- En California hay una campaña para aumentar el salario mínimo a 25 dólares por hora.
Los Ángeles, Cal.- Por primera vez en la historia, trabajadores del sector restaurantero se están negando a laborar por salarios de miseria, reveló Saru Jayaraman, presidenta de la organización nacional One Fair Wage con una base de 300 mil trabajadores de restaurantes a nivel nacional y la asociación Raised compuesta por 2 mil 500 propietarios de pequeños restaurantes.
El pasado viernes 7 de abril Ethic Media Servicies abordó en una video conferencia el trabajo que están haciendo 3 lideres comunitarios para ganar la batallar por salarios justos, sacar adelante a los sin techo y ampliar los derechos de los presos.
Jayarama dijo “estamos presenciando un momento realmente histórico, en el que los trabajadores con salarios bajos de toda la economía, y en particular de la industria de la restaurantera, se niegan por primera vez a trabajar por estos salarios de miseria”.
Explicó que la industria restaurantera ha sido por décadas una de la mayor y rápido crecimiento del sector privado en California y los Estados Unidos, con números de 14 millones de trabajadores, antes de la pandemia.
Pero dijo que dicha industria ha sido el empleador que menos ha pagado durante generaciones, desde que se creó el salario mínimo para los trabajadores con propinas, en la época de la emancipación, cuando la industria quería contratar esclavos recién liberados y no pagarles nada.
“Querían que vivieran de las propinas- una nueva forma que de pago que había llegado en ese momento de Europa-, pero eso dio como resultado la formación de la Asociación Nacional de Restaurantes, que ha luchado durante 100 años para mantener los salarios mínimos lo más bajos posibles en la mayoría de los Estados”.
Aclaro que dicha organización quiere mantener los salarios por abajo del mínimo para los trabajadores que reciben propinas.
Comentó que en California hay un salario inferior para los trabajadores encarcelados.
“En todo el país los salarios han sido increíblemente suprimidos y bajos, tanto en la industria de la restauración como en el salario mínimo en general, debido a la influencia del lobby comercial llamado Asociación Nacional de Restaurantes”.
Jayarama citó un reportaje publicado en enero en el New York Times en el que se exponía cómo la Asociación Nacional de Restaurantes ha creado durante las últimas décadas un esquema de una estafa por medio de la empresa ServSafe en la que han cobrado a trabajadores con salarios bajos por formación en seguridad alimentaria y han utilizado ese dinero (80 millones anuales) para cabildeo contra esos mismos trabajadores y los aumentos salariales, sin que esos trabajadores lo sepan.
Este año, la legislatura de California tienen un proyecto de ley para cambiar que los empleados paguen por su formación y que sean los empresarios que lo hagan.
La abogada dijo que efectivamente en todo el país los salarios han sido suprimidos durante mucho tiempo debido al poder de la Asociación Nacional de Restaurantes.
Durante la pandemia dijo que esos trabajadores vieron reducidos sus ingresos por propinas por las ventas bajas y ha visto una subida en el acoso sexual.
La industria restaurantera es de las industrias más afectadas por el acoso sexual.
“Miles de mujeres dijeron que con regularidad les preguntan: ‘quítate la mascarilla para ver lo mona que eres antes de decidir cuánto darte de propina”.
Como consecuencia del comportamiento con las propinas muy pequeñas y los bajos salarios, han abandonado la industria 1,2 millones de trabajadores, indicó.
La experta citó que el 60% de los trabajadores dicen que se irían y el 80% dicen que lo único que les haría quedarse o volver es un salario digno y completo con propinas por encima de sus salarios.
Comentó que han rastreado a miles de restaurantes en todo el país que han aumentado voluntariamente sus salarios y hay algunos que pagan 35 dólares la hora más propinas porque no puede conseguir que el personal vuelva de otra manera.
Esto dijo que ha traído que en todo el país haya una política para aumentar los salarios y poner fin a los salarios mínimos por debajo del mínimo.
Este movimiento la prensa le ha llamado la gran dimisión, pero Jayarama dice que los trabajadores le llaman “La Gran Revolución”.
En California hay una campaña para aumentar el salario mínimo general a 25 dólares, mientras en el resto del país hay medidas electorales para aumentarlo en 25 estados.
“En la capital de la Nación en Washington D.C ganamos una medida electoral para aumentar los salarios para los trabajadores de restaurantes y actualmente estamos moviendo la legislación en Nueva York, Connecticut, Maryland, Illinois, Colorado, Massachussets, Rohde Island, Hawái, Puerto Rico, Pennsylvania, Ohio, Arizona, Michigan e Idaho.
En Chicago, el nuevo alcalde Brando Johnson se ha manifestado públicamente a favor de un salario justo y en Pensilvania, el nuevo gobernador John Shapiro, ha anunciado una ley para elevar el salario mínimo a 15 y acabar con el salario mínimo inferior para los trabajadores que reciben propinas”.
