Oax.- Platicar con Don Leandro Hernández Romero, periodista desde 1964, no es abrir una enciclopedia, es introducirse a una biblioteca completa llena de libros de acción, suspenso, historia, cuentos, dramas y otras experiencias y anécdotas que enriquecen la vida de quienes tenemos la fortuna de escucharlo y aprender de él.
Sentarse a escucharlo es abrevar un caudal de conocimiento y experiencia que él de manera generosa comparte con quienes tienen el deseo de escucharlo, por eso cuando hemos tenido la oportunidad de coincidir siempre escuchamos con gusto que cuando empezó en el periodismo lo hizo teniendo en las venas esa inquietud, escribiendo en los diferentes diarios de la capital oaxaqueña, diarios que ya no existen, como el Carteles del Sur o el Extra de Oaxaca, o lo que siempre consideró su casa, el Oaxaca Gráfico, adquiriendo experiencias en el Imparcial y en otros medios para llegar a formar parte del área de información de varios sexenios en el gobierno del Estado de Oaxaca.
¿Cómo era hacer periodismo en esa época? “Creo que se veía uno obligado a poner mucha atención en el trabajo porque nosotros no utilizábamos grabadora, hay trucos que nos enseñaron unos grandes maestros de cómo no olvidarse de las cosas que uno obtiene en una entrevista y que no debe fallar en la interpretación, hacer el esfuerzo que no falle porque de todos modos uno no es una grabadora, en sí, pero trata de ser lo más apegado a lo que uno obtiene en una información, y nosotros lo obtuvimos.
El que me abre el periodismo en Oaxaca fue don Benito García Hernández y después conocí a otros amigos y a doña Arcelia Yáñiz, que fue una excelente mujer periodista, con quien cultive mucha amistad y desde luego mucha enseñanza de parte de ella. En ese tiempo habría que hacer las cosas de manera no tanto artesanal porque sí teníamos grabadora, pero eran unos ladrillotes grandes y la máquina de escribir que también era muy grande y los teléfonos que usábamos. Yo recuerdo, como corresponsal del periódico El Día, nosotros dictábamos nuestra nota en el teléfono desde Oaxaca y nos lo tomaba también una persona con el teléfono y le estaba uno dictando, así se pasaban las notas.
Después vinieron los télex y otros instrumentos que ya fueron acelerando más el envío de la información. Una anécdota por ejemplo, “ya no como reportero, pero estaba yo en el área de información en el gobierno del estado. ¿Cómo mandábamos las fotos a México para que se publicaran? Bueno, ahora nos reímos, nosotros mandábamos una gente que fuera al aeropuerto y en el aeropuerto buscaba un conocido para que se llevará el sobre de fotografías, en México lo recibía una persona, ahí nuestro enlace con su banderola, con su nombre y recibía el sobre y esta persona iba a repartir a los periódicos para que se publicarán al día siguiente, en los informes de gobierno mandábamos una gente especial para que hiciera ese servicio, pero cuando no se establecía el enlace, salen las fotos de Oaxaca y se van a México y no está la persona esperando ahí o al otro se le olvido que lleva un encargo porque era gratuito era de amigos, se perdían las fotos, no se publicaban las cosas, ahora no, ahora las cosas se hacen por segundos que es lo maravilloso de la tecnología moderna”.
“A mí me tocó hacer periodismos tradicional, pudiéramos decirlo, un tanto romántico, que también tuvieron sus asuntos muy importantes, porque nos tocó vivir aspectos políticos importantes como de los años 70’s cuando cayó el gobernador Zarate Aquino que es otra época que a mí me tocó, me tocó también el movimiento estudiantil de 1968 que se reflejó en Oaxaca, este movimiento nacional”.
“Y de ahí una serie de situaciones que nunca faltan, pero que son de vivencias cotidianas, en la actualidad vivimos en tiempos más rápidos y ahí se responde también el tipo de periodismo que se hace, sin embargo, yo soy de las personas que sostienen que el periodismo escrito tiene que sobrevivir, ¿Por qué? Porque tenemos la oportunidad de tener testimonios, todo, las redes sociales son cosas concretas, todo lo que se hace en la actualidad, pero lo inmediato de las cosas se resuelven, pero hacer periodismo escrito persiste por muchos años”.
