- La gente no está preparada ni con una mochila de emergencia, señalan organizadores.
Los Ángeles, Cal.- Ante la falta de capacidad de los gobiernos locales, estatales y federales para actuar de inmediato ante las grandes necesidades de las comunidades que se enfrentan cada año a temporadas de huracanes e incendios forestales que prácticamente los deja sin nada, organizaciones se unen y preparan a las comunidades para hacer frente a los estragos del cambio climático.
En California son cada vez más voraces los incendios forestales; Oregón recientemente se suma a ellos, mientras tanto Lousiana se enfrenta con más furia a los huracanes de viento. Texas a climas extremosos con los huracanes de lluvia, lo mismo que con fuertes nevadas y Florida padece de severas inundaciones por las fuertes tormentas tropicales.
Este mes de junio se entra a la temporada de huracanes e incendios forestales, siendo las comunidades de color las más afectadas, señaló Jennifer Farmer, moderadora de la conferencia de prensa organizada por Ethnic Media Services el pasado viernes 3 de junio.
Ashley Shelton presidenta y fundadora de la Coalición de Poder para la Equidad y la Justicia en Louisiana dijo que son una coalición que ayuda directamente a la comunidad con recursos durante los primeros días críticos para que los afectados que están desesperados y sufriendo paguen facturas, hoteles y comidas.
Shelton comentó que están haciendo mucho trabajo legislativo para pasar leyes en cuanto a las pólizas de seguro y que las aseguranzas rindan cuentas a sus clientes porque muchas pólizas no están cubriendo los costos de las viviendas destruidas por los vientos.
“Estamos hablando de la ayuda disponible y cómo responsabilizamos al gobierno”, comentó, al señalar que la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) solo les dan dos semanas, después de los desastres, para llenar documentos, cuando muchas veces las víctimas no tiene acceso a luz o internet.
Dentro de su organización señaló que ellos están construyendo redes de ayuda mutua entre organizaciones no gubernamentales para que estén preparadas.
Para la Shelton la movilización de las comunidades para ayudarse mutuamente es emocionante, pero se tiene que tener conversaciones a nivel estatal y federal para que los recursos lleguen como se hizo con los 500 dólares para los niños durante la pandemia de Covid-19.
“Para nosotros la ayuda mutua funciona, pero el gobierno- que trata de protegerse contra el fraude-, en realidad pone el tema en los peores momentos de la vidas de los afectados. No tiene sentido”, añadió al decir que no se ha podido confiar en el gobierno porque se han tenido muchos problemas con fraudes de contratista.
Shelton aboga para que las víctimas de desastres naturales tengan programas como el que surgió para los negocios en la pandemia en el que le fueron otorgados fondos con pocas preguntas.
La activista señaló que el proceso para presentar documentos es difícil. “Tenemos personas que si pueden salvar algo cuando es agua, pero no se puede hacer que la compañías de hipotecas te envíen documentos de las pólizas cuando se pierden”, sostuvo.
Y dijo que hay maneras para demostrarse que es uno dueño de casa cuando se pierden, pero es difícil, lo mismo cuando los documentos están dañados y es cuando se tienen que hablar con abogados.
La organización de Shelton está proporcionando cajas contra el agua para guardar los documentos.
Daysi Bedolla Sotelo, de la organización de estrategias para la Red Ambiental Asiático Pacifico en California habló que el año pasado fue el primer año que Oregón tuvo experiencia de incendios forestales que se añadió a Covid-19.
Como comunidad dijo que se movilizaron rápidamente porque el estado no estaba preparado, y aunque se emitieron alertas de emergencia no se dieron en los idiomas que se necesitaban como el español.
“Tenemos poblaciones de diferentes países. Indígenas que no hablan español, y otras personas que hablan otras lenguas en los campos”, señaló, al decir que los campesinos ya trabajan con altos niveles de toxicidad, por lo que han trabajado para aprobar reglas para humo y calor para que entren en vigencia este año.
Lamento que la población no se esté preparada ni con una mochila de emergencia, pero dijo que con la comunidad agrícola -con la que trabaja- están llevándoles información para que estén preparados cuando lleguen los incendios o las tormentas invernales.
Sotelo al igual que Shelton reclama que algunos ni siquiera tienen acceso a teléfonos inteligentes o a recursos en sus idiomas, aunque ellos también califican para fondos pero no directamente de FEMA.
La activista dijo que es lo mismo que con la pandemia, que los indocumentados no tuvieron acceso a fondos federales con los cheques del estímulo económico, pero si otro tipo ayudas.
