Los Ángeles, Cal.- Tras argumentar que la Proposición 22 es una de las propuestas a ley sobre el trabajo más peligrosas que se han visto en el país, expertos en el tema dicen que los trabajadores de California serán seriamente impactados, pero sobre todo los latinos que son la mayoría que trabajan para lo que llaman la “economía gig,”es decir, para plataformas como Uber y Lyft.
Entre los que se oponen a la Prop 22 se encuentra el candidato presidencial Joe Biden, Kamala Harris, Elizaberth Warren, Human Rights Watch y la Unión de conductores de viajes compartidos.
Mientras que los que están a su favor son las compañías que la están financiando con más de 188 millones colectivamente, entre ellas Uber, Lyft, Doordash, Instacart y Postmates. La Cámara de Comercio, Ted Cruz y Donald Trump, también apoyan esta medida que está en la boleta electoral.
Durante una conferencia organizada por Ethnic Media Service el pasado 2 de octubre, la doctora Veena Dubal, profesora de leyes de la escuela Hastings de la Universidad de California, dijo que ha trabajado con personas de la industria de los taxis, sobre todo con inmigrantes.
“Esa industria, hasta el siglo XX les brindaba ingresos a las personas que hacían dicho trabajo por un tiempo, bajo los sindicatos en la década de los 70’s, explicó al momento de decir que en los taxis había una demanda límite y solo había ciertas personas que podían circular bajo ciertas regulaciones.
En el 2012, en San Francisco, surgen las compañías Uber y Lyft operando y se volvieron muy populares e hicieron regulaciones para acomodar su modelo de negocio y que les permitiera operar ilegalmente por muchos meses y otros por años”, afirmó.
“Los taxistas por su parte vieron que la competencia se incrementaba, mientras que los trabajadores podrían depender de ciertos tipos de ingresos trabajando para esas plataformas de transporte de personas”, comentó.
“La cantidad de trabajadores al servicio de esos empleadores subía porque tenían subsidios de capitalistas de aventura”, indicó la abogada al sostener que al principio esas compañías estaban perdiendo dinero.
“Por muchos años hubo muy pocos reglamentos, en cuanto es el labor y los empleados porque estas plataformas tienen tanto poder que ellos se aseguraron que a través de sus relaciones, su presión a nivel político, los oficiales del estado trataran de no hacer leyes contra ellos.
En el 2018, hubo un caso llamado Dinamo contra la Corte Superior de Los Ángeles y eso cambio el echo y la manera de cómo se estaban haciendo las cosas, eso hizo decir a Uber que los conductores no eran sus empleados sino trabajadores independientes.
El año pasado el gobierno de Gavin Newson firmó la ley AB5 que clasificaba a dichos trabajadores no como independientes sino como trabajadores de transporte compartido de las compañías; como una forma para que las empresas que los contraten los traten como empleados y les proporcionen beneficios.
La ley era hecha para las corporaciones más grandes que estaban clasificando mal a sus empleados, dijo la abogada quien añadió que en agosto pasado, un juez de California (Ethan P. Schulman) dijo que Uber y Lyft estaban violando las leyes de labor de las personas que estaban trabajando para ellos, porque deberían de por lo menos darles un mínimo (de salario) y también compensación por sobre tiempo y el juez decidió que a los conductores de California se les debía millones en salarios porque estaban ganando menos que el salario mínimo. Especialmente en ciertas áreas donde la demanda es difícil.
Un tercio de la economía son trabajadoras y trabajadores que han laborado como contratistas independientes, asegura la abogada quien se preguntó: ¿Qué han hecho estas compañías para pasar por encima de esta ley? es poner la Proposición 22 en la boleta electoral y es la más cara que haya existido en la historia de Estados Unidos con 188 millones de dls, indicó.
Dubal dijo que las compañías “lo que quieren y están diciendo es que esto es bueno para todos los trabajadores y enviando información por correo postal y correo electrónico”.
Para la abogada lo más importante de la Prop. 22 es que quita las protecciones basado en el tiempo que se trabaja, no hay pago por enfermedad, ni compensación al trabajador. Es muy peligrosa en todo Estados Unidos, no hay seguro de desempleo, uno tiene que trabajar 70 horas para tener algún subsidio y no hay seguro de salud, solo un subsidio y no hay pago por enfermedad.
