Oaxaca, Oax./Ezequiel Leyva.- La costa Oaxaqueña tiene un sinnúmero de atractivos, desde playas vírgenes, bahías tranquilas, con aguas azules, zonas de conservación animal, así como parques ecológicos, pero también tiene su lado débil, zonas de depredación y de deterioro.
La muerte lenta del Río Copalita es una muestra de ello, asunto que a las autoridades no les ha interesado defender, quizás porque no representan votos para las elecciones o porque como dicen los habitantes no representa dividendos.
Se encuentra también otra muestra, la zona en deterioro de los manglares de las Lagunas de Chacahua, lugar que a pesar del esfuerzo de sus moradores sigue perdiéndose cada día al ingresar desde el mar el agua salada por la disminución de agua dulce, que antes bajaba de la montaña, pero que ahora con la falta de lluvia y la gran sobreexplotación ha dejado de alimentar la laguna.
Tristes historias como esta y las Lagunas de Manialtepec se viven en la costa de Oaxaca, desde la colindancia con Guerrero hasta la frontera con Chiapas, sin contar la gran contaminación de las playas de Salina Cruz, lugares que mueren lentamente.
En especial resalta la falta de atención de las autoridades encargadas de las playas de Puerto Escondido, lleno de basura y de aguas negras que desembocan a las playas poniendo en riesgo la salud de visitantes y locales sin que a ningún presidente Municipal le preocupe, peleándose el dinero a balazos, que se recauda de impuestos entre Santa María Colotepec y San Pedro Mixtepec, que dejó como resultado un muerto hace unos meses.
A pesar de todo la costa de Oaxaca tiene mucho que ofrecer a los visitantes nacionales o extranjeros que tengan el deseo de vivir una aventura al aire libre, las Lagunas de Chacahua y Manialtepec, las siete Bahías de Santa Cruz Huatulco, Ventanilla y Mazunte con su museo de la tortuga, estos lugares ofrecen avistamientos de sus diferentes especies de aves, la mayoría migratorias que llegan desde Canadá y otras partes de la Unión Americana.
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