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La justicia escasea para los que reportan crímenes de odio

  • Solo 5 casos de 1,970 reportados como crímenes de odio llegaron a juicio el año pasado.
  •  Víctimas se sienten doblemente atacadas; primero por el atacante y segundo por el sistema penal.

Los Ángeles, Cal.- Monthanus Ratanapakdee siente que la justicia ha sido demorada y negada para su familia, luego de que perdiera a su padre en un incidente en el que él asegura fue un crimen de odio ocurrido en enero pasado en San Francisco, California.

En un video se ve que el padre de Ratanapakdee, de 84 años, es atacado por un hombre que lo empuja y lo hace cae al piso. Dos días después muere en el hospital.

Según Ratanapakdee el fiscal no ha perseguido el crimen catalogándolo como odio, aludiendo que no fue esa la motivación.

Lo cierto es que solo unos cuantos casos de crímenes de odio llegan a juicio en California. De un total de 1,970 delitos reportados a las fuerzas policiales en el 2023, solo 5 llegaron a juicio, cuando el estado experimenta un alarmante repunte de violencia motivada por el odio, se dijo durante la video conferencia organizada por Ethni Media Service el pasado 23 de agosto.

Ratanapakdee explica que su familia piensa que fue un crimen de odio porque cuando su padre se dio la vuelta, y cuando el hombre lo atacó, le dijo que porqué lo estaba viendo, sin que su padre estuviera observándolo.

“El hombre fue a su carro y agarro un objeto, y fue con mi padre, un hombre mayor que estaba con sangre en su cabeza. No hubo nada que provocara el ataque”, mencionó.

Lo que quiere Ratanapakdee es que el fiscal haga su trabajo en base a las evidencias que se tienen para que la persona que cometió el crimen tenga que ser juzgado por eso.

Dijo que su padre era un abuelo para todos y que de eso están orgullosos.

Ratanapakdee quiere que los asiáticos americanos sean reconocidos y que les digan cómo reportar un crimen de odio.

“Me gustaría que entiendan que el sistema judicial no es solo reportar el crimen, sino luchar por justicia, recibir los recursos y asistir a las audiencias, y eso lleva tiempo”, afirmó.

Tras la experiencia vivida con su padre, comentó que los asiático americanos sienten miedo al reportar cualquier crimen, que se mantienen en silencio y no se defienden a sí mismos y a sus familias. “Queremos ser un ejemplo y no queremos ver en nuestra sociedad este tipo de violencia”, sentenció.

La ley estatal define los delitos de odio como actos delictivos cometidos, en su totalidad o en parte, basados en ciertas características reales o percibidas de la víctima, denominadas características protegidas. Estas características protegidas son discapacidad, sexo, nacionalidad, raza o etnia, religión, orientación sexual y asociación con una persona o grupo con una o más de esas características reales o percibidas.

Según la Fiscalía General, los delitos motivados por el odio se encuentran entre los delitos más deshumanizadores porque los autores ven a sus víctimas como carentes de todo valor humano. Además, los delitos de odio afectan a todos los grupos a los que pertenecen las víctimas.

"Regresa a tu país", le gritan mientras la atacan 

En otro caso, Kunni es una barman a la que rociaron gas pimienta mientras su atacante le gritaban “regresa a tu país”.

Kunni dijo que una persona quería jugar billar, pero que ella le dijo que el bar estaba cerrado. Fue cuando comenzó el altercado. “Esa noche estaba completamente sorprendida porque estaba haciendo la limpieza del baño cuando escuche a alguien hablar alto y la persona quería entrar, me dijo ‘estos chicos racistas no quieren que yo juegue’, yo le dije ‘lo siento, la barra está cerrando, lamento que no tengas tiempo para jugar billar’.

Fue entonces que la persona la llamó racista y muchas veces perra asiática, para después rociarle gas pimienta diciéndole ‘regresa a tu país’.

Kunni llamó a la policía y cuando llegaron le preguntaron lo sucedido y completaron un reporte, preguntándole también a los testigos del incidente.

Kunni dice que la persona la hizo su blanco por ser ella mujer y asiática, y que el fiscal le dijo que lo que había sucedido no era un crimen de odio.

“Parece que el fiscal no está de acuerdo conmigo, y hasta vio el video y dijo que no veía cuando la mujer dijo, ‘regresa a tu país’. Siento que no vió bien el video. Dijo que no parecía un crimen de odio, que no llega a la severidad para ser un crimen de odio, que tienen que ser más severo.

Ellos concluyeron que el incidente había sido porque le negaron jugar billar”, dijo durante la entrevista.

