- Las mujeres asiáticas e isleñas del pacífico de la tercera edad son las más atacadas físicamente y mortalmente.
- El repunte del odio va en aumento, mientras que organizaciones luchan por detenerlo.
- El 12 de marzo se conmemora un año del tiroteo en Atlanta.
Los Ángeles, Cal.- El incremento de ataques de odio contra la comunidad asiática americana aumentó a 10 mil 370 denuncias, con un 16% de ellos físicos y mortales contra las mujeres, en su mayoría de la tercera edad.
Un panel de expertas habló durante una video conferencia organizada por Ethic Media Services el pasado viernes 25 de febrero del trabajo que están haciendo para revertir el clima de odio contra la comunidad Asiático Americana e Isleñas del Pacifico (AAPI) , que en el 2019, en San Francisco, mató a la abuela de Susan Yee, Yik Oi Huang de 88 años.
Huang, quien emigró a Estados Unidos a finales de los 80’s, fue atacada frente a su casa, cerca de un parque, por el joven de en ese entonces 17 años, Keonte Garhron, quien lleva 2 años preso y un proceso detenido por la pandemia.
Susan Yee, primera generación de padres chinos, llegó a transmitir en Facebook live el incidente, por lo molesta que estaba con la horrible acción mencionado que su abuela “tenía golpes en la cabeza y quedó en condiciones sumamente malas”.
Lo que ha llevado a superar tal trauma y ayudado con esto ha sido preguntarse y responderse que seguramente hay mucho dolor en el joven, además de practicar yoga y la meditación.
Yee, quien es cofundadora del movimiento social por la solidaridad racial Asians Belong, dio testimonio del odio que sufre la comunidad asiática americana, que luego de la pandemia se ha exacerbado por la retórica del expresidente Trump, al culparlos de la pandemia.
En las últimas semanas en Nueva York dos mujeres una de edad mediana y otra mayor han sido asesinadas.
Organizaciones como la de Sung Yeon Choimorrow, directora executiva del Foro Nacional de Mujeres Asiáticas Americanas, están trabajando para revertir el odio, crear un mundo justo y seguro para los asiáticos americanos.
La activista habló, durante una videoconferencia organizada el pasado viernes 25 de febrero por Ethnic Media Services, que las mujeres ya se sentían inseguras viviendo en Estados Unidos, incluso antes de covid-19, pero que el culpar a China por lo que esta pasando creo un odio contra la comunidad asiática.
Ella misma como estudiante internacional dijo que ha sido objeto de acoso sexual por su origen de raza.
“Experimentamos mayor acoso por nuestra raza y genero. Más del 60% de los incidentes son denunciados por mujeres”, explicó, al señalar una encuesta… en la que se indica que el 70% de las mujeres AAPI votantes del 2020 dijeron que habían experimentado acoso y discriminación.
Por eso dice que no es una sorpresa lo que ahora está pasando ahora y narra que la primera mujer china inmigrante fue traída por un empresario de Nueva York que la exhibía como una dama china de pies pequeños y por su atuendo, y que la gente pagaba para verla.
“Se nos ha visto como entretenimiento, una experiencia que hay que consumir”, explica y luego señala otros episodios históricos que han padecido la comunidad asiática que terminan con el internamiento de los japoneses en 1942 con la Segunda Guerra Mundial.
Como un factor que contribuye a otros estereotipos, dijo que es el retrato que tienen los medios de comunicación de las mujeres asiáticas a quienes les llaman la dama del dragón o se presentan como geishas, flor de loto, para describirlas en una forma de hipersexualidad.
“Piensan que somos blancos fácil para el acoso sexual y otros acosos”, señala, al nombrar que, por otra parte, después de la Segunda Guerra Mundial, se les estereotipo como niños genios, por su inteligencia, ser sumisos y callados.
La historia nos ha retratado a las mujeres que solo queremos el éxito de nuestros hijos, sin sensibilidad, para hacernos que no somos humanas, agrega, al hablar que ella como madre lo que le entristece es que en las escuelas se usen esos estereotipos para poner a los niños en contra.
A los niños chinos estadounidenses les hacen bullying con perros y gatos y eso se perpetua, haciendo un gran daño a los niños, refiere, al mismo tiempo de señalar que a su comunidad ha sido vista como extranjeros perpetuos.
“Pero ya no es así, sabemos que esta tierra es indígena, en donde todos hemos emigrado”, confiesa.
