viernes, noviembre 22, 2024
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La indigencia no es un problema que se aborde solos| ¿Cómo lograron abatir la indigencia Bakersfield, Houston y Columbus, Ohio?

  • Además de mayor construcción de vivienda asequible se debe trabajar unidos para que la gente entienda que los indigentes son humanos que necesitan un techo seguro y no dormir en la basura.

Los Ángeles, Cal.- California es el estado con las mayores tasas de indigencia con 60 mil personas durmiendo cada noche en la calle, pero lugares como Bakersfield en California, Houston en Texas y en Columbus Ohio, han experimentado éxito en abatir sus altas tasas de la crisis de gente sin vivienda.

Expertos en el tema abordaron la falta de vivienda, que es una de las principales preocupaciones de los votantes de ciudades en el país, durante una video conferencia organizada por Ethnic Media Services el pasado viernes 22 de julio.

Matthew Lewis, director de Comunicación de California YIMY (Sí en mi jardín) dijo que la falta de vivienda en California vienen de hace 50 años y cuando en los años 80’s se cambiaron los códigos para la construcción de vivienda debido en parte al racismo y la segregación de las comunidades en ciudades como Berkley, Los Ángeles y San Francisco, entre otras.

Refirió que los contratos para vivienda eran contratos para personas blancas, donde los afroamericanos, judíos o asiáticos eran excluidos, lo que dio origen a la acta de vivienda justa que los hizo ilegales, pero que tuvieron un impacto negativo en la construcción de vivienda que se resiente hasta ahora.

“En Berkley, hay mucho espacio para vivienda en mi cuadra, para que muchas familia puedan vivir en unidades, pero en 1980 era ilegal su construcción”, dijo, al comentar que desde 1990 ha habido un colapso de vivienda en ciudades como Los Ángeles y que lo mismo sucede en otras ciudades.

Explicó que hay gente en crisis familiar o pérdida de empleo, que en circunstancias normales puede hablar con el propietario de la vivienda para resolver el problema de la renta pero que en California hay tanta falta de vivienda que los propietarios no tienen incentivos para trabajar con la gente que está pasando por crisis.

Incluso dijo que hay propietarios que dicen que hay 50 personas preguntando por la unidad y que simplemente les dicen a sus inquilinos, con problemas, que tienen que irse.

En Los Ángeles comentó que lo que está pasando con la falta de vivienda asequible es que la gente se vaya a condados como San Bernardino, donde hay una crisis de agua y está muy lejos de la ciudad de Los Ángeles.

“Lo que intentamos hacer es revertir los errores históricos” y legalizar la vivienda que antiguamente fue legal, comentó, respecto al cambio de los códigos para construcción y modificación de vivienda.

Lewis considera que la falta de vivienda no es un problema fácil de abordar, porque se requiere que en base al crecimiento sea la construcción de vivienda. “En Los Ángeles las viviendas están llenas con más de dos adultos por cuarto”, explicó.

Mientras tanto dijo que la vivienda transicional y de albergues para la gente sin hogar tienen que seguir trabajando continuamente porque es la primera línea de respuesta de la crisis de la gente sin hogar.

Para el activista se tienen que trabajar con leyes para hacer más vivienda de subsidio, asequible y que no haya discriminación de la sección 8.

El éxito de Bakersfield y otras ciudades

En enero de 2020, Bakersfield logró la falta de vivienda crónica “funcional cero” que es: menos de 3 personas en la comunidad experimentaron falta de vivienda.

Mary Scott, líder para ponerle fin a la indigencia en el condado en la organización Open Door Network (anteriormente Bakersfield Centro de Desamparados  y la Alianza contra la Violencia Familiar y la Agresión Sexual) mencionó que el problema de la indigencia es un problema comunitario.

La activista quien ha trabajado por los últimos 20 años con la población de gente sin techo, dijo que empezó a trabajar con niños viviendo en la calle y luego dando servicios a la gente haciendo la transición de integración a la comunidad.

