Oaxaca, Oax.- La temporada de muertos o Fiesta de los fieles difuntos como se le conoce en algunas partes de la República Mexicana tiene su origen desde tiempos prehispánicos, pudiéramos decir que mucho tiempo antes, si analizamos las enseñanzas filosóficas de los Griegos Romanos y otros quienes hablaron de la inmortalidad del alma.
En el tiempo de los egipcios se realizaba el culto a los muertos y se les preparaba como ahora se hace y como se hizo en Mesoamérica durante la época prehispánica, ataviando a los muertos y preparándolos para un viaje eterno, un viaje a la inmortalidad que se creía iniciaba quien había muerto.
Con el tiempo la religión oficial impuesta por los españoles adoptó esta costumbre y la aderezó con adornos atractivos a los habitantes de Mesoamérica principalmente en la gran Tenochtitlan, sin embargo, su origen pagano siguió debajo de los adornos, y actualmente se le llama una costumbre cristiana, tradición que ha sobrevivido al tiempo.
Interesante el dato si alguien quisiera investigar un poco más, pues comparando el calendario judío el mes de noviembre, (Hesvàn segundo mes del calendario judío) específicamente el 1 y de, coincide con la época en que fecha el inicio del diluvio (Genesis 7:11) donde murieron los famosos nefilim, y los ángeles que se rebelaron contra Dios intentaron regresar al cielo dejando sus cuerpos materiales, por lo cual a partir de entonces se realiza un “recuerdo” a los muertos.
Como en la época prehispánica y más recientemente en la época Virreinal, se siguen realizando sahumerios y adornos de altares con los manjares predilectos de los muertos que inconscientes están descansando en la muerte y que se cree regresan en esta época a convivir con sus familiares.
El deseo de volver a ver a los seres amados que han muerto es también un deseo natural sobre todo si es un familiar cercano, y debido a eso se cree que hay forma de aplacarlos, o regocijarlos con mole, chocolate, atole, pan, fruta carnes, y hasta mezcal.
Cada año los familiares hacen grandes esfuerzos por ahorrar y así poder tener un altar lo mejor adornado posible y se congregan en los mercados por lo menos dos días antes del 1 de noviembre para las compras.
Según información del libro 1995 Historia de las Indias de Nueva España e Islas de Tierra firme, de Durán, Fray Diego estudio preliminar de Rosa Camelo y José́ Rubén Romero, Cien años de México, Conaculta,, desde este tiempo la formas en que se rendian culto a los muertos eran celebraciones, pues gran parte de las culturas de Mesoamérica no veían la muerte como el fin de algo, sino como la continuidad de la vida, mientras que la finalidad última de esta era el mantenimiento del orden vital.
Los ritos funerarios variaban, dependiendo de la manera que había ocurrido la muerte y del estrato social del difunto. Así́ que el culto que se rendian al muerto no siempre era el mismo, pero entre algunos ritos están:
- a) Al igual que en el nacimiento, se cortaba un mechón de cabello, mismo que contenía el
Estos dos mechones se colocaban en una urna de cenizas o en la tumba. - b) Se lavaba y amortajaba el cuerpo con petate y mantas o con atavíos de los dioses, según su clase social.
- c) Posteriormente se le colocaba en la boca una piedra de jade u obsidiana que serviría como forma de pago en al otro mundo. Además, metían granos de maíz y hierbas para que se alimentaran en el viaje.
- d) Los amigos y parientes acudían a despedirse y se realizaban los cantos de lamentación. Si la muerte era en la guerra, las viudas bailaban vestidas con las insignias de sus esposos y en ausencia del cuerpo hacían un bulto con palos de ocote que finalmente se cubría con las insignias.
- e) Después de cuatro días de bailes y cantos, el difunto era llevado al lugar donde seria
incinerado o al sitio de entierro, donde seria depositado junto con algunas de sus
pertenecías y objetos de carácter ritual.
Posteriormente, esta celebración se fue transformando tras la colonización, pues se combinaron tradiciones europeas con las de los nativos de México. Esto dio lugar a que cada año se le dediquen distintos días, dependiendo la región:
Por ejemplo el 28 de octubre: se reciben a los que tuvieron una muerte repentina y violenta o en un accidente, el 29 de octubre: a los ahogados, el 30 de octubre: a los que no tienen a nadie que les recuerde, el 31 de octubre: a los que nunca nacieron o fueron bautizados, el 1 de noviembre: a los niños, y el 2 de noviembre: a los adultos, cabe mencionar que la Iglesia católica fue quien instauró las dos últimas fechas.
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