LOS ÁNGELES – Los nuevos protocolos de prevención de COVID-19 emitidos por la División de Seguridad y Salud Ocupacional de California (Cal/ OSHA por sus siglas en inglés) entrarán en vigor el lunes 30 de noviembre para todas las industrias en operación en California. Las nuevas regulaciones, que se aplican a los supermercados y a las plantas empacadoras de carne, se producen mientras el condado de Los Ángeles informó un récord de 6.124 nuevos casos de coronavirus y los consumidores abarrotan los supermercados antes del feriado del Día de Acción de Gracias. El jueves pasado, el Departamento de Salud pública del Condado de Los Ángeles también emitió la primera orden de salud pública diseñada específicamente para los supermercados, mejorando así las regulaciones existentes contra la pandemia e incorporando nuevos requisitos.
Entre las nuevas regulaciones de Cal / OSHA se encuentran requerimientos para que los empleadores continúen pagando a los empleados que no puedan trabajar por haber sido expuesto al COVID-19 en sus lugares de empleo, que den notificación a cualquier empleado que haya sido potencialmente expuesto al virus dentro de un día laboral después de que el incidente haya ocurrido, y que ofrezcan pruebas de COVID-19 gratuitas a las personas expuestas en el trabajo.
A nivel de condado, se requerirá que los supermercados implementen nuevas medidas de control de aglomeraciones y medidas para asegurarse que éstas se cumplan. Específicamente, los supermercados deberán de limitar el número de clientes en las tiendas para garantizar el distanciamiento físico y mantener una capacidad máxima de un 50%. También se requerirá que las tiendas monitoreen todas las entradas para tener en cuenta su capacidad y que los clientes formen líneas afuera del establecimiento según sea necesario.
“Desde hace casi un año, el venir a trabajar ha sido lo más aterrador que hago. Cada mañana, me despierto pensando que podría ser la próxima persona en el trabajo en enfermarse. Esta es la época más ocupada del año, ya llegó el Día de Acción de Gracias y estoy aún más preocupada ”, dijo Mary Mueller-Reiche, trabajadora de un supermercado Ralphs. “Me da gusto ver que el estado y el condado estén tomando en serio nuestra salud y seguridad, ahora necesitamos asegurarnos de que nuestros empleadores también lo hagan y cumplan con estas nuevas reglas”.
Desde el inicio de la pandemia, más de 1.300 miembros del sindicato del Local 770 de UFCW y sus seres queridos han contraído el virus o han muerto a causa del COVID-19. Mientras tanto, las empresas gigantes de tiendas de supermercados como Kroger, la cadena de tiendas de alimentos más grande de los EE. UU. y la empresa matriz de Ralphs y Food 4 Less, están sacándole provecho a la pandemia. Mientras que sus ganancias se han disparado, la empresa redujo los salarios de los trabajadores, eliminando la prestación por trabajar bajo condiciones peligrosas en mayo, incluso mientras continúa la pandemia. Y los precios de los alimentos siguen aumentando para los consumidores.
“Los trabajadores de alimentos de primera línea han estado trabajando día tras día para asegurarse que nuestras comunidades tengan alimentos y han abogado por mayores protecciones para garantizar su seguridad y la de sus clientes”, dijo John Grant, Presidente de UFCW Local 770. “Gracias al liderazgo de estos trabajadores, que hicieron sonar la alarma sobre las condiciones de trabajo peligrosas, el estado de California y el condado de Los Ángeles han adoptado medidas de protección adicionales para garantizar su seguridad ”, concluyó John Grant.