jueves, noviembre 21, 2024
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Una historia ejemplar de resiliencia contra el odio y la adversidad

  • La discriminación no afecta su orgullo por ser indígena zapoteca
  • Busca apoyo para poder regularizar su situación migratoria

Los Angeles, Ca.- “Bacon Wrapped! Bacon Wrapped!, Hot Dogs! Hot Dogs!” ofrecía con entusiasmo a los paseantes del famoso Hollywood Boulevard con una gran sonrisa que ocultaba los ataques de odio, la discriminación y la violencia familiar que sufrió con las dos parejas que tuvo, pero nada de eso parece desanimar a Katy a quien llamaremos así para proteger su privacidad, y quien afirma que cada día es una oportunidad para trabajar para alcanzar las metas al mismo tiempo que trata de ayudarle a las personas que la rodean.

Mary, es originaria del estado mexicano de Oaxaca, es bajita pero su corazón es enorme, al igual que su resiliencia y su fe en Dios, lo que la ha ayudado a seguir luchando por sus sueños a pesar de las adversidades que le ha tocado experimentar en estos 34 años que tiene viviendo en Los Ángeles a donde llegó cuando tenía 26 años de edad acompañando a su entonces esposo.

“Cuando yo llegué aquí empecé a trabajar en las ventas y después trabajé en una fábrica de joyería en Beverly Hills, pero tuve que dejar todo cuando mi ex-esposo se llevó a mi hijo de 5 años de edad a México  y lo dejo allá, tuve que ir a recuperarlo”, resaltó. “Yo estuve 4 años casada, sufrí mucha violencia doméstica con él, había muchos golpes, mucha violación”.

La inmigrante oaxaqueña zapoteca ha sido víctima de ataques de odio, pero eso no la detiene y sigue adelante siendo resiliente ante la adversidad.

Mary, quien dice ser orgullosamente zapoteca y hablar esa lengua indígena, dijo que los abusos llegaron a tal grado que temió por su seguridad y en 1993 levantó un reporte policial en contra de su ex-esposo y le pusieron una orden de restricción y le ordenaron tomar clases de violencia doméstica, lo cual él nunca hizo.

Varios años después de haber terminado esa relación, relató, decidió irse a vivir con su entonces nuevo novio, originario de Jalisco y quien al principio la trataba muy bien.

Él era un hombre muy responsable, que por la mañana trabajaba en la pintura y en la noche en un restaurante para ayudarla a mantener a las 3 hijas que tuvieron juntos, pero que después de un tiempo, hace 6 años, todo empezó a cambiar.

“Se volvió muy violento, muy celosísimo, muy posesivo, me alejó de toda mi familia”, reveló Mary. “Hasta que un día mis hijas estaban discutiendo en la calle cuando de repente llega él, agarra a la más pequeña por el cuello y la tira al suelo y en ese momento estaba pasando la policía y se detuvo e hicieron un reporte policial y después llegó la trabajadora social”.

“Me querían quitar a mis hijas porque su papá era muy violento y alcohólico, me dijeron que si quería conservarlas nos teníamos que separar, entonces tuve que buscar quien nos daba alojamiento y mi hermana aceptó delante de la trabajadora social”, mencionó. “Pero una vez que ella se fue mi hermana me dijo que no me quería en su casa entonces tuve que seguir buscando ayuda hasta que una vecina italoamericana aceptó que nos quedáramos en su casa hasta que mi esposo abandonara el apartamento para poder regresar”.

Mary comentó que la jueza del caso los mandó a tomar clases de violencia doméstica y de padres y a él, además, le ordenaron tomar clases de control de la ira, agregó que ella cumplió con todos los lineamientos porque no quería perder a sus hijas, sin embargo a su ex-pareja le quitaron la custodia porque en uno de los chequeos físicos que le hicieron encontraron altos índices de anfetaminas y cocaína, y en el 2019 se separaron.

“Pero en diciembre de 2023 volvió a buscarme y cuando le dijo que no se acercara porque hay una orden de restricción, me agarró por el cabello y me golpeó tan fuerte que tuve que llamar a la policía y luego fuí al hospital donde me pusieron un collarín, pero aún así tuve que regresar a trabajar para poder pagar la renta del apartamento y los servicios”.

Mary aseveró que en estos momentos se encuentra ahorrando dinero para poder contratar los servicios de un abogado de inmigración porque la policía le dijo que calificaba para la Visa U.

Señaló que con su primer esposo tuvo un hijo, quien fue deportado durante la pasada administración presidencial de Barack Obama y con el segundo esposo tuvo 3 hijas, la mayor ya tiene 29 años y estudia leyes, la segunda de 23 años está en la Universidad de San Francisco estudiando comunicaciones y la tercera de 21 años está bajo su cuidado porque después de su separación cayó en una profunda depresión y trató de suicidarse 3 veces.

Y como si eso fuera poco, Mary también admitió que ha sufrido varios ataques y experiencias negativas como vendedora ambulante de hot dogs y aguas frescas en el área de Hollywood.

