A menos de un año de que varios educadores que participaron en el Programa de Verano 2023 de UCLA aseguran que ya se nota un impacto positivo
Varios de los maestros de Los Ángeles que participaron en el programa de verano de 2023 en Oaxaca, México, aseguran que lo aprendido durante el programa que promovió y organizó el Instituto Latinoamericano de UCLA, ayuda a mejorar las relaciones humanas entre el estudiantado de las escuelas.
Soledad González, maestra de pre kinder y kinder de la escuela elemental Normandie Avenue, y Jaqueline Torres, profesora de artes plásticas del grado 12 de San Fernando High School, coincidieron en señalar que a un año del programa, ya se sienten efectos positivos.
En julio del año pasado, un total de 18 docentes de Los Ángeles, desde pre kinder hasta High School, vivieron en Oaxaca por un mes para adentrarse a la cultura de la región con el propósito de transmitir los conocimientos a los alumnos, que se caracterizan por provenir de diferentes etnias y razas, lo que ha generado que surjan rencillas, bullying o hasta golpes entre ellos por una falta de educación, comprensión y respeto.
Al finalizar el primer programa, Verónica Zavala, coordinadora de Difusión Educativa del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de California de Los Ángeles (UCLA), aseguró que la intención de llevar a los maestros a Oaxaca a estudiar la lengua zapoteca y la cultura oaxaqueña fue con el propósito de que aplicar los conocimientos con sus estudiantes.
“Este tipo de programas da mucha oportunidad a concientizar y a dar contexto a diferentes grupos étnicos y definitivamente da una buena oportunidad para traer pláticas sobre cultura, migración y discriminación en las clases escolares”, expresó. “Pero el resultado de eso no vamos a poder medirlo pronto, es a largo plazo”, dijo en septiembre pasado.
Por su parte, las docentes también contaron cómo han innovado sus planes de estudios en el aula.
Semillero de valores y respeto
González explicó que aunque sus alumnos son edades tempranas y no conocen de bullying ni violencia por su inocencia, es muy importante compartir con ellos experiencias multiculturales para sembrar en ellos valores y respeto por todas las comunidades.
“Enseñarle eso a los niños desde temprana edad estaremos contribuyendo a que en un futuro disminuya la violencia en las escuelas”, comentó. “Estamos educando niños para que crezcan más inclusivos, y este programa ayuda”.
La docente compartió que su experiencia en Oaxaca reforzó sus conocimientos sobre la cultura.
“En las aulas ahora hacemos actividades multiculturales con todo el ánimo para que los niños aprendan apreciar y a respetar otras culturas. Y sí, creo que este programa funciona para crear ambientes sanos en las escuelas”.
Comentó que desgraciadamente el problemas de violencia entre los estudiantes empieza a manifestarse a partir de los grados cuarto y quinto.
“Sabemos que esos problemas se pueden dar por falta de conocimiento sobre las diferentes razas, y es cuando surge el bullying entre los alumnos, y hasta pueden llegar a golpes. Nuestras comunidades en Los Ángeles son muy diversas”.
González, que tiene 20 años de experiencia y enseña bajo el programa dual (aprendizaje al mismo tiempo del inglés y español), dijo que tiene comprende las diferentes culturas porque ha tenido alumnos de padres oaxaqueños, guatemaltecos y de varios estados mexicano, como Michoacán, Puebla, Guadalajara y Guerrero.
“Pienso que el programa que tomamos ayuda mucho a entender y apreciar y ver lo ricas que son nuestras culturas. Y las familias de los alumnos también aprenden a apreciar, a identificarse y a identificar sus identidades para que el bullying no lo afecte mas adelante”.
Crear comunidades con estructura Tequio (solidarias)
La profesora de Artes plásticas de High School, Jaqueline Torres, trata de crear en su escuela comunidades con la estructura Tequio, en la que todos, de alguna manera, colaboran a través de instrumentos de solidaridad social.
“Para mí, el aprendizaje que me llevé en Oaxaca mas que nada, fue el estilo de colaboración comunitaria, el Tequio, en la que hay que hacerse responsable de uno y de otro. Se me hizo algo muy bonito.
“Y siento, que más que nada, es lo que más rápido pierden, tristemente, los estudiantes de raíces oaxaqueñas o de otros estados y países, incluso pierden eso antes de perder la cultura, el lenguaje u otras costumbres”, dijo.
Para tratar de hacer partícipes a toda la comunidad escolar, Torres organizó en noviembre pasado el Día de Muertos en la escuela, en el que trató que tanto alumnos, ex alumnos, maestros y comerciantes del área participaran.
“Incluso, invitamos a otras escuelas”, agregó.
Consideró que el aprendizaje sobre la comunidad en Oaxaca aplicado en su escuela puede ayudar a combatir el odio en la escuela.
“Yo pienso que sí porque cuando los alumnos colaboran juntos para un proyecto o propósito en común, no hay tiempo para el odio o la violencia. Se enfocan en la meta.
“Me dí cuenta esta vez que mis estudiantes se sintieron adueñados o responsables del evento, tanto como los otros maestros y yo que organizamos”, expresó.
Torres comentó que unos de los momentos que le parecieron sorpresivos, fue que algunos ex estudiantes regresaron a la escuela para pedir participar con un gafete de voluntario, que al final se lo pidieron como recuerdo porque eso los hace sentir importantes y especiales.
“Y eso es bonito, eso no me lo esperaba. De hecho ya están empezando a preguntar sobre el evento de este año”, expresó. “Entonces, sí pienso que el programa ayuda a mejorar las relaciones entre los estudiantes, aunque realmente en mi clase donde se trabaja en equipo, no veo tantos problemas entre los estudiantes, pero sí ocurren en la escuela”.
Denuncia el odio llamando al (833) 866-4283 o al 833-8-NO-HATE, se pueden realizar de forma anónima de lunes a viernes de 9 a.m. a 6 p.m.
Información adicional en: https://www.cavshate.org/ (eligiendo español como idioma)
Nota: Este informe es parte de la serie de trabajos que desarrolla Impulso Newspaper con Stop The Hate (STH), gracias a la financiación proporcionada por el Estado de California y administrado por la Biblioteca del Estado de California (CSL) en asociación con el Departamento de Servicios Sociales de California y la Comisión de Asuntos Estadounidenses de las Islas Asiáticas y del Pacífico de California (CAPIAA).