La mujer atacante de Kunni está libre y no se le impusieron cargos.

Kunni dice que el abogado de la atacante quería que el expediente de su clienta quedara limpio y la fiscalía no quería que fuera un asalto porque la mujer tienen un hijo.

Mientras tanto Kunni dice que todavía tienen traumas y asiste al siquiatra todos los miércoles por la ansiedad y el miedo que tienen.

“Yo siento, cuando camino por la calle, que tengo miedo, no me siento segura todavía y tengo ansiedad y miedo”, reveló tras decir que se siente doblemente atacada una por su atacante y la otra por la fiscalía.

“No estuvo de mi lado después de ver las evidencias y se siente injusto para mí”, comentó sobre el actuar del fiscal.

Ratanapakdee dice que abogados le han dicho que los casos están durando 98 años y que eso es normal en San Francisco, por lo que le sugirieron una pre-negociación y llegar a un acuerdo legal.

Pero lo que quiere la familia de Ratanapakdee es justicia para su padre, no importa la espera que tengan que hacer en años. Ya llevan 3.

Erin West, fiscal adjunta del condado de Santa Clara y especialista en crimen de odio dijo que ella se toma muy enserio cuando llegan los casos, que los repasan y que tienen dos personas revisando si es un crimen de odio. “Tenemos empatía por las personas que estamos viendo están siendo atacadas de esta forma”.

Explicó que cuando hay más de un sesgo es un caso sustancial y que para la víctima, en el caso de Kunni, puede ser frustrante y difícil continuar viviendo en el vecindario cuando se sabe que la persona que la atacó se salió con la suya.

En el caso de la muerte del padre de Ratanapakdee dijo que parece que la justicia está caminando de puntillas en cuanto a los derechos de las víctimas y que entiende lo que están enfrentando.

West reconoce que es difícil juzgar los crímenes de odio porque se tienen que comprobar que cuando lo hicieron hubo un sesgo y como ejemplo puso el caso de mujeres que son atacadas porque piensan que llevan mucho dinero en sus carteras y es fácil noquearlas.

También dijo que se necesita mejorar el sistema porque no se están recolectando datos precisos  y que lo importante es que el Departamento de Justicia de estado de California diga cuántos casos de crímenes de odio son juzgados no cuantos fueron emitidos.

Manjusha Kulkarni, cofundadora de Stop AAPI Hate opinó que los sobrevivientes no están teniendo la justicia que merecen y que hay un patrón de la policía de no identificar las cosas como crímenes y no reportar los casos al Departamento de Justicia, además de que no hay entrenamiento ni para la policía ni los fiscales, que no procesan los casos como crímenes de odio.

“No quieren ver las cosas como crímenes, porque no quieren ver a su vecindario como una región de odio. Tienen reticencia y muchas veces el odio que vemos en la comunidad APPI no es tan visible como quemar una cruz o una balística antisemita”, explicó.

Y argumentó que cuando mataron a 6 mujeres asiáticas en Atlanta, por un solo agresor, 3 de los fiscales no lo procesaron como crimen de odio.

Según un reporte del auditor de California publicado en el 2018, organismos encargados de hacer cumplir la ley como la Policía de Los Ángeles, el Departamento de Policía de la Universidad Estatal de San Francisco y el Departamento del Sheriff del Condado de Orange no identificaron correctamente algunos delitos de odio.  

Kulkarni dijo que “para avanzar no es suficiente enjuiciar los casos criminales o civil mente. Somos un estado de los más diversos y necesitamos detener el odio hacia todas las comunidades marginadas, por eso necesitamos todos los programas y todos los enfoques integrales”, manifestó.

Dijo que hay 173 organizaciones de latinos, asiáticos, musulmanes, trans, judíos y afroamericanos que trabajan con programas relacionados a detener el odio.

También comentó que las familias quieren rendición de cuentas y que las comunidades sanen para salir adelante.

Los fiscales tienen que hacer un buen trabajo, empoderar a la gente con educación y hacer que la gente sepa una forma de hacer que las cosas cambien dijo la fiscal West.

Ratanapakdee anunció que una calle de San Francisco llevará el nombre de su padre. “Queremos que no le vuelva a pasar a nadie. Queremos recordar a los mayores por lo que han pasado, no queremos que le hagan eso a muestra próximas generaciones”, afirmó sobre la muerte de su padre.

Monthanus Ratanapakdee, cuyo padre fue asesinado en lo que pereció un crimen de odio, Erin West, fiscal adjunta del condado de Santa Clara y Manjusha Kulkarni, Co-fundadora de Alto al Odio en la comunidad AAPI. (de izq. a der.)

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