Lo anterior sería al inicio si se aprueba la medida para las compañías de aplicaciones como, pero también existe el potencial que se extienda a muchas más industrias y a la economía de entrega a domicilio o a casa, apunto.
Este modelo dijo es uno de explotación laboral que hace que las compañías ganen el dinero y los trabajadores tengan que sobrevivir solamente.
También dijo que impactará a todos los trabajadores contratistas porque está diseñada para compañías de transporte o de redes de transporte. “Básicamente, cualquier compañía de entrega que use una aplicación” y advirtió que se podría extender a otras ramas de la economía.
“En general no solo no proteger a los trabajadores sino también a los consumidores, porque la compañía no se hace responsable por sus empleados”.
Como ejemplo dijo que si alguien se accidenta por la negligencia de un trabajador borracho o drogado, las compañías al final no se harán responsable por lo que hagan sus conductores.“Crean un tipo de trabajo y entorno que no es seguro ni para los trabajadores ni para los consumidores” estimó.
Dijo que las compañías mienten cuando dicen que apoyan a movimientos como Black Lives Matter, también cuando dicen que miles de empleos se perderán, porque ellos se están refiriendo a la gente que empieza a trabajar y luego de cuatro meses se van.
Lo cierto es que el 70% de esos trabajos son mal pagados, y esto es un intento de bajar los costos de los empleados permanentemente, aclaró Dubal tras señalar que si es aprobada la medida sería prácticamente imposible posteriormente hacer una enmienda a la Gig economía que es conocida también como economía colaborativa, que no ofrece prestaciones sociales, ahorro de jubilación, vacaciones pagadas o seguro médico, es decir logros alcanzados en años de lucha de los trabajadores.
En estos momentos las estimaciones para las votaciones de la gente son del 36 % a favor y 33 en contra. El resto no sabe qué hacer por eso es que están convenciendo a la gente, comentó al estimar que las personas de color y los latinos, son los que en su gran mayoría manejan para Uber y Lyft, los cuales también están bastante marginados en el mercado de labores.
Para Alexandrea Ravenelle, profesora en sociología de la Universidad de North Carolina y autora del libro “Hustle and Gig” dentro de los próximos 10 años la mayoría de la gente estadounidense va hacer un trabajo de la llamada Gig economía.
Por lo que las compañías están haciendo todo lo que puedan para reducir sus costos y sus obligaciones; y a los trabajadores volviéndolos contratistas independientes sin protecciones.
“Este movimiento es como ir al pasado, ir hacia tras”, dijo Ravenelle refiriéndose a los logros laborales conseguidos por los abuelos o padres de los trabajadores.
Necesitamos un programa de trabajo que siga protegiendo los derechos de los trabajadores y el cuidado de su salud, el cual es caro, afirmó.
Previamente la escritora se refirió a un estudio de 200 entrevistas con estudiantes graduados y de continuación indicando que los trabajadores tienen trabajos precarios.
Ravenelle dijo que las compañías están usando a estos trabajadores dándoles menos de 30 horas para no darles seguro de salud, que es uno de los derechos más importantes al igual que tener contribuciones al Seguro Social y protecciones en el trabajo.
Roberto Moreno conductor para Uber y Lyft sabe de la explotación que son objeto los trabajadores en un sistema de la Gig economía, el narró que empezó a trabajar para esas compañías en el 2017 como un trabajo suplementario a su trabajo.
Al principio dijo que había mucha gente en la lista de espera para poder trabajar, e incluso se les ofreció que podrían alquilar carros a una tarifa menor, para tener vehículos nuevos.
Moreno, antes de la pandemia, trabajaba desde el viernes por la noche hasta el lunes en la madrugada para hacer entre 850 a 1,200 dls. Ya en la pandemia sus ingresos cayeron y tenía que quedarse mas del 25% de su tiempo en el carro malgastando gasolina, sus ingresos bajaron a 350 dls.
Moreno es uno de los conductores que se oponen a la medida porque dice que las compañías les cobran más a los usuarios y a ellos como trabajadores les pagan menos, obligándoles muchas veces a hacer viajes cortos en zonas de poca afluencia.
El trabajador dice que no quiere depender de la asistencia publica mientras trabaja para una corporación multimillonaria con negocios fuera del país, incluyendo a México.