- Empleada soporta todo por temor
Los Ángeles, Ca.- Después de 27 años de trabajar para una familia residente de la ciudad de Beverly Hills, una de las hijas despidió a la empleada en forma injustificada y no sólo eso sino que tenía actitudes abusivas, prepotentes y racistas en contra de la trabajadora a quien llamaremos María para proteger su privacidad.
María mencionó que aún trabaja para otros miembros de la familia por lo que prefirió omitir su verdadero nombre.
“Todo ese tiempo estuve trabajando en labores de limpieza, de cocina y cuidando a una pareja de ancianos de alrededor de 85 y 95 años respectivamente, cuando una de las hijas me quiso a obligar a cambiar de día de trabajo sin decirle al hermano, quien fue el que me contrató y me pagaba”, explicó. “Cuando le dije que ella le tenía que decir primero a mi jefe, la señora se enojó”.
“La señora empezó a darme órdenes a gritos y a golpear los muebles hasta me decía mustia e ilegal”, agregó la empleada de 55 años de edad, quien dijo que decidió quedarse en silencio como siempre lo hacía cada vez que ocurrían ese tipo de situaciones con la diferencia de que ese día la señora no paró en su actitud abusiva hasta que la despidió pese a que su verdadero patrón era su hermano, el doctor.
Comentó que pese a que le dijeron que sólo iba a cuidar a la pareja de personas mayores al final le dieron más trabajo que no le habían mencionado como hacer la limpieza de la casa, además de lo que ya hacía, que era lavar la ropa de los ancianos, darles de comer y bañarlos y agregó que todo eso lo tenía que hacer muy rápido ya que no le querían dar tiempo completo.
Expresó que debido a su situación migratoria irregular y a que tiene una hija y un nieto que necesitan cuidados especiales siempre ha tenido temor de perder el trabajo que tiene con diferentes miembros de esa familia ya que ella es la que mantiene a su descendencia sin recibir asistencia pública ya que hasta hace poco se enteró que existen programas que le pueden ayudar.
“A ella no le importó que yo ahora sufro de dolores en la espalda y que hace aproximadamente 5 años tuve que ir a la sala de emergencias del hospital porque estoy lastimada de tanto hacer fuerza con los viejitos para cuidarlos y evitar que se caigan”, señaló María. “Ella me exigía hacer limpieza en la casa pero nunca me dió los artículos para hacerlo, los tenía que comprar yo con mi dinero y eso era un robo”.
Aclaró que cuando empezó a trabajar para esa familia fue hace 33 años con una de las hijas casadas y solo le daba dos días de trabajo ya que después trabajó al mismo tiempo para el hermano que es doctor y quien fue quien le dió otros dos días de trabajo, agregó que aunque el señor siempre le paga, la hace esperar dos o tres semanas para recibir su dinero, lo cual considera un abuso.
Comentó que una vez que les dijo a los hermanos lo que había pasado y que ya no podía ir a la casa de sus padres a cuidarlos porque una de sus hermanas la despidió, entonces le pidieron que fuera a trabajar con otro miembro de la familia porque está embarazada y necesita ayuda.
“Lo que yo veo es que entre todas las hermanas y hermanos se reparten los días de la semana y ninguno de ellos quiere darme tiempo completo porque así se ahorran y evitan que yo haga derechos”, aseguró María. “Y yo no he hecho nada a pesar de que me doy cuenta que me están explotando porque tengo miedo de quedarme sin trabajo, además de que no he logrado regularizar mi situación en este país y no quiero perder a mi hija y a mi nieto”.
“He soportado todo por temor y porque ese trabajo me permite llevar a mi hija de 27 años y a mi nieto de cuatro años al doctor cuando lo necesitan porque mi hija es especial tiene problemas de desarrollo mental actúa como alguien de 15 años y su hijo tiene autismo”, reveló. “Entonces vivo en constante preocupación y el padre de ella no me ayuda”.
María aseveró que su hija ya no está con el padre de su nieto, quien es de origen afroamericano porque ambas sufrían de violencia doméstica debido a que él las maltrataba, les pegaba y les robaba, agregó que la situación escaló a tal grado que tuvieron que llamar a la policía y lo metieron preso no sólo por los ataques violentos y racistas que sufrían por parte de él sino porque los oficiales descubrieron que había cometido otros delitos graves.
Recordó que para que su hija se desilusionará de su pareja les llevó tiempo ya que debido a su condición de salud mental cree que todas las personas son buenas y siempre justifica todo, así que ella lo veía a él cuando estaba sola, pero lo que detonó la situación fue que en una ocasión, el sacó un arma y las amenazó con ella y con llevarse a su nieto y que nunca lo iban a volver a ver.
“En medio de toda esa aflicción y angustia, tengo un dolor fuerte y constante desde hace 18 años porque mi padre murió de un derrame cerebral en México y después falleció mi madre hace cuatro años y a ninguno los pude volver a ver con vida”, afirmó María, quien llegó a Los Ángeles desde hace 33 años, tiempo que tiene de vivir sin documentos legales en este país pese a que califica para algunos programas de alivio migratorio.
De acuerdo a un reporte del Departamento de Justicia de California en el período de 2022, los eventos de crímenes de odio en contra de los latinos se incrementaron a un 9.9 por ciento lo que equivale a 210 casos y las ofensas de crímenes de odio en contra de este grupo étnico ascendió a 10.8 por ciento, lo que se traduce en 280 casos.
Los casos de crímenes de odio en contra de las mujeres en el 2022 aumentaron 0.5 por ciento en comparación al 2013.
Los reportes a la línea directa CA vs Hate, se pueden realizar de forma anónima llamando al (833) 866-4283 o al 833-8-NO-HATE, de lunes a viernes de 9 a. m. a 6 p. m.
Denuncia el odio llamando al (833) 866-4283 o al 833-8-NO-HATE, se pueden realizar de forma anónima de lunes a viernes de 9 a.m. a 6 p.m.
Información adicional en: https://www.cavshate.org/ (eligiendo español como idioma)
Nota: Este informe es parte de la serie de trabajos que desarrolla Impulso Newspaper con Stop The Hate (STH), gracias a la financiación proporcionada por el Estado de California y administrado por la Biblioteca del Estado de California (CSL) en asociación con el Departamento de Servicios Sociales de California y la Comisión de Asuntos Estadounidenses de las Islas Asiáticas y del Pacífico de California (CAPIAA).