- Colectiva de 6 artistas “Tiempo suspendido: la ofrenda reinmaginada” en la que trabajó la artista oaxaqueña Maricruz Sibaja con un dibujo en papel mache de un perro alebrije y la bebida alcohólica tradicional mexicana.
Los Ángeles, Cal. Para honrar la memoria de ilustres mexicanos en el Día de los Muertos, el Consulado General de México en Los Ángeles presentó el Altar celebrando la vida de “El Toro” Fernando Valenzuela”, el periodista Juan Rodríguez Flores y “El Profe” Armando Vásquez, así como la exhibición de arte llamada “Tiempo suspendido: la ofrenda reinmaginada”, en la que participaron 6 artistas.
El Cónsul General de México en Los Ángeles, Carlos González Gutiérrez habló del legado de Valenzuela en el día que celebraría sus 64 años y en medio de la celebración del triunfo de la serie mundial de su equipo, Los Dodgers de Los Ángeles.
Dijo que Valenzuela conocido cariñosamente como “El Toro”, fue un destacado jugador de béisbol mexicano y un ícono de las Grandes Ligas. Originario de Etchohuaquila, Sonora, cuya carrera se definió como una de las más legendarias en la historia del llamado rey de los deportes.
Comentó que fue una pieza clave para los Dodgers de Los Ángeles en la década de los 80’s llevando a su equipo a ganar la serie mundial en 1981. “Su dominio en el montículo y la creación de la ‘Fernandomania’, marcaron una era en que millones de aficionados, especialmente de origen latino, se identificaran con su historia de perseverancia y éxito”.
Del periodista Juan Flores, mencionó que fue originario de Aguascalientes, México, que emigró a Los Ángeles donde trabajó como periodista para La Opinión, como editor de arte y cultura y que fue un reconocido periodista que colaboró por más de una década con Impulso Newspaper, cubriendo temas culturales, gastronómicos y de espectáculos, siendo el primer periodista latino en cubrir por 15 años ininterrumpidos los premios Oscar de la Academia, ofreciendo una perspectiva latina y buscando narrativas representativas de la comunidad.
Y fue además importante colaborador del Centro Cultural y Cinematográfico del Consulado General de México en Los Ángeles.
En cuanto a Armando Vázquez Ramos llamado cariñosamente “El Profe” el cónsul dijo que fue docente, líder comunitario y defensor incansable de los derechos de los jóvenes Dreamers en su lucha por acceder a la educación superior y fue co-fundador del Departamento de Estudios Chicanos y Latinos en la Universidad de California en Long Beach y fundador del Centro de Estudios California-México, entre otros logros a favor de la educación de la comunidad inmigrante.
Tras hablar de los logros de dichos mexicanos destacados y de algunas anécdotas de ellos, González Gutiérrez presentó la instalación artística “Tiempo suspendido: la ofrenda reimaginada”, creada por seis artistas, de México y Los Ángeles, que proponen una reinterpretación de una ofrenda tradicional.
La curaduría de la instalación estuvo a cargo de Natasha Gray, y las artistas participantes de la muestra son: Ana Paula Rosales, Lorea de la Peña y Natasha Gray de México. Representando a Los Ángeles, Gabriela Malinalxochitl Zapata, Maricruz Sibaja y Lilia “Lili Flor” Ramírez.
Las artistas usaron el papel amate, un material ancestral cargado de historia. Y los doce elementos simbólicos de un altar flotan como una cortina etérea, evocando un diálogo entre la tradición y la visión de un México contemporáneo.
El diplomático mexicano dijo que el día de muertos es una celebración viva que conecta el pasado y el presente, lo terrenal y lo espiritual, cuyos orígenes se encuentran en la cosmovisión prehispánica, donde la muerte era vista como el inicio de un viaje al Miclán, el reino de los muertos. “El destino final, “la obsidiana de los muertos”, representaba el descanso eterno”.
Explicó que los antiguos mexicas creían que la muerte no era un fin, sino una transición hacia otra existencia, y su viaje al Mictlán dependía tanto de cómo habían vivido como del tipo de muerte que habían tenido.
Y que acompañados de objetos personales y ofrendas para el transito al más allá, los muertos comenzaban su travesía.
Dijo que tras la conquista española, las creencias prehispánicas se fusionaron con el cristianismo, dando origen a una nueva interpretación de la muerte que abrazaba tanto el temor al infierno como la devoción indígena a la continuidad de la vida. “Así surgió Día de los Muertos, una tradición profundamente mestiza, que honra a los difuntos con elementos religiosos y culturales.
“El altar es el corazón de la celebración”, mencionó el cónsul indicando que cada uno de sus elementos tienen un simbolismo que conecta al mundo de los vivos con el de los muertos.
Después enumeró los doce elementos fundamentales que dijo que se encuentran en una ofrenda: imagen del difunto, el copal, el papel picado, las velas, el agua, la flor de cempasúchil, la calavera, sal, pan de muerto, bebidas, frutas y el perro izcuintle, en forma de juguete que simboliza al fiel acompañante que guiará las almas a cruzar el río hacia el Mictlán, ayudándolas en su viaje.
A la celebración del Día de Muertos asistieron personas de la comunidad, amigos de los homenajeados y dos artistas de la exhibición, entre ellas la oaxaqueña Maricruz Sibaja, quien se encargó de pintar el perro alebrije y una botella de alcohol, esto último simboliza el gusto del difunto por el mezcal o el tequila y para refrescar a las almas durante su viaje.