- Organizaciones trabajan para informar a la comunidad latina sobre la importancia de la vacunación que salvará sus vidas.
- Para los latinos lo más importante son sus hijos y por eso deben vacunarse, indican.
Los Ángeles, Cal.- Los aumentos de casos por la variante Delta del Covid están aumentando drásticamente, al igual que los contagios de niños, mientras la gente no esté vacunada los peligros de llegar al hospital y muerte están vigentes, es por eso que organizaciones comunitarias latinas están realizando un esfuerzo titánico para llevar el mensaje para vacunar a los no vacunados.
La comunidad latina, tienen las más bajas tasas de vacunación junto con la comunidad afroamericana, es la razón que organizaciones promotoras de salud trabajan a marchas forzadas desde la ciudad de Los Ángeles hasta las comunidades rurales para lograr más vacunados en un momento en que las escuelas se han abierto y los niños ya empezaron a ir a clases.
Durante una conferencia de prensa organizada por Ethnic Media Services, el pasado 11 de agosto, líderes de organizaciones civiles indica que la barrera del lenguaje, la falta de información y de llegar a las comunidades para escucharlos, son parte del problema de los bajos números de vacunados en la comunidad latina.
Además indican que hay muchos aspectos del porqué la gente no quiere vacunarse, entre ellos que la gente no cree en la pandemia, otros porque están en contra del gobierno, unos más por religión y hay gente que lo está convirtiendo en un tema político.
Lo cierto, es que señalan que hace falta mucha educación y que las comunidades sean servidas como se debe porque son muy desatendidas por el gobierno.
Kim McCoy Wade, directora del Departamento de Envejecimiento de California, dice que particularmente entre los latinos, las personas mayores representan el número más alto de muerte.
“Por eso es importante cerrar esa brecha” dijo, al momento de resaltar el trabajo que hacen los mensajeros, es decir, los promotores de salud.
Uno de esos mensajeros es Jorge Pingarron de la organización Todos Unidos, de Stockton quien indica que ellos han visitando más de 80 mil casas, iniciando con tocarles su puerta y hablarles de manera personal sobre las vacunas.
“Lo que funciona es la conversación personal, tocarles la puerta. Sabemos que hay muchas cosas que nos van a preguntar y nosotros debemos saber cómo tratarla de animarlos a la vacunación, pero primero entenderlos. Meternos en sus zapatos y tratar de convencerlos para que se vacunen”, indicó.
Pingarron, considera que el centro de llamadas es un poco más difícil porque hay mucha gente que no quiere contestar sus teléfonos por las llamadas fastidiosas (programadas) que siempre reciben.
El difícil trabajo en MacArthur Park
Irma Muñoz de Mujeres de la Tierra (MDLT), organización pionera en la participación comunitaria con base en Los Ángeles, señala que su trabajo es un poco más fácil y es mejor cuando las personas las ven con un logo de la vacuna y sus credenciales.
La activista habló de los esfuerzos de alcance en áreas de bajos ingresos como MacArthur Park, un lugar que es conocido porque es el primer sitio donde la comunidad inmigrante comienza a conocer.
El lugar 100% de inmigrantes latinos, en su mayoría compuesto por gente trabajadora que no tiene tiempo entre semana para ir a los centros de vacunación por eso agradecen que se hayan abierto centros los fines de semana.
El quipo de Mujeres de la Tierra trabaja con la comunidad que se concentra en el parque, encontrando que muchos de los residentes fueron inicialmente reacios a recibir la vacuna por motivos religiosos y políticos, pero decidieron vacunarse porque no querían poner en riesgo a su familia.
“La mayoría fueron conversaciones honestas”, afirma Muñoz, al hablar que al principio de la pandemia la gente no estaba abriendo sus casas y menos las personas que habitan en edificios, muchos de ellos localizados en esta área sobre poblada con mucha gente viviendo en los departamentos.
La campaña que emprendieron se basa en buscar a personas en las estaciones de metro, autobús, mercados, frente de tiendas y en los parques para hacer que se vacunen, comentó Muñoz.
Los peligros que enfrentan son muchos, entre ellos las pandillas. Por ejemplo citó que trabajando en el barrio de Koreatown un chicho que dijo ser de la pandilla MS13, les dijo que se fueran.
“Ellos saben que estamos ahí, pero también queremos conectarnos con los miembros porque también necesitan ser vacunarlos porque son gente que están presentes en el parque. No me interesa nada de lo que hacen, pero hay que vacunarlos”, comentó, al narrar que incluso a una de las personas que estaba haciendo un sondeo le sacaron una pistola, pero no hubo daño.
“Les dimos entrenamiento a las personas para evitar problemas”, dijo, al hablar de los trabajadores que llevan el mensaje de las vacunas a las comunidades con bajas tasas de vacunación.
