia en la Comunidad, la violencia es un patrón de conducta que demuestra poder y control que en una relación de pareja en la que todos pueden ser víctimas, sin importar las étneas, el nivel económico y los colores.

“Las víctimas son de todos los entornos de la vida. No hay una receta”, dijo, al afirmar que la violencia puede empeorar la situación cuando hay armas de por medio, que pueden llegar a ser letales tanto para las mujeres y niños, si hay en el hogar.

En Estados Unidos las mujeres tienen 21 veces más probabilidades de que mueran en eventos que involucran armas, explicó y dijo que al menos 600 mujeres son asesinadas a tiros cada año, no solo en situaciones de violencia doméstica sino en eventos relacionados a las armas.

“Más de un millón de mujeres son víctimas a quienes les han disparado su pareja intima”, dijo al referir que esos son de los casos registrados, pero que no se sabe cuáles son las cifras exactas.

Aclaro que en hogares donde hay armas de fuego hay 12 veces más probabilidades de que sean disparadas, siendo las mujeres las más factibles como víctimas.

Especificó que el 70% de las víctimas de violencia doméstica son mujeres, y en la parte judicial hay un vacío en donde la mayoría de los casos se manejan en un contexto civil y no en los tribunales.

“La víctima debe demostrar que la amenaza debe ser inmediata. Lo difícil es llevar estos casos a los tribunales y hay muchos motivos”, dijo, al explicar que muchas veces el abusador continua atacando y acosando a la víctima dentro del proceso legal y eso puede terminar de mal manera.

“Muy seguido estos abusadores usan tácticas de manipulación para evitar que sus víctimas los lleven a los tribunales”, afirmó.

Shikha Hamilton, directora nacional de incidencia y movilización de la organización Brandy: Unidos por el fin de la violencia con armas, dijo que el tener armas incrementa los resultados fatales en una situación de violencia doméstica en 500%.

Por eso dice que si hay crisis en el hogar lo mejor es deshacerse de las armas.

“Muchas veces las mujeres que han sido víctimas, sea esposas o pajeras, son 7 veces más propensas a ser víctimas en hogares con armas”, dijo al señalar que se en Estados Unidos hay 393 millones de armas.

“4.6 millones de niños viven en hogares con armas en sus casas”, dijo al citar datos nuevos que dicen que la muerte de niños que juegan con armas de ha incrementando en 31% desde el inicio de la pandemia, con un promedio de 100 personas que mueren por la violencia de las armas.

Sgún Gun Violence Archive, más de 2.000 personas murieron por tiroteos relacionados con la violencia doméstica en 2020. Este es un aumento del 4% con respecto a 2019.

“Lo más importante es que muchas mujeres sufren en silencio y necesitamos hablar de esto, proporcionar educación y recursos para que las mujeres no sean víctimas en su silencio”, dijo Laura Cutillentta, directora de Giffords Law Center.

Las expertas consideran importante que se siga trabajando para cortar el flujo de armas ilegales e investigar de dónde salieron, porque dicen que los legisladores no están pasando leyes que restrinjan su uso debido a lo que representa en dinero de los cabilderos (lobby) de armas.

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