“Hay mucho racismo, mucha discriminación”, aseguró. “En el pasado la policía llegaba, nos tiraba todas las cosas a la basura, nos daba una multa de mil 100 dólares y nos llevaban a la cárcel; en los 19 años que tengo vendiendo en la calle perdí mi carrito de hot dogs como unas 30 veces y cada vez tenía que comprar todo de nuevo, pero después de la pandemia del Covid 19 entró la Asociación de Vendedores Ambulantes a apoyarnos pero los vendedores que llegaron desplazaron a los más antiguos porque ya no quisieron irse, entonces ahora somos muchos y la venta es menor”.

“Eso no es todo, hace 3 años fuí a desayunar con mi hermana y un indigente blanco nos agredió y golpeó a mi hermana en la cara hasta tirarla al piso y nos gritaba improperios y ‘go back to México’, tuvimos que correr para protegernos y fuimos a la policía”, contó Mary, y agregó que otra noche cuando venía de vender otro indigente saco un tubo para pegarle y tuvo que correr hacia un centro comercial que estaba enfrente y pedir ayuda.

“En otra ocasión en la línea roja del metro un señor afroamericano me empezó a insultar, sacó un encendedor y trató de prender fuego a mi cabello llamé a la policía y nunca llegó”, recalcó. “Y eso no es todo, otro día también en el metro un hombre que parecía pandillero me venía acosando por lo que decidí cambiar de vagón pero él me venía siguiendo y diciéndome frases muy ofensivas e insultantes”.

Resaltó que antes sufría de constantes acosos por parte de un grupo de jóvenes afroamericanos desamparados que le robaban parte de su mercancía hasta que pudo hablar con ellos diciéndoles que la estaban perjudicando que si tenían hambre mejor le dijeran y que cuando ella pudiera les ayudaba fue así que uno de ellos que ahora es adulto vino a buscarla a su puesto y le dijo que  ya tenía apartamento y le dió 300 dólares y le dijo que era porque le dió comida y lo alentaba cuando nadie lo hacía.

“Ahora viene en ocasiones, me saluda y me dice: Ya comiste? Qué quieres de comer? Y me regala la comida y me dice; estoy muy feliz porque estoy trabajando, eso me llena de satisfacción”, reveló Mary con la voz entrecortada y lágrimas contenidas. “Siempre que puedo ayudo a las personas porque pienso que todo es retroactivo y espero que alguien así le tienda la mano a mi hijo, (quien está en un centro de rehabilitación en México por problemas con el alcohol)”.

“Durante toda la pandemia yo trabajé y ahorré 17 mil dólares para comprarme mi camioneta para poder transportarme con mi carrito de venta”, agregó. “Los únicos que sabían dónde estaba ese dinero eran mi ex-esposo y el ex-novio de mi hija menor y en Mayo del año pasado cuando fuí a checar el dinero porque iba a ver un vehículo ya no había nada y me puse a buscarlo pero no lo encontré y cuando fuí a la policía me dijeron que no podían hacer nada porque no había ido de inmediato y que las huellas se borran entonces caí en depresión, fuí al hospital; yo quería comprar la camioneta porque me da mucho miedo la calle cuando termino de trabajar por toda la inseguridad pública y lo que me ha pasado”.

Sin embargo a pesar de todas las adversidades sufridas, Mary aseguró que cada día se levanta con ánimo porque puede seguir trabajando en su negocio para cubrir sus necesidades.

La oaxaqueña zapoteca vendedora ambulante en el paseo de la fama de Hollywood, Ca. atendiendo a unos turistas que le compraron hot dogs.

De acuerdo a un reporte del Departamento de Justicia de California en el período de 2022, los eventos de crímenes de odio en contra de los latinos  se incrementaron a un 9.9 por ciento lo que equivale a 210 casos y las ofensas de crímenes de odio en contra de este grupo étnico ascendió a 10.8 por ciento, lo que se traduce en 280 casos.

Los casos de crímenes de odio en contra de las mujeres ascendieron a 11 en el 2022, lo que representa un aumento de 0.5 por ciento en comparación al 2013.

Cualquier víctima o testigo de un incidente o crimen de odio en California puede denunciarlo y recibir apoyo llamando al 833-8-NO-HATE; (833) 866-4283 de lunes a viernes de 9:00 am – 6:00 pm. Para obtener información adicional sobre la denuncia de un incidente de odio o crimen de odio y obtener apoyo, vaya a CA vs Hate.

Este recurso cuenta con el apoyo total o parcial de fondos proporcionados por el Estado de California, administrado por la California State Library en asociación con el California Department of Social Services y la California Commission on Asian and Pacific Islander American Affairs como parte del programa  Stop the Hate . Para denunciar un incidente de odio o un delito de odio y obtener ayuda, visite CA vs Hate

NOTA:Este contenido es apoyado a través de fondos administrados por Latino Media Collaborative.

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