Marita Etcubañez, directora senior de iniciativas estratégicas de la organización Asiática Americana Avanzando en la Justicia (AAJC, por sus siglas en inglés), dijo que su organización se enfoca en políticas federales para las comunidades asiáticas americanas en busca de una mejor sociedad equitativa y justa.
Y ellos están trabajando para que más voces hablen y entiendan que deben de reportar los casos contra las comunidad asiática porque muchas veces no se reportan lo suficiente. Algunos casos dijo se reportan a la policía y otros a las asociaciones.
Como respuesta muchas grupos se están uniendo en una alianza para participar con la capacitación a personas para intervenir cuando sienten acoso los asiáticos americanos, con el cambio de políticas y en general un cambio sistemático, dijo Etcubañez.
Cuando en mayo se promovió una ley anti odio, dijo que ambos partidos participaron en crearla incluyendo en ella además de la reparación del daño, la capacitación para las propias autoridades y que el departamento de Justicia cree pautas y sistemas para identificar y reportar los casos, que incluyan ala gente que no habla inglés.
La ley busca crear y establecer una línea de teléfono para reportar el acoso, y trabajar con agencias que no son de la policía y en escuelas, añadió.
Sobre la línea telefónica dijo que para ellos es importante que los teléfonos donde reportar el odio estén fuera de la policía para ayudar a la gente de manera social.
Sobre la ley antidiscriminación dijo que creen que esta ley pueda ser una solución a largo plazo, para tener una educación más inclusiva y agregar en las escuelas lecciones sobre la cultura asiática y que en los planes educativos hablen de historias amplias de la comunidad asiática.
“Trabajamos para empoderar a las comunidades asiático americana para que no tengan que lidiar con Covid-19 y el odio”.
También su organización esta trabajando con el entrenamiento público y capacitando a 150 mil personas.
“Tenemos técnicas para intervenir cuando la gente esta siendo atacada y llevando entrenamiento a la comunidad para protegerse como el uso del silbato amarillo, la campana cuando sientan peligro o clases de autodefensa. La gente tienen que estar al tanto de lo que pasa a su alrededor”, comenta.
Para Michelle Kang, secretaria general del Comité Coreano capítulo de Atlanta en Acción, trabajar con la comunidad es importante para dejar de pensar que los asiáticos americanos son gente extranjera.
Dijo que las comunidades hispanas, negras y asiáticas han levantado la voz y que de ello ha surgido, durante la pandemia, una conexión creando cambios y amistad.
“Estamos al tanto de este odio de las distintas razas, con un consenso de que debe detenerse”, afirmó.
En marzo del año pasado la comunidad AAPI realizó un rally para detener el odio contra los negros, judíos y latinos, con la demanda de detener los crímenes de odio y la xenofobia contra estas minorías, reveló.
Los rallys se han llevado a cabo tanto en Georgia, San Francisco, Nueva York, Los Ángeles, Chicago y Atlanta, para romper el silencio y en honor de las víctimas, al marcarse el año de que una persona asiática americana fue atacada en su vecindario, señaló.
“De hoy en adelante queremos detener cualquier crimen de odio y tener un clima de justicia. Ahora me siento más segura, hay un aumento de la concientización de nuestra seguridad”, comentó.
Sin embargo dijo que hace poco tiempo habló con el jefe de policía de Atlanta y le preguntó sobre el número de reportes de odio y que el número no era muy grande porque la mayoría de la gente no habla de esos casos y no los informa.
Para la activista es importante que se reporten los casos de odio porque sino las personas que los hacen van a seguir repitiéndolos.
Para el próximo 12 de marzo, la comunidad AAPI van tener un evento y develar una estatua para conmemorar el primer año del tiroteo de Atlanta que dejó ocho víctimas, seis de ellas de origen asiático.
En San Francisco, el lugar donde fue víctima de crimen de odio la abuela de Susan, Yik Oi Huang, va a ser cambiado con su nombre y nombrado parque de la amistad para crear un lugar de juego seguro, “para que nadie quiera pasear, lo haga en un lugar donde se sienta inseguro”, dijo su nieta.
Sung Yeon Choimorrow, directora executiva del Foro Nacional de Mujeres Asiáticas Americanas, Marita Etcubañez, directora senior de iniciativas estratégicas de la organización Asiática Americana Avanzando en la Justicia (AAJC, por sus siglas en inglés) y Michelle Kang, secretaria general del Comité Coreano capitulo de Atlanta en Acción (de izq. a der.)