“Tuve la oportunidad de planificar, desarrollar, implementar servicios para cuidado con muchas organizaciones y trabajé con gente sobreviviente de violencia doméstica y de asalto sexual, gente viviendo crisis de salud mental y gente con problemas de adiciones”, explicó.

Y dijo que han presionado para que haya cambios para la gente sin techo.

“En marzo del 2020, Bakersfield acabo con la indigencia crónica y lo hicimos cambiando nuestra forma de pensar y nuestras creencias y ahora pensamos que no es un problema individual sino comunitario”, sostuvo.

Comentó que la población sin techo es diversa y está expandida en montañas, desiertos, campos agrícolas y otros lugares.

“La indigencia tienen muchas caras y es un momento para la acción”, indicó al asegurar que le puede pasar a todos. “La mayor parte de la gente está separado de la indigencia por un solo cheque, puede ser tema de ingreso, de empleo y de apoyo”, consideró.

Pero como terminaron con la indigencia crónica, dijo que era un tema comunitario que requería esfuerzos comunitarios, desarrollando relaciones con las autoridades de vivienda, la ciudad, el condado y los negocios privados, así como con líderes de la comunidad.

Para lograrlo dijo que clasificaron a la población en jóvenes, veteranos, gente mayor, familias, que son subpoblaciones con sus propias barreras específicas que se convierten en su responsabilidad con cada uno de ellos.

“Tenemos tácticas innovadoras y nos asociamos con nuestras autoridades de vivienda para ofrecer cupones para vivienda, unidades de bajos ingresos y un programa especial, para remodelar y convertir espacios en vivienda.

También trabajaron con programas e incentivos para propietarios de alquiler y dando servicios de cuidado para la gente que está en la transición de vivienda independiente y programas para que la indigencia no sea un problema recurrente.

Pero para la activista lo importante es cambiar la forma de pensar y las creencias sobre los indigentes.

Indigencia crónica es que una persona haya vivido en la calle por un año consecutivo y cuando han tenido 4 episodios de vivir en la calle, además de tener una discapacidad documentada. “Terminar con la indigencia es ofrecerles servicios que los apoyan”, Mary Scott.

A la pregunta de que si hay indigentes que se niegan a recibir la ayuda para ubicarlos en viviendas, Scott dijo que sí y que generalmente son gente con problemas de salud mental y no están listos.

Sin embargo reconoció que no todos los indigentes tienen problemas de salud mental y que lo que tratan de hacer es tener su número de seguro social para ingresarlos al sistema y darles asistencia gubernamental y de vivienda.

“Tenemos que tener esa relación con ellos para poder ayudarlos, algunos no quieren dar la información personal pero eso es común para cualquier persona. Se trata de dejarles saber que es algo que entre más apoyo, eso nos va a dar más progreso”.

Además dijo que los contratan para limpiar las calles y las carreteras.

Marcus J. Salter, especialista en Estabilización de Vivienda en Community Mediation Services of Central Ohio, ha trabajado 22 años en primera línea y una de las cosas que comentó es el caso de un joven que se cortó el dedo.

“Lo vía cada semana. Le decía que tuviera más cuidado. Él vivía en un campamento y se cortó, no tenía cuidado, tenía una tela sucia y le puse una cura, luego cuando regresé tenía una infección, luego perdí contacto y cuando lo vi nuevamente había perdido su dedo”, narró.

Salter dijo que lo que están haciendo en Columbus es prevención.

“¿Y cómo lo hacemos? es por medio de educación, por medio de mecanismo de prevención de la indigencia”, comentó, al hablar que cuando él hace la pregunta públicamente si quieren que los reconozcan como una ciudad que solo pone curitas a la herida que solo intentan cubrir el dolor para la gente que está en la indigencia o quieren que los reconozcan como una ciudad que permite que ese dedo se cersione. 

La repuesta que dice Salter que dan las personas es que quieren estar al frente, delante del problema con aliados como el concilio de la comunidad, la junta de desarrollo y la red de prevención de la indigencia, con la colaboración de los proveedores de salud mental y vivienda. “Cualquiera que nos ayude son parte de la red”, mencionó.