Muñoz, comentó, que esos trabajadores son de la misma comunidad, que la conocen, y que conversan con la gente en un enfoque cultural, de idioma y de sus problemas para que su trabajo funcione de manera efectiva.
Los trabajadores son en su mayoría promotoras que trabajan fuerte para salvar vidas, bajo 90 o 100 grados (Fahrenheit) sostuvo, antes de mencionar que las conversaciones pueden durar de 5 minutos hasta 20 en los que miran a las personas, les hablan suavemente y les demuestran que les importan. “Eso hace la diferencia”, reconoció.
Las conversaciones también son para grupos de latinos, coreanos y líderes, estos últimos con mayor experiencia y a los que les importa más los detalles y los hechos.
Sobre la vacunación de las personas mayores, Muñoz, dijo que si ellas se vacunan el resto también lo hará, pero no pasa igual con jóvenes menores de edad inmigrantes, como por ejemplo citó los de Guatemala, quienes muchas veces no están con sus padres.
“Ellos entienden, quieren vacunarse, pero por no contar con un padre o guardián no pueden. Ahora estamos trabajando para resolver ese problema”, asentó.
Muñoz recomienda que para que la gente se vacune se hable de lo que está pasando en estos momentos: sobre el impacto que esta haciendo covid-19 en los niños.
“Los padres latinos hacen todo cuando se habla de sus hijos e hijas, te ponen atención, porque toca su corazón”, comentó.
Esperanza Velma, asistente de la Coalición Ambiental por el Agua (EJCW) en el Valle de San Joaquín esta de acuerdo con Pingarron en que las campañas han funcionado gracias a la confianza que tiene la gente en las promotoras o trabajadores comunitarios que hacen un esfuerzo por llevar la información hasta sus hogares.
Sin embargo, Pingarron, también reconocen la discriminación y el peligro al que se enfrentan como en una ocasión cuando un grupo de supremacistas blancos en la comunidad rural de Modesto estuvo siguiendo a los promotores diciéndoles que se fueran de ahí, que no eran bienvenidos, incluso les arrebataron los materiales que llevaban y con ellos les pegaron en la cabeza.
A pesar de que los promotores llamaron al Sheriff por el incidente, ellos no hicieron nada al respecto y les dijeron que tenían que ir a los tribunales civiles, lamenta Pingarro, al preguntar que ¿desde cuándo el asalto físico es un asalto civil?.
A esos incidentes de racismo, enfrentamiento físico y acoso, los promotores igualmente se enfrentan a olas de calor debido a los incendios, en sus 7 mil 500 horas de trabajo de sondeo en la comunidad.
“Sabemos que hacemos lo correcto, lo que debemos hacer, pero a veces es difícil”, lamenta el activista cuando dice que hay mucha gente que esta en contra de las vacunas, los llamados anti vacunas y gente contra el gobierno.
Velma dice que están trabajando en novena campaña de “Sal a Vacunarte” en la que participan 4 cogidos postales incluyendo la de Stockton y el condado de Stanislaus.
En general toda la campaña han tocado 184 mil 650 puertas entre la Coalición Ambiental por el Agua y Todos Unidos con 80 mil 556 conversaciones sobre la vacuna, 174 mil en el área de Stockton y esperan mejorar en las próximas semanas.
En los centros comunitarios han tenido por día de 30 a 40 vacunas y las han empujado a que se incrementen de 80 a 100 al día, con promoción en mercados mexicanos y asiáticos, y los tianguis llamados “pulgas”, reveló, al decir que incluso con olas de calor de más de 100 grados.
Dijo que seguirán trabajando en coalición porque es difícil llegar a las áreas rurales, en donde es todo un desafío usar las nuevas tecnologías porque las redes sociales son limitadas.
“Pero sí podemos llegar en persona en donde las casas son aisladas entre sí. Hay caminos, carreteras y terrenos difíciles de acceso y tratamos de llegar a ellos” comentó, al indicar que para esos casos las redes sociales no funcionan y que lo que funciona es tocar puertas y educar a la población.
Para Vilma y para Pingarron lo importante es amplificar el mensaje correcto con información correcta de lo importante que es la vacuna para evitar casos graves y la muerte por la enfermedad.
“Decirles que hay más beneficios de obtenerla que el no obtenerla, porque la gente no confía en la vacuna”, dijo Pingarro, mientras que Vilma y Muñoz consideran que lo importante es darle información a la gente en su idioma y hacer que entiendan lo positivo de la inoculación de la vacuna por los niños y niñas, hijos, sobrinos y nietos.
En tanto para Wade lo importante es que la gente entienda de corazón que las vacunas realmente salvan sus vidas.