Por Ernestina Gaitán Cruz/Especial para Impulso
Oaxaca de Juárez, Oax., diciembre 2022.- Como hace más de un siglo, en esta ciudad es presentada la Noche de Rábanos, concurso para elegir las mejores obras creadas en miniatura a partir del tubérculo, por herederos de la tradición y de manera reciente, también por estudiantes de artes y artistas diversos
A 125 años de iniciada, la tradición continúa con las familias que por varias generaciones lo han hecho. Ahora también participan niños, niñas; estudiantes y artistas profesionales. Entre todos han enriquecido las presentaciones que cada año convocan a más visitantes y se han convertido en un atractivo turístico.
El resultado es una exposición de figuras de bailes y vestuarios tradicionales, escenas religiosas, de la vida cotidiana en la ciudad y en las comunidades; festejos culturales y populares; leyendas, mercados, gastronomía, reproducción de obras de arte y de grupos artísticos: bandas, orquestas, sinfónicas, marimbas, mariachis.
La innovación de los años recientes es que las administraciones estatales destinaron un sitio especial, el Parque El Tequio, para la siembra cuidada con fertilizantes y productos químicos que permiten cosechas en cantidades mayores y rábanos grandes, ideales para ser trabajados; no son para consumo humano.
De esta manera, las personas participantes reciben los rábanos que pueden llegar a medir 50 centímetros de largo y 10 de ancho, con un peso de más de tres kilos. Son tubérculos blandos propios para ser moldeados con cuchillos. En la elaboración se usan además las pieles rojas para decorar ropa, mobiliario y elementos diversos.
En el trabajo generalmente participa toda la familia. Para ellos estos días esperados todo el año, representan la convivencia, la alegría, el gusto por continuar la tradición de sus ancestros. Niños y adultos eligen los rábanos, hacen los bosquejos, elaboran las piezas, acarrean los materiales, trasladan y montan las piezas para la exposición.
Saben que sus creaciones son efímeras, que duran solo unas horas porque los rábanos se deshidratan y se secan. Sin embargo disfrutan el proceso y sobre todo, la admiración de habitantes de la ciudad de Oaxaca y de visitantes nacionales e internacionales. Saben que con sus obras mantienen su cultura y dan renombre a su estado.
En la misma fecha, artesanos oaxaqueños también participan en un concurso con trabajos hechos con la siempreviva o “flor inmortal”, llamada así porque deshidratada dura varios años y con su variedad de colores: naranja, dorado, amarillo, rojo, crean y también decoran figuras básicamente religiosas en diversos tamaños.
Asimismo concursan figuras hechas con totomoxtle -del náhuatl totomochtli-, las hojas secas que envuelven la mazorca del maíz, las cuales pintan de colores diversos y elaboran trajes típicos, flores, muñecas, nacimientos, animales, alebrijes, canastas, personajes, músicos, figuras religiosas, piñatas, coronas de adviento.
Luego de dos años en que la “Noche de Rábanos fue cancelada, por el COVID (2020) y por manifestaciones diversas contra el presidente municipal Oswaldo García Jarquín (2021), este año se celebra este viernes 23 de diciembre a partir de las 17:00 horas en la Plaza de la Constitución.
De esta manera, en el marco de los festejos navideños, habitantes de la Ciudad, así como turistas nacionales e internacionales convivieron en el centro histórico. Pasearon en la calle Macedonio Alcalá, la de mayor atractivo y que de norte a sur va del Templo de Santo Domingo de Guzmán, joya arquitectónica del Barroco Novohispano, al zócalo.
En el recorrido disfrutaron el colorido y ambiente de cada galería, cada tienda de productos artesanales, restaurantes, librerías, cafeterías, la presentación de artistas en las calles y puestos ambulantes, hasta llegar a la Plaza de la Constitución y vivir la “Noche de Rábanos”.
Ahí entre música navideña, mexicana con mariachis, marimbas, cantantes, mimos e imitadores de cantantes famosos, hicieron una larga fila para apreciar unos minutos las figuras. Dada la gran cantidad de personas que acudieron, fue necesario que pasaran rápido, para dar paso a los demás.
La celebración que se da solo en Oaxaca el 23 de diciembre, inició a mediados del siglo XVIII cuando por una sobreproducción de rábanos criollos, quedaron varias hectáreas sin cosechar y entonces, dos frailes llevaron los tubérculos de forma y tamaño irregular, como curiosidades, al Mercado Navideño.
Al ver el éxito, cada año, los hortelanos presentaron piezas diversas y en 1897, el gobernador Francisco Vasconcelos creó un concurso para premiar lo más bonito. Así fueron recreados temas relacionados con la Navidad y actualmente se presentan escenas religiosas, de festejos populares y piezas contemporáneas.
Fotos/Territorio Score.