Dicha red dijo que recibe llamadas de las personas que pueden reportar personas viviendo en la calle para que ellos a su vez se dirijan a esas familias de forma rápida con recursos que los pueden ayudar a enfrentar sus barreras y desafío.

Tienen 5 albergues para adultos y 2 para familias. Les proporcionan servicios de lavandería gratis y de mediación. Esto último dijo que es una de las cosas más efectivas.

Como cualquier ciudad dijo que enfrentan tres problemas: altas tasas de desalojos, crisis de indigencia y falta de vivienda asequible.

Pero considera que la mediación es muy importante porque lo que intentan es adelantarse a los desalojos. “Lo que intentamos hacer es mejorar la relación entre propietarios y arrendadores, para ayudar a las personas a permanecer en sus hogares”.

El activista mencionó un reporte de enero a marzo en el que había 311 familias al borde de vivir en la calle y la situación fue resuelta evitando que esas personas entraran en albergues. Han apoyado a más de 2 mil personas con servicios.

Salter considera que los retos son darle seguimiento al inquilino y hacer que los servicios sean más accesibles, porque no están donde deberían estar, para que los resultados sean mejores.

En Houston se movilizó a 5 mil personas de la calle hacia vivienda justa gracias a una Coalición de organizaciones en la que está a la cabeza The way home, donde son más de 100 socios directos que incluyen agencias gubernamentales y autoridades de salud mental.

“Esa colaboración es la que ha sido crucial para lograr un cambio en la comunidad”, dijo Ana Rausch, vicepresidenta del Programa de Operación de la Coalición por los Desamparados en Houston, Texas.

La activista dijo que han reducido la cantidad de gente desamparada en 50%, con un plan a 5 años en que acaban de terminar con la indigencia de los veteranos.

Explicó que desde 2011 han disminuido la cantidad de personas sin techo en 55% en condición crítica y esperan llegar al 0 funcional con una disminución del 82% en familias sin hogar.

Con los recursos de Covid-19, indicó que les permitió ayudar a 10 mil personas en dos años para ponerlos en vivienda. “La única forma de acabar con la indigencia es vivienda permanente y servicios que los apoyen”, sostuvo.

Una vez que los ponemos en techo, ahí tienen comida y pueden concentrase en los temas que los llevaron a estar viviendo en la calle.

 No se puede no se puede esperar que una persona tome su medicamento si no tienen un lugar donde guardarlo. Obviamente no lo podemos hacer todo sin la colaboración el gobierno, local, las jurisdicciones, el condado, la ciudad, más de 10 proveedores de servicios y las autoridades federales de vivienda.

Podemos hacer todos juntos, no trabajando de manera aislada y centrándonos en las fortalezas de las organizaciones y no que todos traten de hacer todo si ser eficaces.

“Estamos siempre viendo el futuro en 5 años para ver cuál es la respuesta para el problema de la gente sin techo”, comentó Rausch, al decir que ellos no tienen el problema que las rentas sean poco asequibles que no puedan vivir ahí.

Sin embargo dijo que el problema es que la gente entienda, educarla y recordarles que los indigentes son seres humanos que merecen dignidad y no merecen dormir en el suelo y basura.

Y explicó que son estereotipos que se diga que personas que están experimentado indigencia son drogadictos y que no hacen nada bueno. “Hay que ver los hechos. Es más probable que las personas que experimentan indigencia sean víctimas de crímenes”.

Matthew Lewis, director de Comunicación de California YIMY (Sí en mi jardín), Mary Scott, líder para ponerle fin a la indigencia de la organización The Open Door Network (anteriormente Bakersfield Centro de Desamparados  y la Alianza contra la Violencia Familiar y la Agresión Sexual), Marcus J. Salter, especialista en Estabilización de Vivienda en Community Mediation Services of Central Ohio, Catherine Villareal, director de comunicación de la Coalición por los desamparados, Ana Rausch, vice-presidente del Programa Operaciones de la Coalición por los Desamparados (de izq a der.).

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