domingo, diciembre 22, 2024
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Graduados de Escuelas Preparatorias

  • Encuentran Apoyo en Tutoría de sus Pares que Intenta Abordar las Crecientes Desigualdades de Salud Mental y Ofrece Apoyo Universitario

Los Ángeles, CA.- Los estudiantes en ocho campus universitarios de todo el Sur de California están encontrando apoyo en un programa de tutoría de pares que asocia a los recientes graduados de escuela preparatoria Alliance College-Ready con los estudiantes universitarios (también ex alumnos de Alliance) que asisten al mismo colegio o universidad.

El programa conocido como Alliance Mentorship Program o AMP (Programa de Tutoría de la Alianza) busca abordar las crecientes desigualdades en la salud mental, particularmente durante el COVID, y ofrece apoyo para los tutores y los aprendices durante toda su experiencia universitaria para garantizar que desarrollen resiliencia emocional, se mantengan en el colegio y se gradúen. Los colegios universitarios participantes, principalmente de Cal State University y los sistemas de la Universidad de California han sido seleccionados con base en los índices de matrícula de alumnos de la Alianza.

“AMP ofrece a los tutores: desarrollo profesional y capacitación en la elaboración de currículum, alfabetización financiera, cuidado personal y concienciación, así como la forma de actuar de un tutor”, señaló Esau Molina, gerente de apoyo para los ex alumnos de AMP. “De igual forma, ayudamos a los aprendices a abordar el tema de la ayuda financiera, la matrícula de cursos, las necesidades socioeconómicas y académicas. Sabemos que mientras más participen en AMP, hay más posibilidades de graduarse”, agregó.

El programa asocia a los graduados de las escuelas secundarias con sus pares universitarios para garantizar que los estudiantes permanezcan en la universidad y se gradúen.

En efecto, los estudiantes que participan en AMP y reciben el apoyo necesario, se matriculan a un índice mayor que los que no lo hacen. En el 2019, el programa alcanzó una matrícula del 93% entre los estudiantes apoyados de primer año, quienes eran la primera generación de personas afrodescendientes, índigenas y de color (Black Indigenous People of Color o BIPOC). Durante la pandemia, el 95% de los estudiantes apoyados se matricularon, comparado con el 88% de aquellos que no participaron en el programa.

En cualquier año, el AMP sirve a más de 600 aprendices; sin embargo, este año, debido al COVID, se han inscrito hasta el momento 420 aprendices para recibir orientación de 109 tutores. Este número posiblemente aumente conforme los estudiantes reciban las cartas de aceptación del colegio, pero los directores del programa dicen que la pandemia afectó a los estudiantes en varias formas y particularmente aumentó la desigualdad en cuanto a la salud mental.

“Los temas de salud mental con frecuencia no se normalizan”, señaló Molina. “Sin embargo, cada vez más, vemos gente joven hablando sobre estos temas. Lo genial con respecto a esto es que creando una cultura de vulnerabilidad, encontramos oportunidades de ayudar a los estudiantes con dificultades”, agregó.

Lizbeth Bautista de la Universidad Estatal de California en Northridge (California State Northridge o CSUN), una estudiante de segundo año y cursando una carrera en psicología fue asociada con Hailee Guerra, una estudiante de primer ingreso que sufría angustia emocional como resultado de su transición de la preparatoria al colegio universitario durante el COVID. Ambas tutora y aprendiz se graduaron de la misma escuela secundaria, Alliance Margaret M. Bloomfield High School en Huntington Park, California, lo cual ofreció a las jóvenes un punto de referencia común dónde apoyarse para conocerse mutuamente. Además, la carrera de Lisbeth en psicología le dio a Hailey la confianza para hablar con su tutora abiertamente sobre sus problemas personales de salud mental.

Durante el primer año los desafíos de los estudiantes varían desde la necesidad de un computador portátil hasta la pérdida de importantes fechas límite para obtener ayuda financiera, inscribirse, matricularse en algún curso y más. Para muchos, estos pasos perdidos con frecuencia les conducen a la ansiedad, la depresión, el aislamiento y no les permite asistir al colegio. Por esta razón una vez que los retos del estudiante son identificados, los profesionales intervienen para ayudar con una variedad de recursos.

De importancia para AMP es el índice entre el tutor y el aprendiz. El programa típico ofrece un índice de entre 1 a 5 en CSU y de 1 a 3 en UC con base en el número de estudiantes asistiendo a una determinada escuela. Otro aspecto crítico del programa es conocer dónde y cómo los estudiantes están con problemas o en dificultades. La Alianza rastrea a todos sus estudiantes a través de un Clearinghouse  (oficina de información) nacional reportado por la universidad. Busca el porcentaje de estudiantes que asisten a los talleres de capacitación profesional, así como al número de estudiantes que se matricula, para estimar el compromiso y la participación del estudiante. Ésta información no es fácil de encontrar, dicen las autoridades del programa. Se requiere de persistencia, un sistema riguroso que incluye registros de tutores que abarcan todo el año académico, debido a que los tutores son los “ojos en el campo”, y relaciones sólidas con el personal de la universidad.

“Tener a una primera generación y a estudiantes BIPOC en el colegio es una cosa”, afirma Molina. “Pero ayudarles a navegar en el sistema que no fue creado para ellos debido a las fundaciones sistemáticamente racistas, es otra, y eso es lo que hacemos”.

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