La abogada resumió que hay un gran impulso en el tema en todo el país que está dando lugar a cambios políticos en varios estados del país, incluido California y estados rojos (Republicanos) como Arizona, Idaho, Michigan y Ohio, que tienen el tema del salario en las boletas electorales del próximo año.
Jayarama indicó que la mayoría de los trabajadores de restaurantes en EE.UU en lugares como Nueva York, Los Ángeles y Chicago son inmigrantes de todo el mundo.
“De hecho representan 70% en Los Ángeles y Nueva York, siendo mayoría mujeres de color”.
La lucha no solo es para los trabajadores de restaurantes dice Jayarama sino que contempla a todos los trabajadores que reciben una propina como los de las estéticas, peluquerías y gente que empuja las sillas de ruedas en los aeropuertos del país y quienes reciben salarios por debajo el mínimo.
Así como los trabajadores de la gig economía (con contratos a corto plazo o trabajo autónomo) que se ven afectados porque muchas veces las empresas los despiden o les pagan menos por las propinas que reciben.
A la pregunta si el sector restaurantero se vería afectado con los aumentos de los salarios, la abogada dijo que su futuro está asegurado en términos de propietarios no así en términos de empleados.
Y dijo que la industria se enfrenta a la peor crisis de personal de su historia, por lo que, a menos que se aborde el tema salarial, no hay un verdadero futuro en su crecimiento.
Otro de los proyectos en los que trabajan es una legislación para cambiar y poner fin al salario mínimo en California para los trabajadores encarcelados.
La lucha por los derechos de los encarcelados
Dorsey Nunn, director ejecutivo de servicios legales de presos (Legal Services for Prisoners with Children/All of Us Or None) habló de las luchas que han enfrentado los encarcelados desde el momento en que se pusieron en huelga para poner fin a que la gente fuera encerrada en confinamiento solitario a largo plazo.
“También sentimos la discriminación estructural en relación con el empleo”, dijo al explicar que no estaban siendo contratados porque tenían condenas por delitos grave o por no estar calificados.
Nunn mencionó del trabajo que han hecho para que se les otorgara el derecho al voto a más de un millón de personas en Florida y que siguen trabajando por ampliar sus derechos en todo el país.
“Estamos luchando no solo para votar sino para participar en todo el sistema en puestos gubernamentales”, comentó.
Nunn desde que salió de prisión ha luchado por la restauración completa de los derechos humanos y civiles y su trabajo se extiende por 50 años.
Su organización lideró la campaña ‘Ban the Box” que consiguió que en 50 ciudades de 35 estados no se pregunte sobre el historial delictivo en las solicitudes de empleo.
Trabajando por vivienda permanente de los sin techo
Chris Contreras, director del Programa Esquinas Birillantes (Brilliant Corners) habló de la vivienda parmente para personas sin hogar destacando que California tiene casi un tercio de las personas desamparadas y muchos de ellos viven en el condado de Los Ángeles.
Explicó que los alquileres han tenido aumentos sin precedentes con un 54% mientras que los salarios solo han aumentado un 16% lo que ha dejado a miles de angelinos sin hogar o en peligro de perderlo.
El problema dijo que afecta desproporcionalmente a minorías como la comunidad negra que ha visto un amento en 8% y ahora los latinos son 44% de las personas desamparadas.
La organización para la que trabaja provee servicios de vivienda a personas en riesgo de ser separados y encarcelados.
Contreras dice que se necesitan 3 cosas para abordar el problema: subsidios gubernamentales para pagar los alquileres, profesionales para desarrollar relaciones con propietarios y caseros, para obtener unidades nuevas y proveer servicios para lograr una transición y estabilización a largo plazo.
Reconoció que el problema de acceso a vivienda está siendo superada y no mejora porque el flujo de personas que no tienen casa todos los días sigue creciendo a comparación del acceso a ella debido a problemas del sistema de justicia criminal, de salud y educativo.
“Un sistema históricamente represivo con las comunidades de color”, dijo al señalar que todos tenemos una responsabilidad y que el sistema de leyes para renta y modificación de vivienda no está funcionando para las comunidades por lo que hay organizaciones de base que están trabajando para desmantelar ese sistema y crear algo nuevo.
Cindy Downing de la Fundación James Irvine, dijo que Jayaraman, Nunn y Contreras son tres de los galardonados con el premio que dicha organización entrega a personalidades que están haciendo cambios para que trabajadores de bajos recursos tengan la posibilidad de avanzar económicamente.
A lo largo del programa de liderazgo fundado en el 2006 han reconocido a más de 100 lideres. “Estas personas crean soluciones que pueden llegar a motivar e inspirar para construir comunidad, conectividad y esperanza”, destacó Downing.
Saru Jayaraman, presidenta de la organización nacional One Fair Wage, Dorsey Nunn, director ejecutivo de servicios legales de presos (Legal Services for Prisoners with Children/All of Us Or None) y Chris Contreras, director del Programa Esquinas Birillantes (Brilliant Corners) (De izq. a der.)