Por: *Rosina Franco M.D., Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles.
Muchos de nosotros que asistimos de niños a la escuela en los EEUU seguramente recordamos habernos vacunado antes del primer día de clase. Ya sea la vacuna contra el tétano, las paperas o la rubeola (MMR), vacunarse es parecido a un rito de iniciación o un paso para iniciar el viaje académico. Muchos, si no todos, de nosotros tenemos poco o ningún recuerdo sobre lo que es vivir con el temor de tener una enfermedad extenuante, incapacitante o hasta mortal antes del COVID. Esto es, en general, porque las vacunas han sido tan efectivas en combatir muchas enfermedades relacionadas con un virus.
Este no fue el caso de nuestros abuelos, padres o incluso personas con edades entre los 50 años. Cuando niña, mi madre con frecuencia relataba la historia de cómo perdió a un hermano debido al virus de la viruela en México porque su familia no tuvo acceso a la vacuna. De acuerdo con el Centro de Control de Enfermedades (Center for Disease Control o CDC) aunque la vacuna contra la viruela estuvo disponible en los EEUU desde los años 1800, la enfermedad no estuvo considerada “erradicada” en Norteamérica hasta el año 1952 y globalmente hasta el año 1980. Perder a un ser querido por una enfermedad es devastador para toda la familia, lo cual impacta aún más a quienes quedan atrás.
Durante este año que pasó, todos experimentamos un sentimiento de pérdida debido al COVID pues nuestras comunidades latinas y afroamericanas fueron fuertemente impactadas por el virus. Sin embargo, estas comunidades parecen ser más reticentes a la vacunación con menos del 20% de las personas totalmente vacunadas en los EEUU. Esto en general debido a la mala información, las preguntas y las dudas sobre la seguridad y eficacia de las vacunas. Pero, como cualquier otra vacuna que haya probado su efectividad a través de las décadas, la vacuna contra el COVID ofrece una protección significativa contra el virus que está diezmando a nuestras familias. Vemos esto en las hospitalizaciones en los EEUU donde más del 98% de las personas actualmente hospitalizadas son aquellas que en general no han sido vacunadas.
Es importante para mí como doctora latina ayudar a nuestra comunidad a comprender la importancia y la ciencia detrás de las vacunas para poder ayudar a mantener a nuestra gente segura y saludable. Todos hacemos nuestra parte vacunando a los miembros de nuestra familia elegibles para ello y usando las mascarillas, así ayudamos a proteger a nuestros niños en las escuelas.
Es importante notar que más de 1.5 millones de niños han perdido a un padre, abuelo o cuidador debido al COVID. La preocupación aquí no es solamente sobre la salud del niño, pero que una persona adulta sin vacunarse en la casa pueda enfermar y morir. El impacto en la salud socioeconómica y mental que la pérdida de un ser querido tiene en un niño es enorme y no puede subestimarse.
Podemos evitar este sufrimiento, si seguimos las recomendaciones médicas de que nuestros seres queridos se vacunen. Afortunadamente, las vacunas en los EEUU son accesibles y disponibles para las familias, muchas veces, sin costo alguno. Como Médica Principal del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, es mi trabajo asegurarme de que nuestros estudiantes, sus hermanos y sus familias, estén saludables, informadas y tengan acceso a los servicios de salud básicos.
El distrito escolar es rico en recursos. Provee servicios médicos, de salud mental, odontología, optometría y manejo de casos en todo Los Ángeles. Además, de 16 Centros de Bienestar administrados por los Centros de Salud Calificados a nivel Federal y 14 Clínicas Escolares de Salud Mental, muchas personas no saben que tenemos 15 distritos funcionando y clínicas en las escuelas con personal médico para los estudiantes y sus hermanos más pequeños. Las clínicas están dedicadas a la erradicación de enfermedades contagiosas a través de la vacunación. Los más frecuentes son los exámenes físicos para autorizar la práctica de deportes y las matrículas de estudiantes en las escuelas, y algunas veces brindarles el primer examen físico de su vida a niños llegados de otros países. Tres de estas clínicas también proveen servicios de optometría y lentes gratuitos. La mayoría han servido a la comunidad durante décadas sin costo para las familias y están dotados de médicos del Distrito, enfermeras tituladas, enfermeras especializadas en enfermedades contagiosas, optometristas y oftalmólogos.
A la fecha, el distrito ha completado dos campañas de vacunación masiva e iniciará otra este otoño para los estudiantes con edades entre los 12 y los 17 años. También estamos asociados con agencias de salud para proveer las vacunas contra el COVID para nuestra comunidad en sus locales, así como en nuestras escuelas locales.
El Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles ha estado trabajando intensamente para poner varios sistemas en su lugar con el fin de ayudar a mantener seguros a los estudiantes, los empleados y las familias. Además, está trabajando de cerca con el Departamento de Salud Pública del Condado de Los Ángeles.
A pesar de estos recursos, está en nuestra mano buscar la cura y ponerle fin a este sufrimiento. Está en nosotros proteger a nuestras familias y a nuestros hijos. Lo podemos hacer si damos el primer paso obteniendo la vacuna.
*La Dra. Rosina Franco es Médica Principal de los Servicios Médicos para Estudiantes, en la división de Salud Estudiantil y Servicios Humanos del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles.
