Los Ángeles, Cal.- La histórica Misión de San Gabriel sirvió como un grandioso marco para la celebración de las tradiciones oaxaqueñas del día de los muertos, efectuadas el pasado domingo 5 de noviembre.
Y es que la comunidad oaxaqueña religiosa de este lugar consiguió resaltar sus ricas tradiciones y expresarlas por medio de la música de banda, bailes folklóricos, comida típica y por su puesto, sin faltar, los altares de muertos junto con una exhibición de tapetes de arena.
En Oaxaca el día de muertos es una de las fiestas religiosas más importantes del año, en donde el murmullo de la gente se agolpa con los olores y colores de la temporada. Todas las casas presentan sus ofrendas a sus seres queridos fallecidos como un homenaje a su vida y a lo que fue en vida ese ser que dejó este mundo, pero que sigue y seguirá vivo mientras se recuerde.
Lo mismo aquí, los oaxaqueños inmigrantes siguen fieles a sus tradiciones que mantienen vivas gracias a que organizaciones como la Organización Regional de Oaxaca (ORO) las impulsa, al igual que les abren las puertas y su espacio la Misión de San de San Gabriel, para su realización.
En este lugar – donde llegaron los primeros misioneros para evangelizar estas tierras, uno de ellos el fraile franciscano Junípero Serra, quien recientemente fue vandalizado en su imagen-, se colocaron 9 altares y 4 tapetes de arena, realizados por organizaciones y comunidades entre ellas la Organización Para la Ayuda Macuiltianguense (OPAM), ORO, COTLA, la comunidad de Yalalag, Quialana y del Rosario de Puebla, así como también de personas de la comunidad como Soledad López y Maritza Sánchez (muxe), entre otros.
Todos los altares tuvieron un tema y fueron dedicados lo mismo a los santos que a personas de la comunidad y del medio artístico mexicano.
Resaltando el dedicado a la Virgen de Juquila y el de la Comunidad Tlacolulense dedicado a María de Jesús, mamá de Clementina López y el abuelo de Saúl López, todos ellos personajes conocidos en Tlacolula.
Para la creadora del altar de Cotla, Natividad Acevedo, el crear un altar es todo un ritual y apegarse a lo tradicional es más laborioso, pero ella trató de hacerlo lo mejor posible con la ayuda, de tan solo, un solo ayudante.
Acevedo dijo que para su construcción tardó alrededor de cinco horas y fue con el aporte de Cotla y de ORO, quien le ayudó con la fruta y las flores.
“Hay le hice tantito, haber que dice Dios”, dijo la reconocida oaxaqueña quien explicó que el incienso se ocupa dentro del altar para purificar el camino de los difuntos y que en Tlacolula, como en muchas partes de Oaxaca, no debe hacer falta el mezcal en la ofrenda, lamentándose que al suyo le faltó poner los cigarros.
El altar de Cotla dijo llevaba pan, fruta variada de la temporada: tejocotes, cacahuates, nuez, jícama, naranja, granada, anona -por su aroma-, al igual que la guayaba, y flor de angelito que también le da un olor especial al altar, lo mismo que la flor de cempasúchil.
Durante la celebración del Día de Muertos se efectuó una calenda con la música de banda que recorrió el panteón aledaño a la Iglesia y en seguida comenzaron los bailes tradicionales presentados por el grupo folklórico Nueva Antequera, quienes realizaron un homenaje especial para las víctimas del sismo en el Istmo de Oaxaca.
También participó el grupo folklórico Huaxyacac presentando diversas danzas tradicionales.
En su oportunidad el padre Tony Díaz, de la Misión de San Gabriel, agradeció a la comunidad oaxaqueña y la comunidad de San Gabriel que los recibe para compartir la cultura y la fe.
El prelado señaló que es el quinto año que celebran el Día de Muertos con la participación de la comunidad oaxaqueña; viendo que cada año crece más el público asistente y se mejora la fiesta.
“Este año, utilizamos el corredor que comprende las dos iglesias para los altares y los tapetes. Esto es mucho mejor para que la gente aprecie el arte, el colorido y para que también lo que cada familia aporta en sus altares”, indicó.
Resaltó la importancia de la comunidad oaxaqueña en la Misión.
“Tenemos un grupo de oración que tiene más de 33 años aquí y la generación actual, la mayoría son oaxaqueños. Lo bueno de los oaxaqueños es que están bien organizados, cuando viene uno, ya sabemos, que bajan a otros, y eso lo hemos comprobado”, resaltó el sacerdote.
“Ahora estamos yendo a Oaxaca a llevar estos retiros. Este año llevamos uno a San Pedro Yolox, y ya hay invitaciones para otros pueblos”.
Sobre el atentado que sufrió la imagen de Junípero Serra dijo que es de un grupo opuesto a la misión misionera del santo.
“Pero, esto dice todo lo contario. Tenemos grupos nativos de Oaxaca que comparten su fe, que no ven su fe como una forma de opresión, sino como una forma de liberación y celebrar el mestizaje.
Esto es un buen testimonio para contrarrestar el vandalismo. Que hay diferentes puntos de vista. Que tienen una visión amplia. Esta gante tienen una noción de historia muy estrecha, muy distorsionada, que lo ven negativa”.
El este contexto de la fiesta de los muertos, dijo que el mensaje que dan los oaxaqueños es de hermandad y de amor que nos une como hijas e hijos de Dios.
“El amor tiene que triunfar, no podemos dejarnos definir por la violencia de otros”, indicó el sacerdote al explicar que el día de muertos “es una expresión y símbolo de vida; en la fe cristiana, el fondo tiene la resurrección, en el cual, la muerte no es el fin de la vida, es un renacer para ser transformado y estos altares son lo que representan: un renacer”, indicó.
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