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Hijo de tigre, pintito

En nuestros países, es muy común que los excesos y las acciones ilegales de los hijos del presidente, pasen desapercibidos. La prensa, salvo algunas excepciones, guarda un cauto silencio. Los comentaristas ignoran sus acciones y los Juniors pasan a ser figuras sagradas que pueden mentir, manipular, arrebatar lo que les apetezca, sobre todo si se trata de concesiones que favorecen a sus bolsillos. Se convierten en grandes empresarios y aceptan con gusto todo tipo de regalos y favores que les ofrecen los que buscan un acceso directo a su progenitor.

Esa práctica se acepta como algo natural en nuestros lugares de origen, no en Estados Unidos, donde nos ha tocado vivir. Aquí la prensa no está sujeta al capricho de las autoridades, ni pueden desaparecen a los periodistas que exponen verdades incómodas de los políticos. Aquí los Juniors no son inmunes a una investigación criminal, ni tampoco una llamada a Papi los puede salvar si son hallados culpables de algún delito.

La Casa Blanca en Washington, se ha convertido en una casa oscura donde el ánimo del Presidente está cada vez más alterado con lo que ahora le sucede a su hijo, Donald John Junior. Primer hijo que tuvo con la modelo y deportista Ivana Trump, quien se encuentra en medio de una investigación criminal que amenaza con terminar de manera súbita con su libertad y de paso, si se descubre que hubo complicidad, acabar con la presidencia de su progenitor.

En pocas palabras, la Constitución de los Estados Unidos establece, bien clarito, que no se debe aceptar, ni solicitar a ninguna potencia extranjera, ningún favor en dinero, en especie o en ninguna otra forma, que comprometa la soberanía de este país y ahora se sabe que Don Jr. aceptó reunirse con una supuesta emisaria del Kremlin que le prometió jugosa información para acabar con la contrincante demócrata Hillary Clinton.

Durante todo el 2016, cada vez que se le preguntaba a Don Jr. si su Papi o alguien de su campaña se había reunido con algún representante del gobierno de Rusia para discutir cualquier asunto relacionado con las elecciones presidenciales, el también economista se mostraba indignado e iracundo ante tan ¨falsas acusaciones¨ y acusaba a sus detractores de ¨mentirosos y resentidos.¨ Su actitud desafiante denotaba que muy poco le preocupaba lo que dijera la prensa. Se enfoque, a partir del triunfo electoral de su padre, fue cuidar de los negocios que había dejado el Presidente en sus manos. Como nuevo Director de la organización, durante los meses de enero y febrero del 2017 viajó a 4 países: Uruguay, República Dominicana, Dubai y Canadá. El propósito de los viajes fue asistir a la inauguración de hoteles, campos de golf y visitar potenciales inversionistas interesados en abrir un negocio con el sello Trump. En ningún momento Don Jr. mostró preocupación con el monto de los gastos en que incurría en sus viajes y que salían de los bolsillos de los contribuyentes. Hoteles de lujo, pasajes de avión, gastos del servicio secreto que los cuidaba las 24 horas, a él y a su hermano Eric. El Washington Post reportó que sólo en Uruguay los gastos por concepto del hotel rebasaron los 100 mil dólares.

Don Jr. jamás imaginó que su buena fortuna se miraría alterada gracias a los buenos oficios de un grupo de reporteros investigativos del New York Times que hace poco más de dos semanas, tuvo a bien avisarle, que la principal noticia del siguiente día tenía que ver con la reunión que habían descubierto tuvo el 9 de junio del 2016 con una abogada que estaba ligada de manera directa con el Kremlin. Al principio trató de disfrazar el contenido de la reunión, no fue sino hasta que el New York Times le dio una probadita de toda la información que ya tenía en su poder y que incluía sus emails, que el Junior decidió adelantarse al Times y publicó de manera cronológica todos los correos que recibió y que envió en los que no dejó duda alguna que sus intenciones fueron las de recibir información confidencial de una representante de una potencia extranjera para perjudicar a la rival demócrata.

Robert S. Mueller, por su parte, como fiscal especial, encargado de la investigación sobre la participación de Rusia en las pasadas elecciones ha tomado nota y su equipo de trabajo se encuentra más activo que nunca. La pregunta es cuantas cabezas van a rodar antes de que la guillotina de la justicia se acerque al hijo del Presidente y al mismo Presidente quien hasta ahora continúa con su frase favorita. ¨Fake news.¨

 

  • Alicia Alarcón conduce un programa de opinión que se transmite por KBLA-1580 AM de lunes a jueves de 9 a 10 de la mañana y los sábados de 8 a 9 de la mañana. Es autora de “Revancha en Los Angeles” que ya está a la venta.
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