“Tres organizaciones hermanas logramos fondos de emergencia, pero la gente tienen miedo de acudir a ellos porque no saben las repercusiones”, dijo, al comentar que hace dos años afectados por los incendios no acudía a las agencias de gobierno porque había preocupación por la Migra.
“La gente no está mirando a FEMA”, reafirmó, tras decir que se tienen que trabajar con eso porque hay mucho temor no solo por el papeleo que no les es accesible sino porque piensan en las repercusiones que ellos tendrían en su estado migratorio.
Lo que propone Shelton es que FEMA ayude a las personas en tiempo real llevando las cosas que necesitan urgentemente y que luego puedan, con fondos, poder reconstruir y preparase para futuras catástrofes.
Pero eso no sucede, al menos así lo señala Chrishelle Palay, Directora Ejecutiva de la Coalición HOME en Houston, quien dice que el estado de Texas no ha habido fondos federales para abordar el tema de las inundaciones y menos en las comunidades de color.
“Esto es problemático”, afirmó, tras hablar que ellos han trabajado para llevar justicia ambiental a las comunidades que enfrentan problemas de contaminación debido a las plantas y refinerías.
“Muchos de ellos tienen problemas y están lidiando con las consecuencias. Lamentablemente la gente menos responsable por la crisis climática son las que sufren los peores efectos”, refirió.
Shelton añadió que las refinerías empeoran la calidad del aire en las comunidades que están teniendo un gran impacto porque la gente está perdiendo bebés o éstos mueren al nacer.
“Debemos decir lo que está sucediendo para forzar el trabajo en las pruebas de emisiones. Las leyes existen, pero dicen las agencias que no tiene la capacidad. Mientras tanto las comunidades están inhalando esas toxinas”.
“Las refinerías deberían proveer los recursos, pero no quieren que la gente reconstruya. Las vas a ver haciendo festivales para la comunidad, pero no las ayudan a reconstruir”, señaló.
Mackenzie Marcelin, de Gente de Justicia Climática en Florida dice que la prioridad de las compañías son las ganancias encima de la gente.
Marcelin habló de los recursos que ellos ofrecen con información no solo en inglés sino en coreano, haitiano, español y mandarín para ciertas comunidades para que estén listas en la temporada de huracanes.
“Esta temporada de huracanes es única porque en estos momentos estamos saliendo de una pandemia y sintiendo todo el peso de eso y en medio de una crisis de vivienda”.
“Es una gran preocupación porque hay personas que no saben dónde vivir por la renta que está subiendo y multiplicando en 300%, lo que hace que la gente se desplace a distintas áreas donde hay más desastres naturales que no va a poder sobrellevar”, opinó.
Y dijo que “es un tiempo muy malo para la gente y las comunidades que no se sienten apoyadas por la temporada de huracanes que van a venir”, por eso es que ellos están distribuyendo los materiales de apoyo.
“Queremos que los dueños de casa estén en un registro de propiedad para que los que vivan en ellas estén protegidos en un seguro”, dijo al hablar del caso del colapso del edificio Champlain en Miami hace un año.
El edificio parcialmente derrumbado y que dejó 98 víctimas fatales, luego se supo no cumplía con las reglas y estándares de vivienda.
“Estamos trabajando en ordenanzas antidiscriminación y que estén al día”. Porque si viene un huracán realmente podría a la gente en peligro porque no sabemos cómo van a responder o si van a permanecer intactos.
“En general el mercado de vivienda es un desastre”, consideró Marcelin, al indicar que ellos quieren asegurarse que no se desplace a la gente de sus viviendas sobre todo a las embarazadas.
“Que haya justicia y que tengan un lugar seguro para refugio, que tengan seguridad y no sean dejados en la calle durante la temporada de huracanes”, afirmó.
Para que eso no pase, trabajan por leyes de derechos de inquilinos y asegurándose que las mujeres de color con hijos que tienen los más altos niveles de probabilidad de desalojo no sean expulsadas de sus hogares.
La intención de las organizaciones es empoderar a la gente y que ellos alcen su voz.
“Que tengan los recursos que necesitan y contener los efectos en caso de una emergencia y poder apoyarles a corto y largo plazo, así como continuar con mensajes educándolos a ellos y a quienes son líderes de las comunidades porque sabemos que todos tenemos que estar involucrados”, dijo Sotelo.
En la conferencia participaron Ginny Goldman y Emily Timm, de las organizaciones de Resiliencia y del Proyecto de Defensa de los Trabajadores, respectivamente.