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Nueve comportamientos de un líder tóxico y manipulador

Por: Jacques Giraud*

A menudo nos topamos con líderes cuya apariencia encantadora oculta tácticas de manipulación y bullying. Siguiendo las palabras de Eleanor Roosevelt, “nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento”. Se hace evidente la importancia de abordar el fenómeno del liderazgo irónicamente encantador.

Aunque aparentemente carismático, puede dejar profundas cicatrices invisibles en la moral y la productividad de los colaboradores, generando un impacto negativo en el clima organizacional y en el bienestar. ¿Cómo podrías detectar si tu superior está aproximándose a este estilo “falso” de liderazgo?

  1. Falso carisma: Se refiere a la cualidad aparentemente carismática, pero en realidad carece de autenticidad y sinceridad. Las principales características comunes del falso carisma en un líder son la manipulación, el egocentrismo, la falsa empatía, la inconsistencia o incoherencia y el enfoque en la apariencia de los servicios o productos que se comercializan.
  1. Crítica encubierta: Las críticas disfrazadas socavan la confianza y la autoestima del colaborador. Esto ocurre cuando no existe una cultura de retroalimentación constructiva, o un sistema de evaluación de desempeño por competencias.
  1. Exclusión camuflajeada: Una sutil exclusión encubierta genera aislamiento y hace sentir invisible al colaborador. Puede manifestarse cuando el jefe realiza un reparto no-equitativo de las tareas entre los miembros del equipo, cargando a alguien y liberando a otro de ciertas responsabilidades.
  1. Realidad deformada: Manipular la narrativa y el diálogo en reuniones, con el fin de confundir, crear dudas sobre las habilidades y generar culpa. Esto no permite que el colaborador tenga autonomía o interdependencia.
  1. Falsos elogios: Es una forma de manipulación a través de adulación y falsos reconocimientos. Según Jean-Jacques Rousseau, “la adulación es como la sombra, no nos hace más grandes”.
  1. Inocencia fingida: El líder actúa como si no estuviese en conocimiento de una mala praxis en la gestión de algún otro miembro y finge inocencia. Esto aplica a procesos y políticas que se imponen, y no cumple la consciencia ganar-ganar-ganar.
  1. Contradicciones temporales: Este tipo de comportamiento se puede denominar “memoria selectiva o ajustada”. Se genera duda entre los colaboradores negando hechos anteriores, o con políticas o prácticas comentadas en público sin ser documentadas.
  1. Victimización actuada: El jefe se victimiza en relación con la situación de la organización. Se oyen frases como “la situación no es favorable”, “la caja esta baja”, “no podemos aumentar los salarios por que el presupuesto no lo cubriría”, pero, en paralelo, observas un estilo de vida que no refleja lo expresado.
  1. Minimización de resultados: no reconocen el trabajo o la “milla extra” de los colaboradores, con la justificación de “estoy pagando el trabajo” o “esto es fácil y yo podría hacerlo más rápido”. Muchos líderes, sin darse cuenta o tal vez conscientemente, minimizan el trabajo y esfuerzo con el paradigma del trabajo por los resultados. Entiendo que nos medimos por resultados y no por esfuerzo, pero el esfuerzo debe valorarse o dar entrenamiento a los colaboradores para afinar el desempeño.

¿Has actuado de esta manera alguna vez?

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