Oax.- Las noches que pasamos en el zócalo escuchando a los mariachis, a los tríos, o simplemente por caminar, se perdieron con la caída de otro de los guerreros y testigos del tiempo y las historias amorosas, de sonrisas, de alegrías, de encuentros y desencuentros. Sitio donde muchos de los enamorados se encontraban, reencontraban y se despedían para siempre.
Hace unos días, el 15 de septiembre, cayó un laurel enfrente del portal de clavería, uno de los pocos que aún quedan, porque recordemos que el derribo de los laureles en el zócalo fue un detonante para el movimiento del 2006 que posteriormente se volvió un movimiento político más que social.
Sin embargo, en ese tiempo muchos de los arboles no fueron sustituidos y a partir de entonces la plancha del zócalo se notó más despoblada y ahora con la perdida de algunos ejemplares se nota aún más, amén del deterioro al que los someten los que llegan a protestar en contra del gobierno, sin entender que hasta ahora el Palacio de Gobierno se encuentra vacío y ha dejado paulatinamente de ser la sede del gobierno del estado de Oaxaca.
Este andar y disfrutar de la sombra de los árboles o sus ramas, de día o de noche tambien se había vuelto referencia como lo es el emblemático laurel donde hasta antes de la pandemia se realizaban diferentes actividades culturales en el extremo norte del zócalo.
Debido a la caída de este laurel la fundación Alfredo Harp Helú de Oaxaca (FAHHO), se dio a la tarea de buscar un árbol con el que sustituirlo para deleite de los paseantes, marimberos, vendedores de artesanías y con ello embellecer de nuevo el zócalo de Oaxaca, que hasta hace algunos años se le llego a conocer como la verde Antequera, no solo por el color de la cantera verde después de la lluvia, sino tambien porque visto desde el cerro del fortín parecía un valle esmeralda.
En un amplio boletín la fundación explica cómo se realizó la replantación de un árbol joven en lugar del anterior, explican que “los biólogos y expertos nos recomendaron un Ficus crocata, higo o amate negro. Para eso había que sanar la tierra infectada, llena de hongos y residuos, de la jardinera, así como hacerle un buen drenaje para evitar la inundación, en caso de lluvia abundante”.
La Coordinación de Medio Ambiente de la FAHHO, retiró cuatro camiones de volteo llenos de sustrato contaminado. Noches después, la jardinera volvió a llenarse de sustrato sano más dos toneladas de abono, lombricomposta y un molido de minerales para enriquecer la tierra.
La brigada de la FAHHO visitó algunas de las comunidades quienes sabiendo que el ejemplar sería para el zócalo de Oaxaca, ofrecieron ejemplares, como La Raya, San Bartolo Coyotepec, Santa Catarina Minas y, finalmente, en San Pedro Apóstol, Ocotlán, las autoridades propusieron un hermoso ejemplar del Paraje del Higo Mocho, en los terrenos de un particular, que lo había sembrado y cuidado durante ocho años. Ahora la Fundación deberá cumplir con el compromiso de sustituir ese y otro higo más en la Unidad Deportiva de San Pedro Apóstol.
La madruga del jueves 24 de septiembre de 2020 se terminó la proeza de replantar el árbol que adornará durante muchos años, esperemos, el zócalo capitalino, ofreciendo sombra a los transeúntes y cobijo a las aves y a las ardillas que tenían sus nidos y refugio en el anterior y aunque fue difícil desprenderse del árbol que con tanto cariño habían cuidado, los propietarios, y la comunidad, estuvieron de acuerdo porque dijeron: “Ahora San Pedro Apóstol tendrá una raíz que crece en el corazón de Oaxaca”.