Su primera nota firmada “que llevara mi nombre fue en 1966, no recuerdo el mes pero fue en ese año en la revista Síntesis Gracia que editaba doña Arcelia Yañiz y de ahí en el Oaxaca Gráfico, ya se fueron publicando las notas firmadas así como en el Carteles del Sur, después colaboré en revistas estudiantiles, fui subdirector del Extra de Oaxaca, también columnista del periódico el Imparcial, esto es en años más reciente desde el 2013 hasta el año pasado, actualmente colaboro con la revista Excelencia de Rubén Ríos en donde le pusieron el título a su columna “En la pluma de Don Lea”, además de participar en un programa de radio, en Radio Universidad llamado Presencia cultural serranal, donde tratamos asuntos de la sierra, en mi caso de la sierra mixe, pero también otros compañeros participan de la sierra sur, de la sierra chinanteca y sierra zapoteca, tratamos de estar activos en ese sentido, además soy promotor cultural permanente de la Red Cultural para la Fraternidad Humana, en donde llevo como 35 años colaborando”.
Relata que él estudió en el Seminario de Oaxaca. “Ahí teníamos una revista, ahí hice mis primeros ensayos escribiendo en lengua mixe, teníamos maestros y materias muy claves de aprender el español, el latín, el griego, como lenguas fundamentales para la carrera, para la que estaba yo orientado, esto me sirvió después para incursionar en el periodismo y hacer mis primeros borradores, mis primeras líneas y ya con la anuencia de doña Chela,
-como cariñosamente llama a doña Arcelia Yañiz- me dijo: “bueno pues Leandro, ya te doy la bendición, ya te puedes ir”, y de ahí para adelante todo lo que sucedió después que es apasionante”.
Un sinnúmero de experiencias y recuerdos vienen a su mente así como anécdotas como cuando ya estando en el área de comunicación de Gobierno un día se presentó el dueño del periódico Oaxaca Gráfico, don Eduardo Pimentel, “llegó y me dijo Don Lea lo vengo a visitar y le traigo un recuerdito, me llevaba en un sobre los vales que acumulo el allí y que no me descontó, había vales de 5, de 10, 15, 20 pesos, pero un sobre lleno y me dijo nada más para que lo tenga de recuerdo, que tenía usted un pendientito allá en el periódico, pero si puede, cuando usted pueda, acuérdese del Oaxaca Gráfico, don Lalo, muy suavemente me fue a cobrar los vales pendientes”.
Recuerda con cariño a un reportero que lo apoyó en sus tiempos en que no había sueldos o más bien él no tenía un sueldo, Rufino Sánchez que de apodo le decían “el pentotal”, era un reportero sagaz, pudiéramos decir al nivel de don Benito García, solón que él no escribía, doña Arcelia le hacía sus notas pero cómo recopilaba la información, era un tipo audaz, de manera que cuando le hacían sus crónicas eran realmente interesantes y llenas de vida literaria por los datos puntuales y exactos que había recolectado, se aprovechaba toda la información, una excelente persona porque él me fue presentando en las diferentes oficinas y él me sació también el hambre cuando todavía no tenía sueldo, me compraba mis tortas, mi refresco, una o dos veces al día, ahí la historia tan bonita que nunca se olvida.”
Don Heladio fundó a nivel nacional la tribuna nacional de la juventud y aquí en Oaxaca “fundamos la Tribuna de la juventud de Oaxaca, con distinguidos universitarios que ahora son de la tercera edad, pero que en su tiempo tuvieron mucho impacto en los jóvenes y lograron en cada conferencia llenar el Paraninfo de la Facultad de Leyes en el centro histórico, porque éramos los promotores del conocimiento y organizábamos mesas redondas, ponencias y talleres porque la intención era despertar la conciencia, despertar a la gente de Oaxaca para que adquiera este cambio que necesita Oaxaca”.
Y así pudiéramos pasarnos días enteros hablando de sus anécdotas y experiencias de Don Lea, pero para terminar él envía una recomendación a quienes ahora están estudiando Ciencias de la Comunicación, quienes a diferencia del pasado en la mayoría de los casos tienen herramientas más avanzadas y los medios a su alcance que les permiten desarrollar su habilidades en muchos casos, “Hernest Hemingway decía “Por su madre no vayan a las universidades, en las universidades no se hacen los escritores, los periodistas, o los santos o los poetas, métanse a la vida diaria” sin embargo, yo si justifico las carreras, porque nos dan los elementos, yo les recomendaría que, deben seguirse capacitando, ser muy auténtico en el trabajo, ser reales, y cuando digo ser periodista auténtico es hacer el periodismo que nos toca hacer, que es muy difícil pero que muchos lo están haciendo, porque el periodismo nos reclama mucha responsabilidad, y yo agregaría una cosa que esto así lo entiendo, agregar el sentido humano, el valor humano al periodismo. Creo que es un aspecto que no hay que perder, el periodismo es una actividad del ser humano y debe estar impregnado de valores humanos porque va dirigido a seres humanos, esta sería mi recomendación aunque no me siento capacitado para dar recomendaciones”.