Por Alicia Alarcón
El domingo 14 de mayo, falleció la mujer que rescató al Este de Los Ángeles de la miseria y el olvido en que por décadas lo tuvieron los gobiernos locales y estatales. Para ellos, el área donde vivían los mexicanos, no ameritaba mayor atención. Los incidentes de racismo, discriminación y brutalidad policíaca en contra de sus residentes , eran incidentes cotidianos que muy poco se atrevían a denunciar.
Con honrosas excepciones, Líderes Latinos guardaban silencio ante las monstruosas decisiones que salían de Sacramento y que eran directos ataques en contra de la población más vituperada y olvidada. Como fue la decisión del entonces Gobernador de California George Deukmejian de construir una cárcel en el corazón de Este de Los Ángeles.
Gloria Molina, encabezó el movimiento de ¨ las madres del Este de Los Ángeles en contra de Deukmekjian. El resultado fue la suspensión de ese proyecto. Primero como Concejal, después como Asambleísta y al final como Supervisora del Condado de Los Ángeles el mensaje de Gloria siempre fue contundente. No iba a permitir que la población del Este de Los Ángeles fuera utilizada por corruptos y acomodaticios, incluyendo políticos Latinos para sus intereses económicos o electorales.
Sus batallas fueron muchos, algunas las ganó, otras las perdió. Lo irónico es que algunas las perdió por culpa de miembros de su comunidad que manipulada por algunos ¨líderes¨ se opusieron a mejoras en Escuelas y Avenidas en base a una falsa percepción de la historia.
Otro golpe que recibió Gloria de sus representados, fue cuando ya en retiro decidió lanzarse como candidata a concejal de su Distrito. Su objetivo, según sus palabras era, ¨Acabar con la corrupción.¨ A pesar de haber realizado una vigorosa campaña Gloria no recibió el apoyo suficiente y fue derrotada por José Huizar, entonces concejal quien posteriormente fue declarado culpable de corrupción y malversación de fondos
Gloria murió, pero su legado vivirá para siempre. Lo único que lamento es que se fue sin haber escrito sus memorias. Tal vez porque en lugar de páginas de lectura, nos quiso dejar algo todavía más personal. Sus colchas multicolores, que tejió durante años y que esperemos ver en una exhibición permanente en oro de sus legados. La Plaza. Ubicada a un lado de Placita Olvera, La Plaza es un espacio de aprendizaje de la cultura, cocina y tradiciones mexicanas. ¨Lo que más me gusta es ver a los niños aprender tantas cosas que no sabían de su cultura.¨ Dijo Gloria en una fiesta que se hizo en su honor en la Plaza, hace varios años, titulada: ¨Noche de Gloria.¨