Los Guerreros de Oaxaca estaban a un out de una victoria que hubiera sido aún más increíble que las anteriores.
Su mánager Sergio Omar Gastélum entró a charlar con su cerrador Carlos Félix. Había corredor en segunda y dos fuera. Quizá fue sólo para dar tranquilidad… Un out y listo.
Pero de pronto…
Agustín Murillo bateó panorámico cuadrangular que le devolvió la vida a los campeones de la Zona Norte, empatando 6-6 el score, y tres lanzamientos más tarde, Félix Pérez la botó para una increíble voltereta: los Sultanes de Monterey ganaron 7-6, y lo que estaba por convertirse en una tragedia, ahora es una Serie del Rey empatada.
La final de la temporada de Otoño de la Liga Mexicana viaja ahora a la Verde Antequera, pero no como se vaticinaba conforme iba avanzando este segundo partido en el Estadio Monterrey.
Los Sultanes parecían liquidados.
Desde temprano se vieron en apuros. De un 1-0 abajo se fueron 2-1 adelante, pero en la tercera entrada Oaxaca atacó con racimo de cuatro, y todavía se puso 6-2. Parecía el acabose, especialmente porque Irwing Delgado lanzaba lo suficientemente bien.
Monterrey se puso 6-4 en la sexta, y así se mantuvo todo hasta el explosivo, increíble noveno rollo.
Julio Borbón abrió con sencillo, y Félix, quien llevaba una impresionante racha de nueve apariciones sin admitir carrera limpia, sacó los primeros dos outs.
Fue entonces en que Gastélum se animó a irse a la loma, quizá buscando dar aire a su cerrador.
No se había acomodado el timonel cuando Murillo puso la pelota en lo más alto de las gradas del izquierdo para emparejar el marcador.
El “Palacio Sultán”, ya con mucho menos de los 21 mil espectadores registrados, explotó. Y más todavía cuando Félix despedazó otra pitcheada para mandarla al graderío derecho.
Los que habían hecho todo perfecto tuvieron un instante de descuido. Y lo pagaron caro.