Polonia.- Puede un hombre que provee a su familia, que va a la iglesia los domingos, que es visto como buen ciudadano por los vecinos, convertirse en un ser inhumano, capaz de las peores atrocidades, la respuesta es: ¨sin duda.¨ Eso es lo que primero que uno aprende en Auschwitz, el mayor campo de exterminio situado en una pequeña ciudad de Polonia en el que fueron asesinados más de 2 millones de personas, la mayoría judíos.
Al atravesar el umbral de este campo de muerte, las preguntas que surgen de los visitantes son las mismas: ¿Cómo fue esto posible? ¿Dónde estaba el resto del mundo cuando esto ocurrió? Las respuestas siguen siendo también las mismas. Esto es posible cuando surge un hombre con la habilidad de convencer y usar a los medios masivos de comunicación para diseminar su mensaje, que a base de repetirlo, aunque sea mentira, para muchos se convierte en verdad.
Sucedió de 1939 a 1945 en Europa. El resultado fue una desensibilización colectiva que permitió el arresto, la deportación y el exterminio de 11 millones de personas, 6 millones de ellos judíos. La promesa para la población es que al eliminar a los ¨abusadores del sistema¨ a los que ¨se apropian de lo que a ellos les pertenece¨ su situación económica iba mejorar y ponían también fin a la amenaza de que un grupo ¨diferente¨ en sus costumbres, raza y religión se apoderara de las instituciones de su país.
Sobre las vías del tren, en Auschwitz, frente a las barracas donde miles de personas fueron confinadas antes de su muerte. Es imposible no recordar que ese mensaje, con algunas variantes, fue el mismo, que utilizó nuestro actual Presidente para ganar las elecciones. ¨La culpa es de los mexicanos, de los chinos, de los musulmanes.¨ Y aseguró que con su triunfo volvería la paz, armonía, prosperidad y los blancos frenarían el avance de los mexicanos y otros grupos considerados un peligro para la Nación.
En la Alemania nazi de 1940, portar una identificación que correspondía a otra persona se castigaba con la muerte. En Estados Unidos, desde 1990, el mismo delito se castiga con condenas de cárcel hasta por 5 años y deportación. En la época de Hitler, era práctica común que los guardias entraran a la fuerza con armas de alto calibre y arrestaran a ciudadanos ejemplares; su delito, pertenecer a una minoría que consideraban ¨indeseable.¨
En Estados Unidos, es normal realizar una operación con características similar a la militar con despliegue de fuerza a la hora de arrestar a un indocumentado con orden de deportación. Las imágenes de niños y mujeres aterrorizadas por los agentes son transmitidas por televisión ante un público que ya las considera rutinarias.
La visita a Auschwitz nos da una lección y nos recuerda de lo que puede ser capaz una sociedad cuando se ausenta la compasión, y opta por el disimulo y la indiferencia. La sociedad alemana de aquella época, con algunas excepciones, aprobó las acciones de su líder, vitoreó sus abusos y fingió no darse cuenta del genocidio, la sociedad estadounidense, en su mayoría, demuestra ser mejor. La mayoría reprueba las acciones de su Presidente, lo critica, o señala y se organiza, como no lo había hecho antes, para derrotarlo con su voto en las próximas elecciones.
Awschwitz fue una fábrica de exterminio y los alemanes, al concluir la II Guerra Mundial concluyeron que debía de preservarse como un testimonio vivo de lo que no debe volver a suceder en el mundo. Al mismo tiempo, no dejan de cuestionar a los visitantes que llegamos de Estados Unidos: ¨Cómo es que en América eligieron a un Presidente que admira a Mussolini y sus discursos evocan los del que fuera el máximo líder del partido nazi.¨ El mismo que aseguró en sus mensajes: ¨ Conmigo Alemania recuperará su grandeza y los alemanes recuperarán lo que por derecho les pertenece. Alemania para los alemanes.¨ El mismo que dejó a su país en escombros con un legado a perpetuidad, como el lugar donde se cometieron los peores crímenes en la historia de la humanidad.
- Alicia Alarcón conduce un programa de opinión que se transmite por KBLA-1580 AM de lunes a jueves de 9 a 10 de la mañana y los sábados de 8 a 9 de la mañana. Es autora del libro La Migra Me Hizo los Mandados y su segundo libro “Revancha en Los Angeles” que ya está a la venta.
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